63. El presente que ha de venir (La Marca Amarilla)
El abuelo se fijó en los geranios marchitos que mamá dejó de regar la misma mañana en la que él comenzó a no reconocernos, desde aquel instante los cuida cada día.
Incluso atrapado en una enfermedsd cruel donde las haya, para él y sus famiiiares, uún wueda algo a lo que aferrarse, un deseo de no rendirse, de luchar y vivir, por mucho que pueda parecer en vano.
Breve, emotivo y efectivo.
Un abrazo, grande, campeón
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San Vicente del Monte
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Qué imagen tan tierna y evocadora. Me trae a la memoria a mi padre, terrible el Alzheimer.
Mucha suerte y un abrazo.
Muchas gracias por el comentario, Ana María!!
No deberíamos dejar que nada se marchite.
un saludo! 🙂
Incluso atrapado en una enfermedsd cruel donde las haya, para él y sus famiiiares, uún wueda algo a lo que aferrarse, un deseo de no rendirse, de luchar y vivir, por mucho que pueda parecer en vano.
Breve, emotivo y efectivo.
Un abrazo, grande, campeón
(Disculpa las erratas, es lo que tiene escribir en el móvil por circunstancias).
Te mando otro abrazo, Marca
Muchas gracias, Ángel!!
Tus comentarios siempre son acertados, hay que vivir y ayudar a vivir, no desanimarse.
Un saludo, campeón!!! 🙂
Qué bonito, Marca, a pesar del drama que supone perder la memoria por vejez o enfermedad. Tu protagonista recuerda con el corazón.
Un abrazo y suerte.
Rosalía, gracias por tu comentario tan acertado!!!
Un saludo!!! 😊