114. El sueño eterno (Marta Trutxuelo)
Entro en un callejón. Se bifurca. Miro a izquierda y derecha. Dudo. Elijo el de la izquierda. Camino. Veo dos puertas. Miro a izquierda y derecha. Elijo la de la izquierda. Abro la puerta. Entro en la sala de conferencias. No sé cómo empezar mi discurso. Mis ideas, en lugar de transitar ordenadamente por el pasillo de mi mente, corren desesperadas por el laberinto de mis dudas. ¡Qué pesadilla! No hay triquiñuela que valga, la respuesta está en el estrato más hondo del yacimiento de mi sabiduría. Sigo mudo. El público me observa expectante. Carcajadas. Despierto. Entro en un callejón. Se bifurca. Miro a izquierda y derecha. Dudo. Elijo el de la derecha. Camino. Veo dos puertas. Miro a izquierda y derecha. Elijo la de la derecha. Abro la puerta. Entro en la sala de conferencias. No sé cómo empezar mi discurso. Mis ideas, en lugar de transitar ordenadamente por el pasillo de mi mente, corren desesperadas por el laberinto de mis dudas. ¡Qué pesadilla! No hay triquiñuela que valga, la respuesta está en el estrato más hondo del yacimiento de mi sabiduría. Sigo mudo. El público me observa expectante. Carcajadas. Despierto…
Qué bien describes la sensación asfixiante de las pesadillas en las que intentas escapar de una situación de agobio que se repite en bucle, con esa sucesión de frases muy breves e idénticas. También me gusta esa duda que siembras en el lector sobre qué parte del texto habla de un sueño y qué parte de una realidad. Genial. Suerte y besos.
Es exactamente lo que uno se imagina que pasa en un laberinto, elijas lo que elijas solo hay puertas iguales a los dos lados y una historia que se repite sin salida.
Me gusta como reflejas ese bucle infinito que podía durar tres días o tres años, muy bueno!!
Enhorabuena!
Muy bueno! El laberinto perfecto. Muchas felicidades. Me encantó!
Buen texto Marta, me gusta. Perfecta transmisión de agonía de estrés. Parece la retransmisión de las pruebas de laboratorio a un ratón incluso creo que es eso el personaje en esos momentos. Ufff transmites mucho.Suerte
Marta, qué bien has reflejado el laberinto de la duda, de la inseguridad, de nuestro yo expuesto a cientos de miradas explorando nuestro sentido del ridículo. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Marta, su fuerza y ritmo nos conduce por su ansiedad en ese bucle que parece no acabar. Suerte y saludos
Vaya pesadilla !!! Una espiral que se va repitiendo en el laberinto de los sueños.
Suerte.
Magnífico relato. Has puesto al lector tan en situación que cuando acabas de leerlo parece que por fin haya sonado el despertador. Has conseguido el más absoluto de los desasosiegos. Enhorabuena. Mucha suerte 🙂
El título me ha engañado. Pensaba encontrarme a Bogart en tu laberinto pero no ha sido así.
Muy buena esa imagen de las ideas corriendo desesperadas. Da una sensación de angustia enorme todo.
Suerte.
Pues yo creía que era una puya hacia los políticos ya fueran de izquierdas o de derechas. Ni unos ni otros saben ya qué decir, ni qué triquiñuela usar para generar confianza.
Pulla, perdón.