27. ELLOS TIEMBLAN
Mi amiga, fue una heroína, cuando a sus treinta y cinco años, la diagnosticaron, el corazón se le quedó por un instante parado. Trabajaba de administrativa en unos grandes almacenes. Cuando comenzó a temblar.
Aquella mañana, al mirarse al espejo, notó que las facciones de su cara, le estaban cambiando -Sera cosas de la edad-, no le dio importancia.
-!Cuánto me tiemblan las manos!, los papeles se movían, los sujetó fuertemente.
Así es como le hablaron del «PARKINSON»
-¿Es normal? Solo tengo…
-Es precoz, no es muy frecuente, pero puede pasar.
Durante años tuvo que ir a trabajar, maquillada de medicación. Con el paso del tiempo, no solo le temblaban las manos, su cuerpo, su cara, todo vibraba. Se sujetaba, se apoyaba en las paredes. Hasta que no lo pudo ocultar.
Fue un quijote que batalló por la vida.
Ahora vive en un pueblo deshabitado, donde sus habitantes, no te observan, ni te preguntan. Sus sentidos se han quedado dormidos, silenciosos, sin movimiento. Solo se huele a ciprés en el camino. Allí nadie la ve temblar. «Ella» ganó esa batalla. Allí no se lucha
El caballo, la pasea engalanado con lazos y rosas, su cuerpo con el galope no tiembla.
Hola, Juana.
Describes muy bien y de una manera sensible esa enfermedad tan tremenda. Ella fue una heroína, claro que lo fue, al igual que tantas y tantas personas que luchan por seguirse manteniendo en pie, a pesar de la carga de piedras que llevan en sus petates.
Por ella y por tantas como ella, va mi aplauso.
Abrazos y suerte.
SI hay alguna pega que poner a tu relato, por poner algo, es el título, porque como bien dices, son personas tan heróicas que me parece que somos nosotros los que temblamos cuando nos cuentan un suceso semejante que ha sucedido a una persona cercana. Temblamos porque tememos que nos ocurra a nosotros, temblamos porque tenemos miedo de la vida y de las enfermedades. Aprovecho este pequeño espacio para enviar toda la energía de que sea capaz y toda la fe, para que nunca tengamos miedo de lo que la vida nos vaya trayendo, porque como tu amiga del relato, seguro que sabremos enfrentarlo con más coraje que las personas que nos rodean.
Es un relato que enseña eso, el coraje y el valor.
Un beso y mucha suerte en la vida y en las letras.
Juana, penosa situacion que azota atantas personas. Son verdedoros heroes, desde luego. Suerte y saludos
Juana, que bello relato, describes muy bien lo que puede ser convivir con la enfermedad. Tiene que ser duro, aunque la protagonista parece haber encontrado la felicidad en ese pueblo casi deshabitado y su caballo.
Un abr
Mercedes,tienes razón, temblamos más nosotros cuando pensamos que nos puede pasar a nosotros o alguien de nuestro entorno. Es difícil dar con el título acertado. Le podia haber puesto «La heroína» o «Mi amiga» Un abrazo
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