77. El parte
En casa se cenaba siempre a las nueve, siempre sin hablar y siempre escuchando el parte radiado lo bastante alto como para que se oyera en el vecindario. Papá ni masticaba mientras aquella voz decía cosas extrañas acerca de una gran victoria sobre una banda de desleales. Cuando mi padre apagaba el transistor, entonces volvía un leve murmullo al comedor, acompañado del tintineo de los cubiertos sobre el plato, y entonces también veíamos a mis padres mirarse de reojo como diciéndose que habría que seguir esperando, y esperando, y esperando… Y tanto esperaron, que nunca les llegó el día.
Hoy los he recordado cuando, sentado a la mesa, he escuchado las palabras que tal vez ellos esperaron tanto tiempo: “Españoles,…”
He ido a tu blog pero también te lo digo por aquí, me ha encantado la sencillez del relato de una historia muy muy bien contada, qué más puede uno pedir. Abrazos JM. Suerte
Gracias, maestro. A ver si paso por tu casa, que llevo una vida vertiginosa.
¿Y del cava que corrió después no nos cuentas nada?
Retrato que recoge fielmente la cotidianidad de muchísimos hogares. Enhorabuena.
Suerte, Juan Manuel.
Para muchos fue un cava amargo y casi sin espuma, pero bueno, así somos. Gracias por pasarte, maestro
Dos mensajes separados por casi cuarenta años de larga desesperanza para muchas personas. Ese niño, que, por su edad, no entendía «el parte», nunca olvidará el segundo comunicado, años después, lamentando la ausencia de sus padres para escucharlo.
Una narrativa entrañable, eficaz y pegada a la realidad.
Suerte y un abrazo, JM
El realismo es mi divisa, maestro, y a veces la sencillez, pero solo a veces.
Un saludo
JM
Cómo me llevas a mi juventud, a los partes de Radio Nacional, a ese silencio que exigía mi padre. Aunque en mi caso estábamos en el bando de los ganadores, es decir de los antisistemas golpistas. Cuántos murieron sin ver al dictador enterrado. En fin, que tengas suerte en ENTC.
Es bueno que esas cosas no queden en la fosa común del olvido, maestro de los montes toledanos.
Un abrazo
JM
Muy bien contado el miedo que había ocupado demasiados hogares, y a las personas que los habitaban.
Un recuerdo digno. Enhorabuena.
Ton
Era un miedo silencioso, es verdad. A veces recuerdo «Una giornata particolare» con ese soniquete constante del Duce…
Un saludo
JM
Eso pretendo al menos. Me encanta que se reconozca.
Un saludo
JM
Que bien ambientada la cena, el silencio, el entrechocar de los cubiertos, las miradas…y que final más demoledor (como si no se supiera a estas alturas cómo terminó la historia). Muy bueno Juan Manuel.
Gracias, Reve. A veces con poco se acierta más que con mucho.
Un saludo
JM
Un relato que brilla por su sencillez. Nos presentas una escena cotidiana, esos momentos de mesa en el silencio de palabras y llenos de ondas esperando una noticia que nunca pudieron escuchar. Un mensaje que hace evocar a sus padres cuando el acontecimiento tan deseado por fin se ha hecho realidad.
Muy buena historia, bien llevada y enmarcada.
un abrazo grande JM
Encantadérrimo con tus palabras
Un saludo
JM
Una estampa muy real del pasado, contada desde el presente, con acierto.
Hasta aquí llega el tintineo de los cubiertos.
Saludos
Esos años que, aunque lejanos, no se borran…
Sencillo, escueto y directo. Poco más se puede decir.
Suerte
LuisCar
Esa era la idea: brevedad para no confundir.
Un slaudo
JM
Qué buen relato, amigo. Magistralmente contado, con sencillez y buena pluma. Me ha encantado. Muchos besos.
Y yo más contento que nadie con tus palabras
Un besote
JM
Juan Manuel, tu narrativa sencilla y evocadora lleva a otras realidades de gran protagonismo. Suerte y saludos
Me encantan tus palabras. Cuando me den el Nobel, te llevo a la ceremonia. 😉
Un saludo
JM
Una mirada atrás realmente fiel. Me has transportado a momentos que no he vivido, pero de los que he escuchado hablar, y no he encontrado ninguna diferencia. Omnipresente esa radio, esos noticiarios, esos silencios… muy logrado. Mucha suerte !! 🙂
Yo sí los viví, de niño, y fueron así de sombríos. Y también viví el día en que ocurrió lo esperado, pero ya muchos no pudieron verlo.
Un saludo y gracias
JM
Qué habilidad para decir tantas cosas, sin decirlas. No me has sorprendido 😉 porque sé cómo escribes, si estuviera en mi mano, este micro lo pondría en un lugar preferente.
Un abrazo.
Y yo encantado de que sea así. Muchas gracias.
Un abrazo
JM