43. EL TAPIZ (Paloma Casado)
Hay una imagen de ese día. En ella se ve a la mujer en una ventana de la que cuelga el tapiz que representa la cola de un pez. Se podría fabular con la ensoñación de una sirena, pero esta es la historia del tapiz.
Lo compró el hombre más poderoso de la comarca encaprichado de su dibujo. Amante de los animales marinos, Don Salvatore odiaba a los periodistas.
Como poseía un sentido el humor refinadamente macabro, envió a la redacción del diario que informaba de sus oscuros negocios, no una cabeza de pescado envuelta en un ejemplar del periódico, sino el periódico envuelto en la cabeza de pescado resultante de dividir en dos la tela. El director entendió enseguida la amenaza y también el resto de la ciudad al encontrar la otra mitad colgada en su mansión.
Ahora nos fijamos en la criada que se asoma a la ventana; está esperando ver aparecer a su patrón. Entonces deberá avisar al comando que está colocando algo dentro de la casa. No han querido darle detalles, solo que antes de una hora determinada salga con cualquier excusa y corra hasta la estación para coger un tren. El primero que pase.
Al contemplar esta imagen es lógico pensar en sirenas. Tú le das una vuelta de tuerca ineaperada e imaginativa, para componer un relato al más puro estilo mafioso, en el que el tapiz que asoma por un balcón es un estandarte de poder y de amenaza. Ese mismo balcón sirve para hacer señales que avisen a quienes, imaginamos, pueden haber colocado una bomba en el interior de la vivienda, una batalla mas de esa guerra fraticida entre dos poderes oscuros en la sombra.
Original y, como no puede ser de otra forma, muy bien narrado.
Un abrazo y suerte, Paloma
Excelente trama has dado al relato, una manera impensada de ver la fotografía para que sea un historia casi real e incluso actual.
Un gran abrazo Paloma y suerte.
Estupendo. Te has salido por la tangente y me encanta. Nada de sirenas, dragones y animales fantásticos, nada de nada. Muy bueno y refrescante.