112. EN POS DE LA BELLA DURMIENTE (Yolanda Nava)
El Príncipe Azul no tenía un buen día. Su caballo estaba agotado por las largas jornadas sin descanso y se negaba a caminar. Agobiado porque pronto expiraría el plazo, decidió dejarlo junto a un lago y continuar a pie. Hacia días que únicamente lo guiaba la intuición.
Consultó a una niña que corría tras un conejo, esta aseguró no conocer el camino y además orientarse fatal. Más adelante halló una casa, llamó y le abrió una joven muy bella pero haraposa que en lugar de escucharlo se dedicó a lloriquear, estaba desolada por un baile al que no podría acudir porque no tenía vestido. La consoló brevemente y partió. Temía que se le adelantase otro príncipe y que al llegar al palacio la princesa ya estuviese despierta y comprometida.
Por suerte se encontró con un niño jovial y atento que aseguró conocer el camino. Has de avanzar unos cien metros en línea recta, otro tanto una vez gires a la derecha y después, a unos cincuentas pasos, hallarás una arboleda detrás de la cual se alza el palacio.
Agradecido, le dio unas monedas. Achacó al agotamiento la visión del aumento repentino en el tamaño de la nariz del muchacho.
No sé qué me da, pero me parece que ese Príncipe Azul sigue libre si alguien quiere pillarlo. Y ¿dónde estaba Pepito Grillo mientras tanto? ¿Perdido en algún laberinto? Ay, ay, ay…
Abrazo
Qué tierno relato has hecho! Me encanta!
Jajaja! Me encanta. Cómo necesitamos textos así, que nos rescaten de la realidad y nos lleven a los cuentos que tanto amamos. Felicidades!!!
Jajaja. Ayer fui a ver M
aléfica con mis nenas. Y hoy mi Yolanda me ha llevado directa al mundo de fantasía con esta delicia. .. suerte amiga!!!
¡Pobre Principe Azul! Ni siendo gentil le mejoró el día… Este Pinocho…
Besotes
Yolanda, has sabido crear un cuento nuevo partiendo de los clasicos. Suerte y saludos
Me ha encantado, además motivado porque has tratado una temática que está entre mis favoritas. Microrrelatos de este tipo nunca dejaría de leerlos.
Joe, Yolanda, que bien te está sentando pasar los días en el Bar Paco,s.
Aprendes de jurgol, castigas el hígado con puros y coñac, ganas concursos de poesía, y encuentras inspiración para tu precioso relato de este mes…
Porque Pinocho es el dueño del Paco,s, cuando te asegura que en su local tan chic jamás se ha puesto garrafón…
Vaya filón has encontrado, darling.
Oye. Que muy bueno, en serio.
Bueno, siempre podrá buscar ranas y morrearlas hasta que una se convierta en princesa.
Espléndido final. Suerte Yolanda.
Un abrazo.
Pobre príncipe, me da que no sale del cuento.
Muy buen micro Yolanda.
Jaja, muy bueno Yolanda. Perfecto final.
Un abrazo.
Gracias por acercaros a leer y comentar.
¡Ay Modes! Que me has descubierto… ¿de qué iba yo a escribir nada si no fuera con la ayuda del bálsamo del Paco,s?, pero guárdame el secreto por favor, que ya sabes que después se extiende el rumor y unas cosas llevan a otras y acaba una con un sambenito de esos que ya no hay manera de quitar. En fin, lo de la poesía fue suerte, nunca estaré a la altura de monstruos de tu tamaño en esas lides, pero me hizo ilusión verla impresa, sí.
Un abrazo para tod@s.
Voy a celebrar San Juan, que hoy es festivo aquí en León.
😉
Yolanda, un microrrelato con muchos cameos, que sirven para hilar toda una historia y extraerte una sonrisa con ese final tan mentiroso.
¡Suerte con el concurso!
Abrazos.
Jajaja, Yolanda me gusta tu mundo de cuento y la creación de Schrek V pena que el final sea para Pinocho jajaja la mentira es algo consustancial a la literatura y a la vida misma. Mucha suerte me ha encantado.
Cuentos y más cuentos, muy bien contados.
Felicidades.
Un relato muy simpático, con homenaje a los cuentos clásicos, en el que Pinocho tiene un papel primordial y malévolo.
Una lectura muy agradable.
Suerte y un saludo
Me ha encantado !!! siempre la referencia a los clásicos es una apuesta arriesgada y tu la has hilado cuento a cuento estupendamente.
Suerte, un beso.
Me ha gustado mucho. Desde luego eso de ser Príncipe de cuento sí que es un buen laberinto. El final es buenísimo. Mucha suerte 🙂
Yolanda, se me había escapado tu relato! Está claro que la realeza anda muy desnortada últimamente. A tu príncipe le vendría bien un gps y sobre todo leer más… Un besote y suerte.
Un relato de cuento.
Suerte