99. El niño pez (Paz Alvar)
Arreciaba la tormenta cuando la carreta se detuvo. El gitano bajó de un salto engullido por la noche.
– La rueda se ha atascado en el barro. ¡Todos abajo! ¡Vamos!
La niña también empujó, y entre esfuerzo y esfuerzo se le escurrió el bebé que llevaba en el vientre y como un pez, saltó a una charca que había junto al camino. Partieron sin mirar atrás, agradecidos de aquella inesperada fortuna mientras la efímera madrecita, entre gritos y llantos, llamaba a su hijo.
El bebé llegó al océano transportado por los ríos que la lluvia siguió alimentando toda la primavera. Amamantado por las ballenas, creció y se hizo fuerte. Algunos pescadores lo avistaron nadando entre delfines y la leyenda del niño pez nació en aquellas tierras remotas.
Años después, cuando el cabello de la niña gitana se coronó de plata y oyó hablar de aquella extraordinaria criatura, supo que aquél era su hijo, al que nunca dio por muerto, pues ella sí había heredado las dotes adivinatorias de la abuela.
Dicen que aquella charca nunca se seca y por muy rigurosos que sean los veranos siempre está allí, en el cruce de caminos que lleva a Macondo.
Un cuento de primavera precioso. De esos que cuando los lees te ponen una sonrisa en el alma. Me ha emocionado, si.
Abrazo.
Ay, Paz, mi gozo en un pozo (nunca mejor dicho). Acabo de leer ¡Macondo! Horrrrrroooooorrrrrrrrrrrrrrr!!!!!!!!!!!
Había leído otra cosa. Aún así, el relato me ha gustado tanto, tanto, que te perdono!
Abrazo.
Me alegro mucho que te haya gustado, Aurora. La referencia a Macondo es un humilde homenaje a «Cien años de soledad». Cuando se me ocurrió la historia, no se por qué pero los gitanos que aparecieron en mi imaginación eran como aquellos que visitaban Macondo. Me pareció bonito hacer ese guiño a una de mis novelas favoritas.
Un abrazo.
Ya, ya se, pero es que no me gusta nada Cien años de soledad. Si miras un poco más abajo, al primer relato de este mes, verás un comentario similar. Soy una pesada, siempre que tengo ocasión me meto con Macondo y alrededores.
Abrazo.
Qué preciosidad!
Muchas gracias, Paloma. Me alegro que te haya gustado.
Paz, bonita y elegante forma de contarnos esta historia. Suerte y saludos
Gracias por lo de bonito y elegante, Calamanda. Un saludo.
Un relato muy bien escenificado donde se mezcla la fantasía y la magia.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo, Paz.
Muchas gracias, Amélie. Precisamente eso quería transmitir: fantasía y magia. Me alegra mucho que te haya gustado. Un abrazo para ti también.
Muchs gracias, Ana. Un saludo para ti también.
Buen relato macondiano.
Abrazos.
Gracias, María y un abrazo para ti también.
Precioso cuento, tan mágico como ese macondo al que aludes y adonde si dirigía esa carreta.
Uno de los que más me ha gustado, porque llega al corazón.
Abrazos.
Gracias, Asún. A mi me llega también al corazón tu comentario. Un abrazo.
Bonita historia Paz. Un beso
Un beso, Concha. Gracias por tu amable comentario.
Paz, tu relato me ha encantado, ha sido un placer leerlo. Abrazos y mucha suerte.
Gracias por tu comentario, Salvador. Me alegro mucho de que te guste. Un abrazo.
Una hermosa fábula, acertada desde el título. También resulta apropiado el homenaje a García Márquez. Todas las leyendas tienen un origen y una parte de verdad, dicen.
Suerte y un saludo
Sí, me gusta poner un toque final de leyenda. Gracias por tu cálido comentario y un abrazo para ti también.
Bonito relato, me ha gustado. Saludos.
Muchas gracias, Ana. Un saludo.
Me parece un cuento muy bonito que destila magia y ternura. Muy original. Mucha suerte.
Muchas gracias. Me alegra que te haya gustado, Juan Antonio. Lo de la magia es lo que yo quería transmitir. Un abrazo.
Un cuento de esos que te llenan de alegría y melancolía a la vez, una mezcla de sentimientos.
Un buen final, como los de las fábulas.
Un saludo
Rosa.
Me alegro que te haya gustado, Rosa y muchas gracias por comentar.
Un abrazo.
Paz, me ha recordado la historia del hombre pez.
Por que no podría haber sido asi?
Suerte y un abrazo.
Virtudes, gracias por descubrirme la historia del hombre pez. No la conocía. ¡Qué triste porque al final no pudo quedarse en tierra! Un abrazo y muchas gracias por tu comentario.
Paz, es una historia preciosa. Me ha gustado mucho y me ha recordado los cuentos que de niña leía. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Mil gracias, Nani, por descubrirme la leyenda del hombre pez. ¡Qué pena! Al final no pudo acostumbrarse a vivir en tierra. Gracias por tu comentario y besicos para ti también.
Olé por el realismo mágico de tu cuento. Con tintes de grandes clásicos como Cien años de soledad o incluso destellos bíblicos y mitológicos.