ENE121. EL BALCÓN, de Zunilda Moreno
Entre nubes tenues de color rosa, Magdalena se movía lentamente sin poder acelerar su marcha. Los pies le pesaban, las piernas no le respondían y ya casi se resignaba a no llegar hasta el amplio balcón con macetones de florecillas azules y petunias rojas, donde su abuela tejía al atardecer. De repente una brisa fresca onduló sobre su cara y se sintió mejor; a tal punto que logró asirse de la baranda de madera de su destino final. Cuando se asomó al vacío, divisó el mar azul, ése que tanto amaba y que le engullera su esperanza adolescente. Volaría hasta él. Pero un zamarreo en su hombro la hizo reaccionar. Cuando despertó, su abuela había abierto el ventanal y regañándola, la invitaba a levantarse.
Un sueño ¿de suicida? pero contado con tanta suavidad y con un final tan palpable que me hace pensar que la chica tiene un buen motivo en casa para sentirse anclada a su vida.
Un abrazo.
Menudo sueño inquietante mezclado con deseos innombrables. Muy bonito.
Menos mal que era un sueño, tenía ya en corazón en un puño. uf, despertó tranquila o asustada?.
Bonito pero inquietante Zunilda. Suerte.
En fin,sueños de pesadilla que suelen finalizar con un timbre o una abuela que nos salve de todo.
Guapo.
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Gracias amigos, tarde pero segura. Por razones estrictamente personales, (vacaciones) no he podido cumplir con la consideración que los comentaristas merecen.Mis disculpas