28. EMPACHOS
No hay tiempo que perder, aceleremos el paso, tenemos que llegar los primeros, pues dicen que están acabándose también las raciones de alegría. La gente empieza a estar desesperada, ya se hartaron de las de nostalgia, que con las de frustración han venido inflando más que nuestros estómagos los últimos años. Una amiga mía murió el otro día de felicidad de tanta alegría que había consumido. Ahora dicen que los cementerios empiezan a tener otra imagen bien distinta, suena música de ambiente muy alegre, y las risas que salen de las tumbas hacen que sea un lugar con mucho encanto para visitar.
La vida tiene sus momentos y así debe ser, de lo contrario, nos empacharíamos. Aunque también es cierto que, si hemos de pecar de algún exceso, que sea de alegría, hasta incluso, o sobre todo, después de la sepultura.
Un abrazo, Antonio, allá donde te halles.
Suerte (y alegría)
Siempre un honor recibir tus comentarios, para los que ya no sé qué adjetivo etiquetar. Un gran abrazo
Parafraseando al refranero español, de alegrías y grandes cenas están las sepulturas llenas. Todo, en exceso, empacha, por mucho que nos guste, por mucho que pensemos que no importa morir de hartazgo con nuestro manjar favorito. De todas formas, cualquier cosa que alegre un cementerio es bienvenida, aunque seguro que después de una eternidad escuchando música, también querremos silencio. Ya no soportaremos ni el calipso de Beatlejuice. Suerte y abrazos, Antonio.
Gracias Rafael por tu comentario. !Alegría pal cuerpo y el alma! Un abrazo, Antonio