45. El primero del año
Consiguió tragarse todas las uvas a tiempo. Luego, abrió la botella de champán. Dejó que el tapón saliera disparado; le resultaba divertido. Llenó la copa. Se la bebió. Estaba listo.
Cuando abrió la puerta del balcón, advirtió que le temblaba todo el cuerpo. Hacía mucho frío. Se subió a la silla que había preparado. Durante unos instantes dudó. Finalmente lo hizo.
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Abrió los ojos. Todo era blanco. ¿Dónde estaba? Trató de mover las piernas, los brazos, la cabeza, pero no pudo. No sentía su cuerpo. ¿Así que esto era lo que ocurría al otro lado? No era tan malo. Era como si estuviera tendido en la cama.
Comenzó a recordar. ¿Lo habría conseguido? ¿Habría sido el primero de 2015? Durante unos instantes se alegró. Por una vez, hablarían de él. Su nombre aparecería en los periódicos. Se haría famoso. ¿Le compadecerían? ¡Bah! Ya no importaba.
De pronto, le pareció escuchar una voz. Una mancha borrosa se formó delante de él.
–¿Señor Ortega? ¿Señor Ortega, se ha despertado?
La imagen de la enfermera se hizo nítida. Tardó poco en comprender que también en eso había fracasado.
Debería haber subido a la azotea.
Pobre hombre, mala suerte pa to.
Humor negro, bueno, blanco en este caso, pero del bueno.
uf, qué manera de empezar el año y aunque todo le sale mal, por esta vez parece que le ha salido bien el hecho de que su plan no saliese como quisiera…Suerte
Hala, Pedro. Relato bien escrito, original y divertido. Idea sencilla y clara. Llega. Creíble, coherente, sólido. Basta con leerlo una vez. De esos cuyo final acaba mal, pero acaba bien. Son los que me gustan. Aunque sea un poco pronto, feliz Navidad (y cuidado con lo que haces, ¿eh?, no te vayas a tirar por una ventana. Jaja).
Nada nada quien la sigue la consigue, es cuestión de coger mejores técnicas para 2015 jeje.
Abrazos y suerte
Juan Pedro, buenas moralejas las de tu relato, claras y bien contadas. Suerte y felices fiestas
Vaya pobre hombre… Bueno a intentarlo el próximo año, con suerte se le habrá quitado la idea de la cabeza.
Un abrazo Juan Pedro.
Me da pena el señor Ortega. Debería intentar otra cosa para salir en las noticias. Por ejemplo bailar desnudo la danza del vientre delante de un edificio público
Jajajajaja Suerte, saludos.
La vida es un rodillo que se lleva por delante todo lo que encuentra en su camino. Me ha parecido muy original tu propuesta, con esa mezcla agridulce entre lo cómico y la pena. Estoy firmemente convencido que la mala suerte es una compañera a la que hay que ignorar porque si no, nunca se marcha. Mucha suerte 🙂
Bueno, pues aunque no consigue su propósito, de lo cual reconozco que me alegro (qué poco me gusta los finales tristes), este señor Ortega se lo toma con filosofía. Hasta provoca sonrisas. Espero que se le quiten las ganas de subir a la azotea, si es que su cuerpo se lo permite buscando la fama.
Besos