01. EL RÁPIDO DE CUBAS (Jesús Alfonso Redondo Lavín)
“El Rápido de Cubas” era un tonto comarcal de los años cuarenta. Ligero andarín, cachava en mano, apeonaba por toda Trasmiera. Asombrosamente ubicuo, de ahí su mote, además de en todas las romerías, decían haberlo visto casi a la vez en Ajo, en Sobremazas o en Pedreña.
Eso sí, a las seis de la tarde, cuando mi madre llevaba las ollas de la leche al puesto de recogida de la Nestlé, aparecía dando un salto de entre los maizales, apoyaba una mano en el pescante del carro y le mostraba su sonrisa babosa mirándola embobado.
──Tinuuca, aamor mío ──decía── mira que cinturóón marrón nueevo tengo; es boonito ¿veerdad?
A ella le desesperaba el continuo acoso de aquel inocente y queriéndose librar de él lo amenazaba con la vara de azuzar al caballo.
── ¿No iráás a peegar al paadre de tus hijos?, respondía el Rápido resguardándose la cara tras su codo.
Y porfiaba fiel a las voces que retumbaban en la chácena de su desajustado cerebro: “vueelve José, que Tiina te quieere”.
El genio de mi tío Gelio y un forzado remojón en el bebedero de la “Fuente de los Curas” dieron fin al asedio y le apagaron aquellas voces.
Tus paisajes costumbristas, esta vez en marrón. Esos pueblos no los he visitado, pero a través de tu relato, algo queda.
Suerte y buena noche.
Gracias, Mercedes.
Todo se nos olvida muy deprisa en este tiempo desmemoriado, en el que todo transcurre de manera vertiginosa, pero no podemos olvidar ese pasado reciente en el que todo podía saborearse sin tanta premura, esos pueblos entrañables, cada uno con su tonto, un personaje pintoresco, parte imprescindible del paisaje. Antes se decía que los tontos y los niños siempre dicen la verdad, de ahí que, al menos, nos quedemos con la duda de si tu protagonista era el padre de los hijos que afirmaba ser.
Un episodio cotidiano y, me aventuro a decir que también verídico, que ha conformado una historia y podría ser el caldo de cultivo de una buena novela, película o, como está de moda, serie, descrito con esa perspectiva clásica y cuidada visión que te caracteriza.
Un abrazo, Jesús. Suerte
Gracias, Ángel. Como siempre, gracias por tu comentario.
Qué bien plasmada esa imagen costumbrista color acastañado, con el léxico y las expresiones perfectas. Un lujo.
Gracias, Edita, eres muy amable.
Es cierto: tus escritos son un lujo.
Gracias, Miguel. Esta historia me la comentaba mi madre y muchos del pueblo, incluso ahora recientemente me lo comentó un viejo de mi pueblo.