07. ELLA Y NOSOTROS
La tenue luz de la candela ilumina a duras penas la negrura del desván. La niña de blanca cara y enormes ojos escribe sin cesar. Al igual que cada noche. Una raída sábana la cubre por completo dejando únicamente al aire su pequeña mano. El gélido viento se cuela por las rendijas del tragaluz haciendo peligrar la débil llama.
En las muchas páginas completas, cuarteadas, está todo. Estoy yo, aparecéis vosotros que ahora leéis esto, está el mundo entero con sus historias de guerras y amores, la tierra con sus glaciares, volcanes, bosques y mares, están la luna y el sol engendrados y descritos en una calurosa noche de verano, están el universo, las libélulas, los atardeceres y el café.
En el más absoluto silencio nocturno imagino oir el leve sonido de su pluma al rozar el papel. De ahí surgen las letras, palabras, frases, los puntos, espacios y comas.
Justo antes de que el sueño me venza, sonrío sabiendo que la niña de blanca cara y enormes ojos, en esa mágica conjunción de tinta y signos, está dejando escrito mi futuro.
Y el vuestro.
Nos dejas un bello texto con tintes simbólicos o, por lo menos, así lo veo yo. Lo que no me deja nada tranquilo es pensar en esa niña de grandes ojos perfilando, mientras duermo, los restos de mi vida. Suerte, Pablo. Un saludo.
Bravo por esa niña de blanca cara y enormes ojos y bendita sea su fértil imaginación.
Una bella historia, bellamente contada, Pablo.
Qué poético. Todo lo pasado y por pasar en manos de esa niña que se puede llamar literatura. Precioso.
Pablo, si esa niña bien podría ser el germen de la literatura; potica forma de contarlo. Suerte y saludos
El destino escribe sin cesar las páginas de nuestra vida, pero nos deja un resquicio para impregnar con letras nuestra imaginación. Me ha gustado mucho, Pablo. Abrazos y suerte.
Bello texto, en el que el devenir toma la hermosa forma de una niña escribiendo a la luz de la luna, siempre es de noche donde se gestan los sueños, y no podía faltar esa ventana que refleja la luz lunar.
Pura poesía tus palabras, Pablo.
Un saludo.
Pablo, la niña de tu relato y las cosas sobre las que escribe, me han recordado a la gran poeta norteamericana Emily Dickinson, que siempre vestida de blanco creó un Universo entre las cuatro paredes de su habitación. De su interior fluyeron poemas plagados de mayúsculas y guiones, de petirrojos y eternidad, mientras bebía atardeceres en tazas de té.
Me ha gustado mucho, enhorabuena.
Besos
Un texto bellamente escrito pero también algo inquietante… Prefiero no leer lo que está dejando escrito.
Saludos.
Carme.
Me pregunto si esa niña dejará de serlo alguna vez.
Inquietante historia, Pablo.
Un saludo
Un texto muy elegante, poético, enigmático. Al leerlo uno se queda suspendido en las palabras, en las preciosas imágenes que describen. Un placer leerte, Pablo. Enhorabuena y suerte.
Un abrazo.