10. EL PODER DEL AMOR (María José Sánchez)
Te llevaba en el pensamiento. Sí, te llevaba. Esa tarde lluviosa y triste. Esa tarde gris, desapacible.Tanto fue así que creí verte al doblar una esquina; tu imagen invadió mis pupilas y allí quedaste, inmortalizada. Estabas igual que la primera vez. Entonces tenías once años. Yo era un alma soñadora de quince. Descubrimos el amor por sorpresa, sin apenas pretenderlo. Pero cuando nos dejamos envolver en sus redes, pese a nuestra candorosa inocencia, no pudimos resistirnos a entregarnos mutuamente.
La suerte, demasiado caprichosa, mostró su cara amarga y la relación terminó. Tus padres pusieron tierra de por medio. Servidor, muy a duras penas, lo asumió.
Dicen que si proyectamos los deseos con fuerza, si los visualizamos, hay muchas más posibilidades de que se cumplan. Y no me refiero a tu vívido recuerdo. Hace un mes, a alguien se le escapó que habías vuelto de Argentina acompañada de una preciosa criatura, que, según tengo entendido, es clavada a mi. Sentí que quizá la vida me brindaría una segunda oportunidad. No me equivoqué.
Sigues siendo la princesa que robó mi corazón adolescente. Aunque ahora tus besos saben a tranquilidad. Te amo, Ana María, y también amo a la pequeña Ani. ¡Bendito destino!
María José, tierna situación y muy apropiada a lo que nos muestra la foto. Suerte y saludos
Calamanda, muchas gracias. Siempre es grata tu opinión. La ternura es la base del relato; esa niñita me ha chivado el texto. Al verla, salió de esta guisa.
Besitos, guapa. Muy agradecida, de corazón. Suerte para ti.
Muchas gracias, Juan. Me encanta que me leas y comentes. Sí, en esta ocasión me he decantado por el triunfo del amor verdadero. Un amor juvenil que ha perdurado en el tiempo y que se retoma cuando las circunstancias lo permiten. Además, una nueva personita entra en escena. Habrá a quien le parezca algo ñoño, pero este es mi estilo: directo, sencillo. Me gusta tocar corazones. Y para eso lo único que necesitas es poner todo tu sentimiento en cada línea.
Besitos, querido Juan. Gracias de nuevo.
Da la impresiónn, al leer tu texto, de que nos muestras una historia real. Una de esas historias que a todos nos gustan, aunque algunos se hagan (o nos hagamos) los duros. Un amor de juventud que permanece en la ilusión del que se quedó y que por suerte (o justicia, no lo sabemos) parece que, pasado el tiempo, consiguió reanudarse. Me ha gustado la sensibilidad y «sencillez» (en el buen sentido) de tu relato. Suerte, María José. Besos.
Hola, Jesús. Yo soy más “escritora” de relatos largos, de hecho, al principio, es lo único que escribía. Incluso tengo una novelilla de mi puño y letra que no acabo de pasar al Word. Es por eso que me gustan las historias cercanas, de esas con cuyos personajes a veces hasta se siente uno identificado. En lo cortito me voy lanzando y aprendiendo de todos vosotros, excelentes maestros.
Besitos, con mucho cariño, para mi amigo Jesús.
Jesús, muchas gracias.
Incluso hay quien dice que hay que tener cuidado con lo que se sueña porque puede cumplirse. 🙂
Amor, ternura y deseos cumplidos. Nos regalas lo que todos quisiéramos.
Hola, preciosa. Una historia de amor. Por poner un poquito de sentimiento en esta vida de ajetreo que llevamos, en la que no se tiene tiempo para nada. Muchas gracias por comentar.
Besitos, Edita.
Tierna y romántica historia con final feliz.
7,5.
Hola, Modes. Me alegra mucho que te hayas detenido a leerme y a puntuarme. Una nota con la que me siento muy satisfecha. Merçi ?.
El amor… Si no fuera por él, nuestros corazoncitos no tendrían motivos para latir a toda pastilla. Hace falta, sí.
¡Gracias, Modes!
Besitos.
El amor puede volar lejos, pero los lazos que trenzan los corazones siempre permanecen ligados al recuerdo. Una segunda oportunidad es un regalo del destino que no se puede desaprovechar. Muy bueno, María José. Abrazos y suerte.
Muchas gracias, Salvador. A veces la vida castiga con separaciones indeseadas, casi contra natura. El corazón (al igual que la piel) tiene memoria; nunca olvida a esa persona que, con su marcha, lo dejó herido. Y aprovecha cuando se le ofrece ocasión para recuperar el tiempo perdido. Me alegra que te guste.
Besitos, querido amigo.
¡Qué lindo María José! Y qué bien que hayas interpretado la fotografía de forma tan dulce, porque dentro de los sinsabores de la separación, esta historia no tiene, ni por asomo, el sabor trágico ni la inquietante interpretación que otros le han dado a la foto.
Un bálsamo me ha parecido tu relato. Muchas gracias por ese regalo y mucha suerte.
Hola, guapetona. Infinitas gracias por pararte a leer mi texto.
En la pasada convocatoria, con el payaso de melancólica mirada delante, centré mi historia en la atormentada vida del personaje. Fue como si él mismo me hubiese hablado. Después advirtieron que no se debía circunscribir literalmente el relato a la foto. En esta ocasión, pese a que la silueta de la niña parece contrahecha, he preferido orientar la trama con una lectura positiva.
Besitos, Maribel.
M. José, preciosa historia de amor con final feliz. Me ha encantado ver a través de tu relato que tu ánimo ha mejorado y te ha dado una visión muy positiva de la fotografía. No sabes cuanto me alegro.
Enhorabuena, te deseo mucha suerte, preciosa.
Besos apretados, amiga.
¡Muchas gracias, Pilar! ¡Felicidades por tu premio, guapísima!
Intento cada día ganar la batalla al desaliento; unas veces con más acierto y otras con menos. El tiempo aliviará algo; a eso me aferro.
La historia poco tiene que ver con esa niña que es como un rompecabezas, pero el sentimiento manda cuando escribes. Tú lo sabes mejor que nadie porque eres todo corazón.
De nuevo gracias, mi queridísima amiga.
Un besote enorme.
Parece que la mayoría nos hemos dejado llevar por el lado oscuro de esa silueta desarticulada. Tu relato, en cambio, se decanta por una historia más luminosa y con final feliz. Se agradece la positividad del enfoque (aunque, por favor, dime qué Ana María no sé quedó embarazada a los 11 años…). Besos y suerte.
Jajjjjj… Ya sabía yo que con el tema de la edad habría confusión. Dudé a la hora de poner los años; quizá para la niña me decanté por once por esa silueta-sombra que aparenta ser de alguien de corta edad. Mi planteamiento es que se ven por primera vez cuando ella tiene once, y, con el tiempo, inician un noviazgo. Después viene el embarazo y la separación por imposición de los padres. Posteriormente, el regreso con su pequeña (pon la edad que desees a Ani). Otro detalle es que mi historia se ambienta en una época en la cual la “inocencia” se prolongaba más allá de la niñez.
Besitos, Ana. Muchas gracias por tus palabras.
‘si proyectamos los deseos con fuerza (…) hay muchas más posibilidades de que se cumplan’
Hola, María José. Me gusta tu texto por su sensibilidad, porque está muy bien escrito y por la esperanza que transmite. Y porque aunque pueda parecer un cuento de hadas moderno, creo que también tiene algo de épico. Piensa por ejemplo en Ulises y su eterna añoranza del hogar, que le daba fuerzas para no rendirse. O en Arn y Cecilia en la trilogía de Guillou, también con un futuro bebé de por medio.
No sé si tus personajes tendrán una Itaca a la que regresar, pero está claro que sí tienen una Itaca por construir. Ojalá siempre fuera posible, ojalá siempre pudiéramos recuperar el tiempo perdido.
Muchas gracias, querido amigo. Me ha gustado mucho la comparación que has hecho con Ulises de Joyce. Aún recuerdo los dibujos animados basados en esta novela, que, por cierto, me gustaron muchísimo. Perfectamente, el texto puede encajar en tu interpretación y viceversa. Y sí, lo épico juega su papel en la historia, visto desde esa perspectiva.
Muy agradecida por tu aportación.
Besitos, J.Ignacio.
Un relato lleno de ternura y sensibilidad, María José. Y te lo agradezco muchísimo, porque esa sombra nos ha llevado a casi todos por caminos más oscuros. Tus personajes tienen la luz de la inocencia y la dulzura del primer amor. Les has dado una segunda oportunidad tras su separación forzada. De modo que acabamos la lectura con una amplia sonrisa.
Me alegro mucho de que tus letras destilen positividad. Besos, preciosa.
Carmen, mi querida Carmen, muchas gracias por tu visita y comentario. Pues sí, yo he intentado hacer una interpretación un poco más positiva de la foto, pese a que esa niña con cuerpo de “s” se me resistía. Pero veo genial cualquier otro enfoque, como el tuyo. Yo pienso que cuando miramos la foto, ella nos habla y nos va dictando el relato. A cada uno le inspira algo diferente. En mi caso, ha salido así, con mayor o menor acierto.
Besitos, preciosa. ¡Gracias, de nuevo!
Hola, María José
Me alegra enormemente comprobar que vas superando los malos momentos y que retomas la escritura con ilusión.
Yo aún sigo «de baja». Aunque no estoy en condiciones de presentar un relato, poquito a poco comienzo a visitar la casa de las «amistades virtuales», entre las que te incluyo a ti con especial cariño.
Me gusta la pureza, la blancura casi nívea de tu relato, tanto en la temática como en la forma de expresión. Denota que tras él late un corazón dotado de gran sensibilidad.
Gracias por esta agradable y positiva sensación que deja en mí la lectura de «tu historia de amor».
Besos inmensos llenos de buenos deseos.
¡Hola, guapísima! A mí sí que me alegra verte por aquí. Lo primero, darte las gracias por tus siempre cálidas palabras y desearte que pronto estés entre nosotros en calidad de lo que eres, una excelente escritora (además de maravillosa persona).
Yo me voy recuperando, poco a poco, del tremendo azote que hace unos meses me pegó el destino. No hay más remedio que hacer de tripas corazón y seguir. Cuesta. Cada pasito que doy es un logro.
Mi historia parte, como tú bien dices, de la inocencia de la niñez-adolescencia, atraviesa una serie de vicisitudes y culmina con el reencuentro de los jóvenes protagonistas y el fruto de su gran amor. Positividad, ante todo.
Preciosa, no te pierdas. Ya sabes, aquí me tienes siempre.
Muchas gracias.
¡Nube de besitos!
Mil gracias a ti, María José. No te imaginas hasta qué punto te agradezco tus palabras. Eres un cielo; el mundo sería infinitamente más hermoso si existieran más personas como tú. Te deseo, de corazón, lo mejor de lo mejor. Lo mereces.
Besos inmensos
Yo te deseo lo mismo, Nuria, porque tú sí que eres un cielo de ser humano. Y también te doy mil gracias, claro. Me parece que nos hemos juntado dos cariñosas de tomo y lomo.
Lo que te digo es de corazón, pues no sé decir las cosas de otro modo. Ni quiero decirlas de otro modo que no sea así.
Besitos, bonita. Y, de verdad, no te pierdas, que te echamos mucho de menos.
Tierna historia con el amor que todo lo puede. Suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Nani. Es cierto que el amor, cuando es verdadero, puede con todo y más. Sobre grandes historias de amor se ha construido la humanidad. Y que siga.
Besitos en cantidad para ti, preciosa. Muchísima suerte.