ENE171. ELLA, de Luis Molina
Trató de dormir pero…
Como siempre, el insomnio, el recuerdo torturando aún después de tanto tiempo.
Entonces, la vio, blanca, etérea, irradiando paz, en silencio con una sonrisa.
Se enderezo en la cama sorprendido, los ojos desmesuradamente abiertos, sus labios musitaron;
-¿Volviste? Pero si vos…
Recordó aquel momento, el intenso dolor, cuando quiso retenerla no pudo. Debió dejarla partir, ya nada podía hacer. Como en trance con un hilo de voz susurró:
-Sabias que te amaba, que aún lo hago, quise irme contigo, no me dejaron, quedé llorando tu partida. Cerraba mis ojos y los tuyos tristes me susurraban un adiós.
Aunque ha pasado tanto tiempo, no ha menguado mi dolor, ahora estas aquí, vuelvo a sentir tu presencia, dándome paz.
Lo envuelve una rara letanía.
Siente que algo suavemente lo recuesta mientras va perdiendo conciencia hasta quedar dormido.
Cuando despertó, ella no estaba allí, el sol asomaba por los intersticios de las cortinas, pronunció su nombre y se sintió feliz.
Desde la pared la imagen fotográfica deteriorada por el paso de los años aún le sonreía.
Me alegro ver a Luis aquí ahora que ha dicho que va a cerrar el blog. No sé cuantas oportunidades más tendremos de leerle.
Hola Luisa, el blog está momentaneamente suspendido, es decir se puede leer pero sin dejar comentarios, me estoy dedicando a compilar mi libro, sigo leyendo lo que escriben los amigos.
Esto lo escribí así de apuro y no me convenció, pero ya que estaba lo envié.
Un abrazo amiga.
Muchas gracias querida amiga, extrañaba tus palabras.
Te dejo un gran abrazo.
Luis
Muy tierno este relato, casi te deja con el corazón encojido al imaginar el momento de la partida de esa madre, que sigue ahí cuidando y protegiendo a su hijo.
Mucha suerte, doble, para el relato y para ese libro por el que tienes suspendida la vida ;).
Un abrazo.
Gracias Yashira, el relato no es para competir, sólo es para compartir con amigos.
Te dejo un abrazo.