ENE16. RENACIMIENTO, de Inés Zapirain López
Cuando Emma despertó, las aletas de su pequeña nariz se movían nerviosas. No era la primera vez que aquel sueño alteraba su descanso.
Todavía temblando apartó la ropa de cama y posó sus pies sobre aquel suelo del color del caramelo; estaba frío. Acariciando su abultado vientre avanzó hacia la cocina, sabía que allí, en la penumbra, encontraría a su padre. El hombre se hallaba sentado en una vieja silla, canturreando, con sus manos entrelazadas sobre las piernas. Emma se arrodilló con mucho cuidado a sus pies y, el anciano comenzó a acariciar el cabello rizado de su hija. La luz dorada que emanaba de las puntas de sus dedos se confundía con la tonalidad violeta del aura de Emma; se confundía hasta el punto de que ya era imposible distinguir donde empezaba una y terminaba la otra. Entretejidas. Trenzadas. Resplandecían en sinuosa danza.
Fue entonces cuando el hombre languideció sobre la silla exhalando un suspiro. Vida y muerte se mezclaron en el instante en que aquella mano resbaló por su cabello, y, Emma sintió como aquel líquido anunciador corría entre sus piernas…
Cuando le mostraron al niño lo abrazó suavemente. Serena. Impregnándose de la luz dorada de su piel.
Inés!!! Urte berri on!!!
Qué preciosidad de relato!!! Me ha emocionado!!!
Cómo vas hilando las luces, las caricias, la muerte y la nueva vida con ese nacimiento, en una transición natural, poética… sublime!!
Me ha encantado… Y el título acertadísimo!!
Menuda manera de empezar el año literario, eh???
Un fuerte abrazo y un beso
Marta
Marta, yo también te deseo un feliz año. Gracias por tus palabras. Me gusta que te guste.
Un beso enorme!!!
Muy lindo relato. La ternura me hizo recordar, cuando corté el cordón umbilical de mi hija.
Me uno al comentario de anónimo.
Saludos!
Espíritu destilado, me gusta tu seudónimo. Gracias por comentar, y por compartir el recuerdo de tu hija.
Un abrazo.
Inés, un bonito relato sobre el renacimiento. «Llega la muerte, pero la vida fluye».
Un abrazo.
Gracias, Ginette. Te agradezco la lectura y el comentario.
Un fuerte abrazo.
Cuando Emma despertó las aletas
Homo Corrector Antecesor, ¡¡¡qué haría yo sin ti!!!
Gracias, y un abrazo.
De nada, guapa. Es por si ganas. Por una coma…. no vaya a ser que te pille algún tikis en el jurado. ( que puede haberlos!!) Pues otro abrazo.
Y no te escribo más, que tengo mucho trabajo ( empezando por mí)
Perdón por inmiscuirme, pero la coma no está mal puesta. En frases adverbiales es optativa, (si son largas es recomendable), pero siempre a juicio del escritor. Las pausas y el ritmo del relato los marca el narrador.
Un abrazo.
En ocasiones la muerte y la nueva vida se dan la mano en el tiempo. Un bellísimo relato.
Recibe mis saludos
Anna J R
Gracias, Anna JR. Tienes toda la razón, la muerte y la vida forman parte de cada día, todo fluye.
Feliz Año.
Un abrazo.
Relato luminoso y relajante. Bonita historia y buen título.
Felicidades y suerte. Un abrazo.
Gracias, Antonia. Siempre he pensado que nos rodea mucha luz… Casi puedo ver la tuya a través de tus palabras 🙂
Feliz Año!!!
¡Qué bonita historia, Inés! Mágica y luminosa, pequeñas escenas muy bien construidas… Enhorabuena!!!
Un abrazo y mucha suerte
NACHO RUBIO
PD Como pequeño comentario, a mí me llega mucho más «aquel suelo color caramelo» que con los dos artículos DEL-DEL
Mil gracias, Nacho. Recojo la suerte y el abrazo.
Gracias también por la sugerencia final, tomaré buena cuenta.
Feliz año.
Un abrazo.
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Lo más parecido a la eternidad. Entrañable relato. Suerte y feliz año.
Gracias, Ramón. Celebro que te guste.
Un abrazo.
Feliz Año
Ines, la ternura de la nueva vida envuelve a la que se marcha para siempre. Suerte y un saludo.
Gracias, Calamanda.
Un abrazo fuerte, y Feliz Año!!
Muy bonito, Inés*.
Gracias, Ana. Cómo me alegro de seguir leyéndote!!
Un besazo.
Feliz Año.
Yo también te felicito. Mucha suerte.
Gracias, Montaña.
Feliz año.
Que ternura, Inés, que precioso. Un beso y suerte.
Un beso también para ti, Eva. Gracias por comentar.
Feliz Año.
Precioso relato, Inés, parece que la «última bendición» del padre se transmie directamente al nieto. Felicidades.
Gracias, Nicoleta. Me alegra que te guste.
Feliz 2013!!
Es muy bonito, Inés, muy elaborado. De esos relatos que se paladean mejor en una segunda lectura para impregnarse bien de la historia. Enhorabuena.
Un abrazo.
Gracias, Susana. Yo también te mando un abrazo.
Te deseo un buen año.
Esta vez no se tuvo que abrir el armario de las almas. Todo quedó en casa envuelto en una luz dorada.
Estupendo, Inés.
Sí, Jesús. De ahí la serenidad de Emma.
Muchos besos, y un año cargado de alegrías.
Que bonito ese Renacer. Los que ya hemos perdido a nuestros mayores y hemos tenido hijos, nos sentimos muy identificados con tu historia.Es tierna, natural y hermosa.
Espero que tengas mucha suerte y…
Besicos muchos.
Gracias, Casa Encendida. Tus palabras tienen tanta luz como tu seudónimo.
Abrazos!!
¡muy bello!…
vida y muerte «Entretejidas. Trenzadas.»…
serenidad…
muy visual este viejo en la penumbra de la cocina… cuando se guardaban todavía los viejos en casa…
Gracias, Kistila. Es un placer contar con tu opinión.
Un abrazo.
Inés, ¡qué relato tan entrañable y luminoso! Una delicia leerlo.
Un beso grande,
Belén
Belén, tan entrañable y luminoso como tu comentario. Gracias.
Un abrazo.
Es un relato dorado Inés, ¡cómo te gustan los cuentos de niños con abuelos!, los haces entrañables. Me gusta el ritmo que tiene al leerse, el aura que se funde y esa sensación de paz que emana. Quiero preguntarte: el sueño del que se despierta y ya había tenido antes era precisamente la premonición de muerte-vida?.
María Elejoste Larrucea = MEL
Hola, MEL:
Sí, me encanta la relación abuelo-nieto. Me gusta que te guste, y respecto a la pregunta que me haces, te diré que sí, ella soñaba lo que iba a pasar.
Besos!!!
La vida, qué palabra…, nacer a ella es lo mejor. La falta de ella es lo que me asusta.
Me encantó tu relato. tiene un toque de lirismo, ternura, sentimientos. Completo.
Lines
Línes, cómo te agradezco el comentario, hoy me asalta la melancolía.
Un abrazo.
Inés Z.
Ines, curioso relato el tuyo en el que se mezclan la vida y la muerte. No se, pero a mi me ha parecido como un cortometraje muy logrado.
Suerte
Gracias, José Ángel, me gusta cómo lo defines… un cortometraje… sí, me gusta.
Un abrazo.
Destaco la suavidad de tu prosa, aterciopelada, acariciando. Estar preparado para la transmisión de la vida y el tránsito debería enseñarse en la escuela. Me ha gustado la trenza de energía, como las espirales del ADN. Venga, que tengas suerte.
Ximens, qué bonito! Gracias por tus palabras. Comparto tu opinión sobre que hay cosas que deberían enseñarse para poder vivirlas de una forma más serena.
Un abrazo.
Inés Z.