51. EL OCÉANO DE MÓSTOLES (Ton Pedraz)
Ambos lo sabíamos antes de que saltases por la borda del crucero. Que nuestro amor sería imposible.
Nunca soportaste tu aislamiento en aquel islote, a media milla del arrecife de mis padres. Y fue patética la intentona a la que nos aventuramos, mudándonos hasta tu pisito de soltero. Todavía recuerdo el verde cobalto, horroroso, que elegiste para decorar las paredes del salón, la congoja que me provocaba el aluminio opaco entretallado contra las ventanas estancas, el tormento de la familia de peces payaso agonizando entre los huecos inundados de la rinconera, y los manojos de anémonas, mustias, grapadas sobre los flecos pisoteados en la alfombra del salón.
¡Qué pena! Incluso Encarna, tu hermana, ni siquiera acertó con el regalo para el sofá. Aquella funda de skay serigrafiada con corales rosa y gorgonias.
Pero por fin todo acabó para los dos. Ahora, de nuevo soy feliz entre mis compañeras. Este verano cambiamos el océano por las aguas cálidas del Mediterráneo. Allí, desde hace meses, es un no parar. Quienes lo surcan nunca se sorprenden cuando aparecemos. La mayoría son jóvenes, algunos guapísimos, todos ellos muy morenos y, por lo que he podido comprobar, están acostumbrados a escuchar cantos de sirena.
Hola, Ton.
Un micro muy sincero pues empieza afirmando una máxima insoslayable: lo imposible no obliga. Fracasa. Muy buena la ocultación de la sirenita que al fin se revela. Estupenda la apertura del campo semántico en torno a lo marino dentro del ámbito terrenal. Se cuenta lo que se tiene que contar sin alardes, mas sí con las palabras justas en cada momento. Y sin poesía estrictamente hablando, que es otro género (aunque hay quien abogue por la confusión de los mismos). El titulo es de traca e invita a releer el texto. Y se produce un cambio, uno notable; cuando se rompe una canción surgen otras melodías afines. Y no se titulan Ulises. Un desenlace muy buenísimo también. Y no he necesitado en ningún momento echar mano de las más intrincadas reglas de la exégesis o de la hermenéutica. Me encanta tu MICRORRELATO. Enhorabuena y suerte. Un abrazo.
Hola Eduardo. Muchas gracias por tu lectura, y por el amplio y acertado comentario que dejas.
Mucha suerte también para tu micro, que es de los buenos.
Gracias,
Ton.
A mí lo que más me gusta es esa fina ironía latente de principio a fin, que incluso lleva a preguntarse quién es el verdadero protagonista, si la narradora o su infortunado acompañante.
El título, real como la vida misma. Le da sentido a todo y es lo que hace que mantengamos los pies sobre la tierr… ejem… ‘sobre cubierta’ 😉
Todo en este relato es sugerido pero, a la vez, muy real. Es fácil leer entre líneas, una vez el título nos ha puesto en el camino. Importa más el fondo que las formas, lo que no significa que no sean unas buenas formas. Ni mucho menos.
Felicidades y mucha suerte.
Hola José Ignacio. Agradecido por tu lectura y comentario. También te deseo suerte.
Abrazos,
Ton.
El título ha hecho que lea tu relato inmediatamente, ¿Móstoles con océano?, luego veo que todo es sentido figurado en esta triste historia de desamor.
Un saludo
Hola Asunción. Sí, la verdad es que no es un pueblo muy costero. No obstante su elección no fue a la ligera, a tenor de lo que había que contar.
Me alegro de tu paso. Gracias siempre,
Ton.
Al decir Móstoles viene a la cabeza una población populosa y cercana a Madrid, aunque quizá sea también uno de los lugares que en el imaginario identificamos como más apegado a lo terreno, de ahí la ironía de ese océano, en el que una pareja naufragó en su intento de convivencia. Parece que fue mejor para ambos, especialmente para ella, a quien se ve encantada de haber retomado la amistad con las amigas, que es como decir el comienzo de un nueva vida, sin que falten víctimas o interesados en estas féminas arrebatadoras, imparables en grupo.
Ya me dirás si este intento de interpretación ha hecho aguas.
Un abrazo y suerte
Muy correcta tu interpretación Ángel. Pero además, ahora, se han trasladado a aguas muy concurridas, en donde la continua afluencia de pateras les garantiza clientela, víctimas de otros cantos embaucadores lanzados por desaprensivos sin escrúpulos.
Un abrazo fuerte y gracias por comentar.
Ton.
Ton, has contado con acierto los pormenores y rutinas de esta historia con la medida justa. Suerte y saludos
Hola Calamanda, y muchas gracias por tu lectura y comentario.
Fuerte abrazo,
Ton.
La convivencia se parece a un crucero oceánico, paralelismo que has plasmado con ingenio, Ton.
Me ha atrapado el ambiente que destila tu relato: fracaso, melancolía, decepción componen tu intensa historia con un final que encuentra el consuelo en lo fantástico y mitológico, lejos de la ruda realidad.
Buen relato.
Un saludo
Hola Antonio. Agradecido con tu amable comentario.
Yo solo espero que la ruda realidad deje, cuanto antes, de corroerme las entrañas.
Un fuerte abrazo, y suerte con tu propuesta, que es muy buena.
Ton.
Brillantez para una imposible zoofilia.
8. Notable.
Esa calificación es mucho más de lo que siempre espero.
Viniendo de un maestro como tú, la recibo igual que un REGALO.
Gracias por el comentario. Un fuerte abrazo,
Ton.
Hola Ana. Encantado de tenerte como lectora. Todo un lujo tu comentario. Muchas gracias.
Ánimo Ana. Un fuerte abrazo,
Ton.
La verdad que sí, que todos vivimos en nuestro particular océano, unos más aislados que otros. Las limitaciones las imponemos nosotros y así, para algunos el mar abierto es la solución y otros, con un tómbolo se conforman, para cruzar de vez en cuando y ponerse en contacto con la realidad de los demás.
Tu sirena tomó otros rumbos, ojalá nunca se quede sentada sobre una roca esperando otra isla idílica e imaginaria.
Muy original Ton. Me ha gustado leerte en esta pausa de la mañana.
Saludos de Mayo.
Hola Mercedes. Muchas gracias por tu comentario. Me alegra haberte amenizado el descansito matinal.
Abrazos primaverales,
Ton.
El título promete. ¡Y cumple! Fantástica historia de amor imposible.
Gracias Edita.
Apertas e bicos mil.
Ton.
Un relato, diferente, me gusta cantidades.
Abrazos de primavera.
Me encantó lo original de tu relato, mezclas fantasía con realidad y lo haces muy creíble. Causa placer releer.
Un abrazo y suerte.
Gracias Moli por tu paso.
Abrazos,
Ton.
Hola, Ton.
Una pareja que se rompe y que tú has tratado de una manera muy original. Qué bonitos esos paralelismos entre lo real y el entorno oceánico. Al final, la sirena se cansó y prefirió irse a mares más cálidos con las amigas… ¡Qué chulo el final!
Te deseo mucha suerte y te mando cien mil abrazos.
Hola Towanda.
Encantado con tu comentario y recogiendo tus cien mil.
Uno para ti, pero bien fuerte.
Ton.
Ton, original relato de la ruptura de una pareja que venía haciendo aguas mucho tiempo.
Un abrazo
Hola Blanca. Muchas gracias por entretenerte en esta lectura.
Otro abrazo para ti.
Ton.
Una historia cotidiana, contada desde un punto de vista muy personal y oceánico
que nos hace pensar…
Suerte, Ton
Gracias María Jesús por tu lectura y el comentario.
Bicos y abrazos,
Ton.
Una buena y detallada descripción de una peculiar estancia marina.
Cuando el amor se rompe es mejor irse a otros mares, poner agua de por medio y bañarse de nuevo en las amigas.
Un bello canto de palabras en la voz de una sirena.
Genial Ton.
Un abrazo suerte.
Muchas gracias María Belén por este precioso comentario.
Fuerte abrazo,
Ton.
Tu relato es muy lírico; tiene mucho mérito hacer ese paralelismo entre una relación de amor y el océano, de hecho, lo que más acertado me parece es el título, quizá el mejor título del mes. Ahora, leyendo tus comentarios, sobre lo que yace bajo las aguas de tu relato, me hubiese costado bastante asociar los cantos de sirena y los morenos a los que llegan en pateras; yo antes también intentaba camuflar todo tipo de valores bajo mi relato y me encontraba con muchos comentarios de «ah no lo había pillad, pero ahora que lo dices..». Una vez oí un consejo al que hice caso, no sé si es bueno o malo, la verdad, pero estoy más contento desde que lo sigo, «me dijeron: un micro son muy pocas palabras para intentar meter tantas cosas subyacentes, quizá en más palabras se entendería mejor». Saludos y te deseo la misma suerte a ti, Ton.
Hola Lorenzo, y muchas gracias por todo, consejo incluido. Procuraré hacerte caso, aunque esto del micro sea cosa harto difícil para mí.
Fuerte abrazo,
Ton.
Lo de Móstoles en el título me llevaba a la empanadilla aquella tan famosa. Pero nada que ver.
A veces más vale escoger otros rumbos de navegación en la vida.
Mucha Suerte.
Hola Esperanza. Llevas razón, contiene a un Móstoles que quiere ser marinero, y a una Encarna empeñada en tener una cuñada sirena. Pero a la empanadilla no fui capaz de encajarla por ningún rincón del relato.
Gracias por leer y comentar. Un abrazo,
Ton.
Ton, tu micro es de esos que te atrapa, de principio a fin. ¡Enhorabuena! Encantada de leerte.
Un abrazo.
Hola Rosy. Tú sí que atrapas con el comentario que me dejas. Gracias por leer.
Un beso grande, GRANDE.
Ton.
Que se me olvidaba…. el título, un acierto total.
Otro relato en tono humorístico. Sirenas en Móstoles, buena idea. Me gusta la descripción que has realizado del piso, se ve. Suerte.
Hola Javier. Muchas gracias por estar ahí comentando. Siempre será un gustazo tenerte como lector. Mucha suerte también para el tuyo.
Fuerte abrazo.
Ton.
Yo también me he quedado con la imagen del pisito en la mente, jaja. Buen relato mostoleño. Suerte y un beso Ton.
Hola Eva. Agradecido siempre por tu lectura y el comentario amable.
Un besazo gallego.
Ton.
Una sirena que no es tal, inmersa en una relación que naufraga en un océano de hastío.
Excelente relato, Ton.
Saludos cordiales.
Hola Carles. Agradecido por tu calificación. Ahora, que estamos en época de exámenes, sienta de lujo.
Abrazos,
Ton.
Ingeniosa metáfora, y muy acertado el título. Me ha gustado mucho tu propuesta
¡Cuánto inspiran el mar y el océano!
Un abrazo Ton y muchísima suerte.
Hola Marta, y muchas gracias por pasarte a leer. Muy amables tus palabras.
Abrazos también para ti.
Ton.
Ironía en cada palabra, haciendo zozobrar de un plumazo el idílico retrato de una vida mejor. Y seguimos sin ser capaces de hacer enmudecer esos cantos de sirena que atraen los anhelos y esperanzas de gente que aún tiene fe en la vida. Gran relato, Ton. Abrazos y mucha suerte.
Hola Salvador. Siempre agradecido por tu presencia, y por tus comentarios siempre acertados.
Un abrazo,
Ton.
He disfrutado mucho leyendo este relato, Ton. Y tengo la impresión de que tú también has debido de hacerlo escribiéndolo. Estupendo título y gran ejercicio de paralelismo que resuelves muy bien.
Suerte y enhorabuena.
Saludos.