92. Encuentro con la vida (Calamanda Nevado)
En una noche sin luna, casi sin estrellas. Treinta y tantos adultos, Fatna, algunos jóvenes adolescentes, y niños menores, navegaban sin rumbo desfalleciendo de hipotermia. Sentían el cerco de la profundidad, y el veneno del miedo.
Un fatídico desgarro en la precaria patera de juguete, lanzó sus esperanzas a la deriva. Aunque la avería y el viento les recordaran frías estadísticas, ya regresar era imposible. Abatidos, bebiendo sueños y lágrimas, entrelazaron sus harapos con fuertes nudos; intentaban cerrar las fauces del potente surtidor que minaba la embarcación. Al conseguirlo, esta navegó mecida por las olas.
Fatna, arropada por esa calma, sin poder aplazar más su parto, dio los primeros empujones. Palpaba la tierna coronilla de su bebé a punto de nacer, cuando un rio de mar le empapó nuevamente los pies. Con fragor en el alma, y la vista puesta en el cielo, sus manos batieron el agua cuan palomas negras. Ilusionados la imitaron todos, y la agónica barca voló hasta la orilla.
Allí, escuchando por primera vez el llanto de su hijo, ocurrió lo inevitable. Algunos compañeros no se detuvieron cuando les pidieron rendirse. Ella tampoco. Corrió y corrió mientras lamia su carita y lo peinaba con los dedos.
Una desgarradora realidad.
M Carmen, así es. en estas gueras por la supervivencia tambien hay vencedores y vencidos. Gracias y saludos
Historia trágica que tiene un bonito final. Me encanta cómo la has contado.
Un abrazo
Blanca, gracias. La esperanza nos da posibilidad de querer cambiar -cosas- como estas. Abrazos
Duro y tierno. Me recordó a un antiguo relato mío (de unas 80 palabras) sobre el mismo tema que casualmente se titula «A la deriva». En mi caso no había bebé y el final era triste. Me gusta más el tuyo.
Edita, me alegro que te guste, quizas la esperanza final nos hacen mas llevaderos temas como el de este mes. Saludos y gracias.
Otra de las batallas que le libran en nuestro civilizado mundo.
Nos haces ponernos en su piel.
Saludos.
Hola Ana, gracias. Es verdad. Estoy contigo. Gracias a los valientes, el mundo gira cada día. Abrazos.
Asunción, si, otra batalla más; en este caso por la supervivencia propia y la de los que debes proteger. Saludos y gracias.
La lucha por la supervivencia tiene su inicio en el parto. Has descrito una trágica realidad con gran maestría y tino. El final, me ha encantado. Ojalá, todas estas historias acaben de la misma manera. Aunque este final podría ser el principio de otra bonita historia.
Enhorabuena Calamanda y suerte.
Piluca, gracias. Si, para que todo sea mas facil hay que luchar y vencer en ese momento del parto. Saludos
Duro, triste… ¡pero qué bonito, Calamanda!
Te levanta el ánimo y te dan ganas de correr con ella.
¡Enhorabuena!
Patricia, me encantan esas sensaciones tan fuertes de acompañamiento, y me sumo a ellas. Gracias y saludos
Triste y habitual historia en las noticias últimamente.
Me gusta mucho la frase ‘bebiendo sueños y lágrimas’. Le da un punto de valentía y de tirar hacia adelante a pesar de las dificultades.
Felicidades.
Mucha suerte.
Esperanza, es demasiado habitual si. Es verdad, cuando hay que tragarse las lagrimas para echar hacia adelante, vaya que se hace. Gracias y saludos.
Son tantas las noticias que vuelan en la televisión que para algunos parecen anuncios. Da gusto leer un relato más cercano, creíble, de lo que realmente está pasando. Me ha gustado: » bebiendo sueños y lágrimas».
Javier, si, los medios envuelven estas noticias con su rutina diaria; y algunos caemos en la cuenta de que quienes estan ahi, son personas como nosotros. Gracias y saludos
Dura batalla de esperanzador fina, para los buscan algo mejor, así se efímero y engañoso.
Felicidades
María, siempre buscamos algo mejor, es cierto, y ellos puede que lo encontraran. Gracias y saludos
Esta que has relatado sí que es una batalla diaria que, además, nos toca cercana. A los más desfavorecidos, a los que no tienen nada, sólo les queda la lucha por la supervivencia. Es triste que no todos puedan tener las mismas oportunidades.
Un abrazo y suerte.
Ángel, si, ellos lo saben y no cesan de intentar mejorar sus vidas; a otra escala es lo que hacemos la mayoria de nosotros con la nuestra. Gracias y abrazos
Es un buen argumento para una buena historia que por desgracia se repite con demasiada frecuencia. Saludos.
José Ignacio, gracias. Si esta historia de lucha se repite demasiado amenudo. Saludos
Me has dejado… agrandando los ojos de ilusión al ver (mediante tus palabras) cómo Fatna corría y corría mientras lamia la carita de su hijo y lo peinaba con los dedos… y alcanzaba un lugar seguro para ambos.
Qué historia tan dura.
Qué lástima que estas cosas puedan pasar… y tan cerca de nosotros.
Pero qué prosa tan bonita.
Un abrazo grande
Amparo, gracias por tu bonito comentario. Ahí estamos empujandoles con nuestra energía positiva para que puedan correr y salir adelante. Abrazos
Yo veo un relato duro, durísimo. Logra meterte de lleno en la escena y transmite mucho. Y no tiene nada de esperanza ni de final feliz. Ese «ocurrió lo inevitable» para mi no significa más que, al negarse a rendirse les pegaron unos tiros, incluído madre e hijo. Supongo que tú te refieres a que lo inevitable es que naciese el crío, pero al hablar antes del llanto, entiendo que salió antes de lo inevitable. Una vez sale la cabeza salen disparados, y no creo que dentro puedan llorar. Pero ello no lastra el micro, para mí es mucho mejor sin final feliz. Muchísima suerte.
Besísimos.
Barlon, me alegro haberte metido en el relato. Lo inevitable pueden ser diversas situaciones, y sus respectivas lecturas. Mi intencion al escribirlo es que en la orilla se encontrarian con la realidad, la imaginé policial y con orden de alto o disparo. He dejado abierto el final, con intencion de darle esperanza. Gracias y besos
Calamanda, precioso relato, y que desgarradoramente bien narrado.
Reve, es verdad, pero es que el tema de este mes es desgarrador. Gracias y saludos
Triste realidad actual que has reflejado de una manera estupenda con tus palabras. Provoca una mezcla de sensaciones contradictorias: desesperación, esperanza, nueva vida y el cese de la misma.
Final abierto importante en tal escena…
Un beso calamanda
Mª Belén, en estas situaciones vividas tan al limite, se dan diversas sensaciones, y nos las trasmiten. Gracias y besos
Sobrecogedor, tu relato. Quiero pensar que el niño sobrevive y que la aventura llega a buen puerto, pese a todas las desgracias. Una nueva vida debería ser siempre una buena noticia.
Juanjo, comparto tus deseos. La mejor noticia es la llegada de un hijo; a pesar de todo. Gracias y saludos
Me he quedado apretando los puños, deseando que la fuerza de Fatna llegue a su bebé y le de valentía para el futuro..yo he preferido ver el futuro, aunque muchos no lo tengan. Vivo, real…me encantó. Mucha suerte
ralejan, yo tambien deseo ver ese futuro esperanzador para todos, con oportunidades. Gracias y saludos
La vida ha de ser tenaz y luchadora, en todas las circunstancias, incluso es estas tan duras que cuentas tan bien.
Un saludo
JM
Juan M. Estoy de acuerdo, pero no siempre tenemos suficientes herramientas para afrontarlas. Gracias y saludos
Esta batalla que tan bien cuentas es la que nos toca vivir en estos tiempos,donde la desesperación es el arma que tienen muchos y que les hace invisibles al resto.
Es un relato desgarrador con situaciones límite.
Un abrazo
Puri,si que es una epoca dura para quienes desean emprender otra vida fuera de la inestabilidad de sus paises. Gracias y abrazos
Estremecedor relato que refleja la dura realidad a la que se enfrentan cada vez más personas. Quiero pensar que tu Fatna y su niño van a tener suerte a partir de ahora. Has logrado unas imágenes llenas de fuerza, tanto en los momentos trágicos como en el final más esperanzador. Felicidades y suerte, Calamanda.
Juana Mª, yo tambien apuesto porque van a tener suerte. Gracias y saludos
Qué realidad tan triste y tan bien contada. Felicidades Calamanda. Suerte y abrazos.
Mercedes, gracias por tu comentario. Es demasiado triste todo lo que ocurre alrededor de ellos. Abrazos
Calamanda, has narrado de forma exquisita una gran tragedia, esa batalla no la pueden ganar sin ayuda. Esperemos que el mundo reaccione. Muy bueno. Abrazos.
Salvador, en esa espera debemos ayudarles. Estoy de acuerdo. Gracias y abrazos
Tiene mucha fuerza tu relato. Se vive en su lectura.
Un abrazo.
María Jesús, gracias por tu comentario. Abrazos
Una batalla a lomos de las olas, otra en la arena de un país vecino, y otra más, la que más duele, la que nos dejas prendida de los sentidos.
Mucha suerte Calamanda.
Paloma, si, los sentimientos nos marcan mucho, es verdad. Gracias y saludos
Wow! Hermosa historia que imagino cierta de principio a fin. Muchas felicidades Calamanda!
María, Eso me ocurrio a mi cuando la escribí, que desafortunadamente, la imaginé cierta. Gracias y saludos
Esa imagen de la madre lamiendo la carita de su bebé peinándolo con los dedos mientras escapan es tremenda, CALAMANDA. Y pese a la situación de peligro en que se encuentran, me da esperanza que haya un bebé, porque me da la sensación de que esa vida pequeñita logrará espantar a esa gran muerte que los acecha.
Muy bueno, me gustó.
Cariños,
Mariángeles
Mariángeles, si, la fuerza de esa madre a mi me da esa misma sensacion de esperanza. Gracias y abrazos
Has sabido contar esa lucha por la supervivencia que se potencia al infinito con esa sabiduría de la madre naturaleza que, incluso con la muerte tan cerca, es capaz de seguir dando vida. Y es esa vida la que ilumina una vida tan difícil.
Isabel, gracias. La supervivencia tiene tanta fuerza como la propia vida, es verdad. Saludos
Me uno a todo los comentarios anteriores. Me gusta mucho tu relato y si tengo que sacar alguna frase sería esta «sus manos batieron el agua cuan palomas negras»
Un abrazo.
Virtudes, esa frase, junto con la que cierra el cuenta me gustan mucho. Coincidimos. Gracias y abrazos
Escalofriante, por lo bien que lo cuentas y por la dureza de una triste realidad. Enhorabuena por el relato, Calamanda
Concha, si, cuantas situaciones hay a nuestro alrededor que nos conmueven y son ciertas. Gracias y saludos
Relato que narra lo dureza de lo que se ha vuelto cotidiano en muchos lugares, muy bien contado. Se siente ese deseo de sobrevivir y la desesperación de la madre ante la inminencia del alumbramiento, y de que su criatura no muera ahogada, triste realidad. Muy bueno Calamanda. ¡Suerte!
Saludos.
Beto, si, se dan muchas emociones en esa madre en un momento así. La suerte parece que ayuda a la esperanza y la anima a luchar. Gracias y saludos
Muy duro y muy tierno a la vez. Bellas palabras para un relato en el fondo doloroso. Me gusta como explicas el mar, la barca, las personas. Tienes mucha sensibilidad y generas sentimientos, y de eso se trata, de que se viva el escrito.
Suerte y abrazo.
Antonia, gracias por tu analisis, tan agradable de leer. Me alegra que te halla gustado. Abrazos