50. El video mató a la estrella de radio
Mi madre y yo vivíamos en una casa en cuyas paredes rebotaba el sonido constante de una radio y la ausencia de padre.
A ella le gustaban las telenovelas y por eso, y por estar juntos, todas las tardes oíamos alguna, ella con la costura en las manos y yo jugando con algo.
Después, al poco de empezar la emisión, llegaban a mis oídos sus suspiros, sus susurros y hasta las lágrimas, mientras las agujas y los hilos descansaban inertes en su regazo; sonidos que se mezclaban con el ruido del viento, de la lluvia, de un caballo, de un beso o de un disparo que yo oía en un segundo plano, que daban a la insufrible telenovela realismo y magia, y con los que soñaba poder ganarme la vida en cuanto pasasen algunos años.
Después, y en este orden, llegó su muerte, Vietnam, el hospital de campaña, la televisión y esos vídeos musicales que no puedo oír, que miro sin parar y contra los que peleo con suspiros, susurros y lágrimas, como mi madre hacía, mientras la vida continúa varada y muda en mi regazo.
Luisa, es tan bonita tu narrativa, muy poetica, como la historia tan entrañable que cuenta. Suerte y saludos
Gracias eres muy amable, demasiado? Poética, dices, justo lo que menos me gusta a mi que quería escribir un microrrelato. Gracias
A ver qué tal lo interpreto, Luisa. Primero una mujer responde con suspiros, susurros y lágrimas a los sentimientos de los personajes de una radionovela, que viven lo que ella no tiene y quisiera en una casa marcada por la ausencia de su hombre. Luego su hijo, sordo a consecuencia de la guerra, utiliza esos mismos suspiros, susurros y lágrimas, ecos de frustración, frente a los vídeos musicales, ya que puede verlos, pero no oírlos. Dos personajes marcados por la soledad, con una sensibilidad y capacidad de afecto que no tiene con quien compartir. Me gusta el título, coincidente con el de una canción de los ochenta.
Un abrazo y suerte
Justo así. Yo no habría dicho mejor
Un relato muy bonito. Me ha gustado mucho el cierre que le has dado. Mucha suerte 🙂
Gracias, Juan Antonio
Dos miembros de una misma familia a los que la vida les depara una existencia de cierto paralelismo. Historia bien contada, apoyada en el hilo conductor de los medios de comunicación.
Muy bien Luisa.
Ton.
Has hecho una radiografía perfecta de la radio, antes de de que nacieran las nuevas tecnologías.
Lo mejor de todo el final que le has dado.
Saludos
Buena prosa y buen final.
Feliz año y salud.