117. Elección de guardería (Óscar Quijada Reyes)
Mi cuñado estaba muy interesado en saber por qué Andrea y yo habíamos tardado tanto en encontrar un sitio apropiado para los cuidados del niño. Tanto mi esposa como yo trabajábamos a jornada completa y, a pesar de la velocidad de nuestras naves, no lo hacíamos todo a tiempo. Le expliqué que mi enferma madre ya no estaba en condiciones de cuidar a nuestro Miguel, y mi hermana estaba atareada al extremo con su tesis doctoral. Además, habíamos usado varios jardines de infancia de los que acogen a niñitos hasta los tres años, mas no eran del agrado de mi hijo.
Me costó mucho que entendiera que Miguel era muy precoz y que ya tenía sus metas, aunque solo contaba con tres años. Soñaba con ser astronauta, por eso no gustaba de las guarderías menos costosas, sino de las equipadas con los más modernos simuladores de vuelos espaciales.
Un niño que promete, con las cosas claras desde el principio, con unos padres que no quieren negarle nada, capaces de tomarse las mayores molestias para su desarrollo. En cuanto tenga la edad suficiente obtendrá una beca de la NASA, no puede ser de otra forma.
Un abrazo, Óscar. Suerte.
Saludos, Ángel. Gracias por tus generosos comentarios y por pasar por aquí, un abrazo.
Un viaje en el tiempo (al futuro), a un tiempo en que los viajes espaciales están al cabo de la calle. Con tres años se aprende tan deprisa!!! que tardar en la elección de la guardería me parece absolutamente justificada.
Gracias, Luisa. ¡Qué bueno que hayas pasado por aquí! Me gusta mucho tu blog Microrrelatos al por mayor, refleja buen gusto. He descargado tu obra Risak de Bubok. Espero que sigas teniendo mucho éxito con tus obras, incluso que lo mejor esté por llegar. Un abrazo.
Una historia del presente, que apunta futuro, agradable de leer.
Una vez más, mis saludos cordiales, Oscar
Hola, María Jesús. ¡Qué gusto encontrarte otra vez por aquí! Agradezco mucho tus animadoras palabras, me gusta como escribes. ¿Tienes blog o web? Si quieres me envías la dirección a oscarjqr@gmail.com. Un abrazo.
Pues si con tres añitos tiene las cosas tan claras, no sé hasta dónde puede llegar Miguel a los mandos de una nave espacial. Viendo cómo evoluciona todo, no me extrañaría que se presentase esa situación de aquí a pocos años. Me ha gustado tu relato, Óscar. Un abrazo.
Gracias por tu generoso comentario, Inma. La imaginación da para todo. Saludos.
Creo que es la primera vez que te leo y para mí que a este relato le falta tensión y un giro, claro en un futuro puede tener más sentido. Suerte.
Te agradezco mucho Javier, mi casi colega (área contable). Este es el tipo de comentarios que ayudan, que hacen que uno se esfuerce por mejorar. Algún día me contarás como te pusiste con la escritura creativa. Saludos.
Tengo la costumbre de no alabar un relato que no haya comprendido, entendido o me haya gustado, suelo decir lo que pienso, pero no soy experto en nada y siempre es subjetivo, en muchas ocasiones el problema es mío. No soy del área contable, siempre fui informático, sobre todo en banca y compañías de seguros. Un día me despidieron, empecé a escribir, las historias gustaban cometía errores, repasé gramática, me apunté a talleres de escritura (tres años) y sobre todo, formamos un grupo de amigos que nos proponíamos ejercicios y nos decíamos las mejoras, sobre todo eso, lo que no nos gustaba. Es la única forma de progresar, el que solo recibe halagos no progresa, se suele creer genial, y termina por no aceptar críticas. Saludo. Nos leemos.
Óscar, trasmites la ilusión de ese equipo, puede llegar hasta metas insopechadas. Suerte y sludos
Gracias, Calamanda. Es animador tu comentario. He visto que has estado escribiendo mucho y como finalista de varios concursos, ¡enhorabuena! Espero que sigan los éxitos y tu ascenso. Saludos.
Me ha gustado mucho tu relato, Oscar, y no solo por lo acertado del tema escogido y la fuerza de tu protagonista, que tiene claro que el astronauta nace y no se hace, sino también por la forma de escribirlo.
Hay una frase en especial que me ha encantado por el juego que haces de la palabra tiempo. Es esta: «Tanto mi esposa como yo trabajábamos a tiempo completo y, a pesar de la velocidad de nuestras naves, no lo hacíamos todo a tiempo».
Enhorabuena. Es un gran relato.
Un fuerte abrazo.
Lo que no se haga por un hijo… que además promete, es una deuda de esas que pesa siempre dentro de la cabeza. Miguel es uno de esos niños que se come el mundo, por qué no lo que se cuece en lo más alto del cielo.
Un buen texto. Enhorabuena.
Hol Óscar, gran relato en el que percibo un leve critica social, donde los niños diferentes no reciben el estimulo correspondiente a su interés. Lo digo por que veo que pasare lo mismo con mi hija de dos años.
Felicitaciones y que tengas muy buena semana.
Saludos.