25. En aquel hotel de carretera (Manuel García García)
Todo era comenzar, me decía una y otra vez. Finalmente terminé en aquel hotel de carretera de mala muerte. Sami me acompañaba esta vez, a pesar de insistirle que no lo hiciese. Era una mujer muy testaruda.
Recorrimos más de tres mil kilómetros en poco mas de tres días cuando divisé desde lejos la azotea de aquel hotel y me entraron dudas si continuar la aventura. Era algo siniestro, todas las paredes de aquel edificio eran verdosas tirando a grisáceas. Todo estaba destruido por completo y un inmenso árbol desde el interior del patio se había adueñado de toda la estructura. Todas sus ramas e incluso sus raíces se colaban por las puertas, ventanas, escaleras. Era un lugar asediado por el propio paso del tiempo. Por aquel lugar nadie pasaba desde hacia muchos años.
Sami propuso pasar la noche en aquel lugar. Me entró un escalofrío tremendo. Sami era la típica mujer cariñosa responsable con todo pero demasiado loca y sin miedos como para hacerla cambiar de opinión. Sin embargo, yo estaba demasiado turbado con la idea. A decir verdad también asustado con el lugar.
Aquel olvidado y destruído hotel fue abandonado en 1902 por la existencia de entes malignos.
Ahhhhh! Qué susto me has dado. Yo me había imaginado una simbiosis hotel arbórea o algo así.
¿Qué será de su viaje ahora?
Tu relato apasiona, pero nos queda la duda del final…
Un abrazo y suerte.
Me pasa igual que a El Moli, me parece que la historia no ha hecho más que empezar y prometedoramente, por cierto. Te animo a que la continúes.
Me uno a los compañer@s. Al final te quedas con el buen sabor de boca de una historia que te apatece seguir leyendo. Mucha suerte 🙂
A partir de ahora voy a tratarle de usted, maestro. Que bueno! A mi el final me parece soberbio, una sola frase que pone la carne de gallina,
Enhorabuena!
Otra historia que nos deja con ganas de más (por cierto, más con acento, he visto un más en tu relato al que le falta, igual aún lo puedes corregir). Se presta también a seguir las andanzas de tus protas en la próxima luna llena de agosto. ¿Lo veremos?
Abrazo.
Pues yo veo una simbiosis entre tu relato y la imagen del mes. A ver si tienes suerte este mes.