119. El secreto de una luna de verano
Llevaban ya bastante rato caminando en silencio.
– «Soy tan feliz … ¿No te parece romántico pasear por la noche junto al mar?»
– «Claro cariño»
– «Como no dices nada … Siempre has sido muy callado.»
¿Qué podría decir? Como siempre que hay luna llena piensa en su gran amor. En un viejo trato que hizo con ella. – Cada luna llena que veamos, por muy lejos que estemos, por favor, piensa en mí. Yo haré lo mismo; había dicho ella hace más de 30 años.
La vida los separó hace mucho y aquel amor de juventud acabó pero él seguía cumpliendo su parte del pacto y se preguntaba si ella, por lo menos alguna vez, lo haría.
– «Si no vas a hablar, por lo menos bésame, tonto.»
El la besó, pero nunca volvió a besar como antes. ¿Cómo podría? Para besar hay que hacerlo con el alma y él la había entregado en cada uno de los besos que le dio a ella. Y una vez más guardó su secreto, que se puede ser feliz con un corazón roto siempre que se ame hasta el final.
Estos amantes sentimentales llevan su palabra hasta las últimas consecuencias: ¡treinta años de amor! ¡Treinta años de silencio!
Un saludo
JM
Un silencio que guarda tantas recuerdos tiene que provenir de un amor muy intenso, casi platónico. Un amor así es más fuerte que uno presencial, porque supera todas las barreras: la del tiempo y la distancia, los minutos no compartidos, el no saber…
Intenso relato, enhorabuena Juan M.
Un saludo
Rosa.
Ser feliz con un corazón roto y, lo que es peor, mintiendo y mintiéndose a uno mismo 30 años es imposible. Es un desperdicio de la propia vida y una falta de respeto a la ajena. Hay que tener más coraje. Suerte y saludos.
Has planteado una situación terrible. Una cárcel de nostalgia donde va a parar una vida probablemente desperdiciada. Podrías haberlo dejado en la anécdota de recordarla, pero lo has apuntillado marcando la imposibilidad de amar. Creo que es un relato que difícilmente pasa indiferente. Mucha suerte 🙂
Miguel, los silencios largos como este de tu relato dan un poco de miedo al otro,quiza sean los que mas hablen de nosotros, bien contado. Suerte y saludos
El relato muy bueno, el desperdicio de una vida cerrándose al amor por una promesa mezquina sin fundamento.
Un abrazo y suerte.