115. El negro del AhorraMas (Juancho Plaza)
Su nombre es Mbaye. Cuando está solo deja que golpee las paredes de su cabeza: «Mbaye, Mbaye, Mbaye…». Ya nadie le llama así, ni siquiera en la casa ocupada en la que vive con otros que, como él, tuvieron que abandonar su tierra. Se ha acostumbrado a mentir, a cambiar de nombre y de nacionalidad, a inventar parientes y profesiones, a decir que está bien mientras la pena avanza despacio y en silencio dentro de sus tripas. «Mbaye, Mbaye, Mbaye…», rebota de la sien a la nuca, de la frente a la coronilla, igual que aquel balón, repleto de cicatrices de bramante, que chutaba con sus amigos contra la cerca del protectorado. Después la guerra. Muchos cambiaron el balón por un machete, los juegos por pistolas. A los más grandes les armaron con fusiles y tacharon la palabra amigo de su vocabulario. No quedaron más salidas que el ultraje, el éxodo o la muerte.
Mbaye ofrece la palma de su mano y su sonrisa a quien se acerca al súper. Contrasta su blancura con lo negro de su piel, con la sombría gravedad de su añoranza, con el incierto futuro que en forma de calderilla alcanza sus bolsillos.
Con tu relato quise hacer una bromita: SÍES / NOES (¿recuerdas?). Pero tuve que desistir, no había noes.
¡Cuánto tiempo! Saludos.
Que tiempos Edita, a ver si volvemos a coincidir algún día… para mí fue un placer y un privilegio… Gracias por ser tan benévola conmigo. Besosss!!!
Hola, Juancho.
Después del comentario de Edita y el de Juan, tan perforador, tan busca petróleos, a ver qué te digo yo. Para empezar, que me hubiera gustado el acento en «Mas» dentro del título. Y ya me olvido de lo formal y me sumerjo en el texto. Y me parece muy logrado conforme se va acelerando el dramatismo, cargado de peripecias al límite. El final relaja un poco el tono, pero el relato termina con el zapatazo en la boca.
Me gusta tu texto. Felicidad, y el abrazote de un recién incorporado a alguien que es alguien en esta insigne familia literaria.
Hola Martín, gracias por comentar. Sobre el acento de AhorraMas tuve bastantes dudas, pero al final decidí respetar el formato original de la marca comercial. Agradezco también los piropos, aunque pienso que en esta familia todos somos alguien desde el primer momento. Un abrazo!!!
enfrente de mi casa en majadahonda, está Mbaye, a veces me ayuda, otras yo, a veces está dentro, a veces fuera, al sol, al frío, lo que hace siempre es golpearme la conciencia.
Hoy Juancho, me va a costar dormirme, me tomaré dos lorazepanes.
f e l i z n a vi d a d para todos……..o quizás no.
No tengas mala conciencia Epi, son tantos que creo que poco podemos hacer nosotros para solucionar sus problemas, más bien es una cuestión de estado, y creo que pocos estados están por la labor de resolver nada de esto. Gracias por comentar, un fuerte abrazo!!!
Que cuando encontremos un Mbaye, una presencia cotidiana en la puerta de cualquier hipermercado de barrio, recordemos que detrás hay una historia humana y no miremos para otro lado, no despreciemos su sonrisa, que no pretende imponer nada, sólo decir: «Estoy aquí». Esa palabra «amigo» que le obligan a tachar es un condicionante terrible.
Un abrazo grande, Juancho. Suerte y por un 2017 en el que volvamos a coincidir en el metro y en más sitios.
Esa era la idea Ángel, que por lo menos seamos conscientes de que detrás de cada uno de ellos hay una historia, una persona que las ha pasado canutas hasta llegar hasta aquí.
Tranquilo Ángel, no te va a ser fácil librarte de mí, jajajaj… Gracias por comentar. un fuerte abrazo!!!
Feliz Navidad Juan, también para mí resultó interesante nuestro encuentro, tu desbordante naturalidad y tu locuacidad espontánea. Mi intención al escribir sobre Mbaye era la de dotar de cierta personalidad a estos chavales que piden en los supermercados, de los que no conocemos su pasado ni las condiciones que les han llevado hasta allí. Me consta que muchos de ellos fabulan cuando se les hace alguna pregunta personal, tal vez por miedo o por desconfianza o vete tú a saber porque. Gracias por tu comentario y encantado de haberte conocido. Un abrazo!!!
Juancho, tienes una sensibilidad especial para mostrar la cara oculta de la luna, hacernos ver más lo que hay detrás de esa sonrisa. Grande.
Un abrazo,
No sé si merezco tan bonitas palabras Anna, pero confieso que me encantan. Muy agradecido. Un beso enorme!!!
Juancho! muy bueno, la verdad es que plasmas muy bien tu idea a la historia. Enhorabuena. Sigue escribiendo