19 EL PERSONAJE
Había conseguido una estrella en el Paseo de la Fama gracias a su interpretación en la serie más exitosa de los últimos tiempos, pero después de cinco años estaba harto. Faltaban solo unos meses para la renovación del contrato y nadie en la cadena podía sospechar que fuera a “matar” a Marcus, su alter ego, en la última temporada. La idea de un protagonista que alternara el oficio de restaurador con la pulsión de asesino no era demasiado original, pero había logrado la identificación de los espectadores. Su defensa radical de la justicia, su venganza contra las tropelías de los poderosos o esa costumbre de silbar “Nessun dorma” antes de cada ejecución lo convirtieron en un héroe popular. Quién lo hubiera pensado cuando ofreció su idea a la HBO, pero así de jodido estaba el mundo. Tenía proyectado instalarse en Europa para comenzar una carrera como director -soñaba- de películas de autor.
Sin embargo, se sentía intranquilo. Desde que tomó la decisión, percibía cerca de él una presencia extraña, una sombra que parecía acecharle allá donde fuera. Esa noche escuchó pisadas subiendo las escaleras y un silbido que le heló el corazón: tramontate stelle. All’alba vincerò. Vincerò.
Todo el que escribe experimenta la sensación de que los personajes tienen vida propia; pueden haber surgido de su cabeza, pero los vericuetos en los que terminan por transitar tienen algo de autónomos. Esa sensación de misterio alcanza de lleno a tu personaje protagonista, amenazado muy seriamente en la realidad por el que interpreta en la ficción, con una canción de ópera como anuncio inquietante.
Un ejercicio de metaficción con una estrella del séptimo arte, que posiblemente brille siempre al añadir a su leyenda un final de película.
Un abrazo y suerte, Paloma
Gracias Ángel por tu comentario tan eficaz como siempre. Hay personajes tan queridos por el público que son difíciles de matar y pueden acabar con su autor, efectivamente es un cuento que por medio de la fantasía pretende explicar una realidad.
Aprovecho la ocasión para felicitarte por tu cuento, me ha gustado mucho.
Tu personaje pierde la razón en esa búsqueda de mantenerse en el estrellato y en continuar gozando de fama. Y es que, a veces, la reiteración y la profundidad que buscan para interpretarlo acaba haciendo que confundan la realidad con la fantasía.
Un actor venido a menos, un actor, una estrella sin personaje que le de fama y suba su ego, cualquierr cosa podría psar incluso que le salga todo mal. Abrazos Paloma, suerte!
Hola Manuel. En efecto aquí el personaje vence al actor. Hay casos reales como el de Tarzán y Drácula que hicieron enloquecer a sus actores.
Un abrazo.