32. EN BUSCA DE LA SALIDA
….y ¿Qué pensará mi familia? y ¿Qué dirán mis amigos? y ¿Si todo sale mal? y…. No quiso quedar atrapada en ese laberinto de preguntas que se hacía una y otra vez, ya que de tenerlas en cuenta nunca la iban a llevar a ninguna parte. ¡Se acabó! exclamó en voz alta.
Y tras saborear el último café, aquella mañana, en aquella casa, Gloria de 48 años, divorciada y sin hijos se centró en aquellos otros pensamientos que la impulsaban a buscar un nuevo camino para salir de la rutina asfixiante en que se había convertido su vida.
Pensó que ya estaba más que harta de levantarse todos los días a las siete de la mañana, de pasar de ocho a tres de la tarde en la residencia de ancianos, de limpiar y cocinar, de hacer la compra y de echarse a la cama sin apenas ver la tele, porque a las once ya estaba tan cansada que en cuanto ponía la cabeza en la almohada caía en brazos de Morfeo. Así un día y otro también. Esto estaba pensando cuando sonó el timbre. Abrió. Allí estaba él, Andrés de 40 años, alto y guapo y, sonriéndola, con el casco en la mano. Ella tomó el suyo, se puso la mochila al hombro, cerró la puerta, subió a la moto y se marchó sin mirar para atrás, por si acaso.
Quizá en muchos momentos somos protagonistas de nuestro personal ATRAPADO EN EL tiempo, pero, quizá también, no todo el mundo encuentra la salida de su laberinto.
Inteligente planteamiento y fluida narración.
Buen relato.
Un beso.
Sabia decisión la de tu protagonista, me gusta su arrojo: si te parece que el laberinto no tiene salida una buena idea puede ser atravesar la tapia, o montarte en la moto, que viene a ser lo mismo. Eso sí, la mochila que vaya lo más ligerita posible. Suerte este mes y besos.
Hola María
Lo primero, me alegro mucho de leerte también por aquí.
A veces la única manera de escapar del laberinto es marcharse sin más y, sobre todo, sin mirar atrás, porque la fuerza de la costumbre y el imán de la inercia tiene demasiada fuerza, no es fácil soltarse.
Buen relato, ya verás como no soy el único que te lo dice.
Un saludo y suerte.
Maria, sus infinitas lecturas le dan la fuerza y credibilidad de las moralejas; Siempre se puede elejir. Suerte y saludos
Ese «por si acaso» dice mucho y le pone el ribete al relato. Historia muy cercana con la que muchos se sentirán identificados. Por acción o por omisión. Me gusta la salida que le has brindado a tu protagonista. Me recuerda al final de un libro maravilloso que leí hace tiempo «Dios vuelve en una Harley». Mucha suerte 🙂
Eso está bien, nunca es tarde para hacerse motera jeje me ha gustado, un relato fresco para el veranito.
María, me ha encantado tu relato. Reflexivo, sencillo, claro, sin liarte… Para mi es un reflejo de lo difícil que es tomar una decisión fácil (o aparentemente fácil). Y eso… no mirar atrás por si acaso.
Gracias por vuestros comentarios. Yo creo que cuando nos encontremos en una situación que nos hace sufrir, y siempre que podamos cambiarla, debemos luchar todo lo posible para que así sea. Saludos.
Sólo se vive una vez. Y no estamos aquí para pasar de largo ni para cerrar puertas.
Un buen casco y a buscar nuevos horizontes . Y si dicen, que digan .
Mucha , mucha suerte.