17. En la peluquería (Luisa Hurtado)
Del peinado de la Tere (la mosquita muerta) me encargo yo, no os preocupéis. La voy a dejar guapísima (hecha un cuadro, eso es lo que me gustaría). El moño que quiere llevar el día de su boda a mí me sale de fábula (mucho cuento tiene la niña) y se lo haré bien tirante (todo lo que pueda) para que se le vea bien la cara (esa cara dura que lleva) y esa sonrisa de dientes blancos que tiene (que no ha dejado de lucir desde que mi Antonio se fue con ella) tan perfecta (y de mentira, dicho sea de paso). Le sujetaré el pelo con muchísimas horquillas perfectamente ocultas (como sus intenciones) y lo remataré con un poco de gomina (¿por qué no pegamento?) o de laca (sí, esa que viene en un bote como el de los insecticidas); y acabará llorando de emoción (o de lo que sea, pero llorará fijo).
No os preocupéis, chicas, estoy bien; yo me encargo, no hay problema. Será como tiene que ser, un día inolvidable (y es que me voy a encargar personalmente de que no se nos olvide nunca).
Tu protagonista se debate entre una profesionalidad, que debería ser a prueba de todo, y sus resentimientos, siendo éstos últimos los que parece que triunfarán, con consecuencias memorables. Un mal corte y/o peinado de una novia el día de su boda debe ser algo catastrófico, del que quedará constancia gráfica.
Una estructura muy original, con un conflicto nunca superado, germen de una venganza que termina por materializarse, autoalimentada dentro de esos paréntesis.
Un abrazo, Luisa. Suerte
Oír los pensamientos (propios o no) es… una experiencia. No hay filtro. Por eso la estructura del micro es como es: cada vez que la protagonista dice una cosa, está pensando otra. Un poquillo resentida sí que parece estar. Y aunque no vaya a hacer algo grave… la boda esa puede ser «diferente»; ella lo va a intentar con todas sus ganas.
Gracias, Ángel, por estar ahí.
Qué mala uva tiene esa peluquera. Resentida de veras y muy bien llevado por tu parte. Me ha encantado esa doble conversación. Felicidades Luisa y mucha suerte.
Besicos muchos.
Gracias, va a ser difícil, hay relatos muy buenos.
Una lluvia de ideas, de frases y comentarios, de información y resentimiento, de pasado y futuro.
Un micro como la vida misma, que dice, que calla, que finje, que promete, y falla (o no).
Me gusta. Me gusta la forma y el contenido. El caos y el orden de las cosas… Su orden. El que marca el relato.
Un abrazoooo, Luisa.
Gracias, Amparo. Dentro de las cabezas bullen muchas cosas, pero la realidad impone un orden; y parece que en este historia también lo impondrá la ganas de venganza.
Un beso, Luisa
Luisa, original relato. Me encantan esos pensamientos ocultos de la peluquera. No hay mejor venganza que la que se sirve en frío, por fín va a tener su oportunidad.
Suerte y un abrazo
Gracias, Amparo. Ay la venganza. No sé como te lo imaginarás tú pero yo veo un barrio o un pueblo, un lugar en el que todos se conocen, cargadito de… todo: amor, desamor, cuernos, amistad y, por supuesto, venganza. ¡Con lo peligrosísimos que son los tintes! jeje
Gracias, Luisa
Esta peluquera huele a venganza. Dice lo contrario de lo que piensa y augura un resultado inolvidable.
Muy buen relato, Luisa. Te deseo mucha suerte.
Besos apretados.
Gracias, sensei.
Jajaja, Luisa, qué bueno, en qué quedará tanta sed de venganza… me temo que la peluquera lo tiene bastante fácil, la tiene en sus manos.
Buen micro.
Un beso y suerte.
Es cierto. Todos sabemos que… en manos de una peluquera poco hay que decir, rezar un poco si acaso. Puede ser algo realmente peligroso, eso sin venganzas de por medie.
Gracias