92. El papel de Sara
Sara espera su turno. Al final de su brazo derecho un papel le ancla con su peso a la realidad. Sobre su corazón descansa un libro repleto de historias. Sara apenas es un par más en el largo ciempiés que forma la cola, una observadora ajena a la ola de emoción que recorre la fila y que rompe al llegar a ella. Sara dirige su mirada hacia el cartel que corona la ventanilla de admisiones, que anuncia «MATRICULACIONES» con letra chillona y amenazadora. Sara cierra sus ojos y ante ella vuelve a asomarse la interminable sonrisa burlona en blanco y negro de su piano, las caídas repetidas una y otra vez frente al espejo del salón de baile, las tardes encerrada en la inmensidad de un patio con otras prisioneras, vigiladas por un balón arisco y, ahora… Sara es la decimotercera en la fila, la decimotercera con un impreso en la mano, doce manos por delante de la suya han rubricado ya su elección. Su mano derecha se libera y echa por tierra unas ilusiones ajenas a ella. Sara sonríe y abraza con ambas manos su libro. Solicita otro impreso, otro papel para que Sara escriba su nueva historia.
Sara, es sin duda esas personas normales entre un millón de gente, en la que seguramente te fijas, porque tiene algo que no sabes explicar, y que tú nos cuentas en esta bonita historia. Mucha suerte 🙂
Marta, un personaje especial en una buena historia. Saludos, suerte y felices fiestas