ENE130. ATURDIDA, de José Manuel Molina Monclova
Cuando despertó la ansiedad no había desaparecido, su pulso estaba a mil, por su frente se deslizaba unas gotas de sudor frio, los ojos fuera de las orbitas y las manos en el pecho. Estaba desorientada, no reconocía la sala en la que estaba, era una sala muy grande de color blanco sin ventanas, no llegaba a vislumbrar el techo. De repente se percató de que no estaba sola, a su alrededor un montón de personas se iban incorporando con la misma expresión en sus rostros.
Entonces empezó a recordar eran las personas que viajaban con ella. ¿Dónde demonios estaba?
Angustia post-traumatica sencillamente reflejada.
Que tengas suerte
saludos
Anna J R
Gracias por tu comentario