ENE57. EN COMPAÑÍA, de Miguel Ángel Molina
Cuando despertó vio la hora que era y comenzó su rutina. Cada mañana se levanta, se viste y sale a comprar el periódico. Después en el bar de siempre desayuna un café, comenta los titulares con el camarero y se marcha a buscar alguna obra. Le encanta observar cómo las grúas crean de la nada esas moles de viviendas, pero sobre todo le gusta discutir con sus compañeros de valla los aspectos técnicos de cada construcción. Al mediodía vuelve al bar y toma algún tentempié, mientras charla con sus vecinos de mesa. Por la tarde se sienta en el banco de la plaza e intenta arreglar el mundo. Al anochecer vuelve resignado a la soledad de su casa, toma leche o una pieza de fruta y hace tiempo hasta acostarse. Entonces con un “hasta mañana” se despide de los extraños que le acompañan. Alguna vez su nuera, otras su hijo, las menos su nieto, le responden con las mismas palabras.
Qué crudeza la de este micro. Este baño de realidad hace que nos planteemos muchas cosas sobre nuestros mayores.
Un saludo
Lo pero de todo es lo que dices tú, que tiene mucho de realidad.
Saludos tocayo
Muy duro, si, muy crudo. Felicidades por tu sensibilidad.
Gracias Aurora por tus palabras.
Saludos.
El título lo dice todo. Muy bueno, Miguel Ángel. Solo una apreciación: en la primera línea creo que mejor «cuando despierta ve la hora» para que todo el relato vaya en el mismo tiempo verbal.
Un abrazo.
Susana tienes toda la razón en tu apreciación, pero creía que había que poner la frase de «Cuando despertó» de forma textual. Los fallos del novato.
Un abrazo.
Encierra una frecuente historia de tantos y tantos mayores que se encuentran con esa soledad. La compañía a ratos y muchas veces por motivos de interés. Bien reflejado.
Recibe mis saludos
Anna J R
A. del Rincón es verdad que esto es mucho más común de lo que nos creemos. Gracias por tus palabras.
Saludos.
Desgarrador y con tantos visos de realidad…Me ha conmovido, Miguel Ángel. Enhorabuena.
Me alegra que te haya conmovido Eva, de eso se trataba.
Gracias.
Saludos.
Bien dicho Ana U, realidad acompañada de un puntito de ironía. Qué bien dicho está eso de «más vale estar solo que mal acompañado»
Saludos
En este blog-concurso tenemos la libertad de escribir como queramos. La frase inicial es solo una motivación. Te lo digo para que en las próximas convocatorias no te veas atrapado. El cuento, insisto, es muy bueno. La soledad en compañia tanbién me ocurre muchas veces.
Un abrazo.
también, que luego viene Antonia y me machaca
Susana Revuelta tendré en cuenta tu consejo para la próxima.
En cuanto a lo de la soledad en compañía creo que es algo que a la mayoría nos ha ocurrido alguna vez y desde luego es bastante triste.
Saludos.
Así te va a machacar, También.
Aurora, ¿también por aquï? Vaya cuento el de Miguel, eh. A mí sobre todo me trae esas imágenes de los jubilados mirando las obras. Me parece un mundo, sobre todo si te fijas en sus caras. No están ociosos, están muy entregados aunque nadie les haga caso. La sabiduría está en declive, así nos va en todo.
«La sabiduría está en declive». Creo que con eso está dicho todo.
Muy real, el de la soledad de los mayores con la rutina diaria.
Me ha gustado tu relato.
Saludos, blanca
Me alegra Blanca. Objetivo cumplido entonces.
Saludos.
Ésta es la dura realidad de muchos mayores (viudos) que están solos, aunque viven con la familia de sus hijos. Sus vidas corren entre la indiferencia y la rutina. Muy buen relato, Miguel.
Un abrazo.
Muchos de ellos ya han renunciado a todo y sólo buscan que los días pasen sin más. Están hastiados de lo que les rodea en casa y encuentran fuera a esas personas que al menos no les ignoran.
muy interesante tu relato Miguel…
he tenido dos viejos en casa y pude comparar la diferente manera de ser de cada uno…
el tío-abuelo se adapto tan bien a nuestra casa que mis hijos le consideraban como un abuelo, siempre le llevábamos de excursión con nosotros, y, mismo cuando tenia saltos de humor por la demencia senil, seguía siendo la persona clave del hogar… sentado en su tumbona frente al fuego, con dos o tres gatos encima de las rodillas, se interesaba por cada hijo a su llegada del colegio y, al volver del trabajo, es el que me recibía brazos abiertos…
mientras que mi suegra… mejor no hablar… era un «bicho» trayendo cizaña…
me gusto muchísimo las reflexiones de Ana U…
Desde luego no siempre van a tener la culpa los que les rodean. Habrá casos en los que la indiferencia está ganada a pulso.
Estoy seguro que más de uno podemos encontrar a nuestro particular abuelo de este micro en nuestras vidas. La tristeza de cuando la soledad la tienes en casa, en compañía.
Me llegó. Suerte.
Saludos.
Me alegra de que aquí también te haya llegado. Quizás la «culpa» sea por eso que comentas de que a todos nos puede pasar algo parecido a lo que cuenta el micro.
Saludos
Muy bonito relato, se lee facil, rapido y la realidad siempre tiene eso de mágico que enamora al ser contado, aunque no tanto cuando hay que vivirlo. un abrazo
Me alegra que te haya gustado el relato Lourdes. Con eso ya tengo bastante ganado.
Otro abrazo para ti.
No creo aportar demasiado a lo que ya se ha dicho. Es un relato que se lee fácilmente, que refleja una de las características de la sociedad que nos ha tocado vivir, que está muy bien narrada y que guarda la sorpresa para el final, aunque se vaya intuyendo el desenlace. Muy bueno. Enhorabuena y suerte. Un saludo
Me alegro de que te haya gustado la historia. Muchas gracias por tus palabras hacia el microrrelato.
Saludos.
Buen relato, Miguel, desde la ironía del título a la minuciosa narración de esas pequeñas tragedias cotidianas que nos pasan desapercibidas. La incomunicación es la enfermedad más terrible de nuestro tiempo, no sólo en lo que respecta a los mayores ¿Te has dado cuenta de esas reuniones de amigos en las que cada uno está pendiente de su móvil y no echa cuenta al que tiene al frente? Se agradece que hayas puesto el dedo en la llaga. Besos y suerte.
Lo del móvil en laS reuniones es el ejemplo más actual. Y ya no sólo pasa en las reuniones de amigos sino en las parejas.
Lo que se agradece es tu comentarío así como tus palabras. Besos para ti.
De fácil lectura. Con mucha realidad. Se implica uno en el sentur del relato. Creo que es como se debe escribir.Es una fase de la vida y en este caso, mostradas del lado del anciano.
Lines
Ángeles me salen así los textos, no soy capaz de escribir (por suerte o desgracia) de otra forma, así que me alegra de que te haya gustado el leerlo y sobre todo que te hayas implicado en él.
La soledad es un hecho en nuestras vidas. Puedes sentirte solo en tu puesto de trabajo, en tu familia, entre tus amistades, en un espacio con más de cien personas escribiendo… Es algo que subyace al ser humano, de igual forma que su existencia. La soledad en la última etapa de la vida se acucia con mayor grado, y creo que produce una tristeza más grande. Cuando se es joven se enmascara de multitud de formas, pero cuando solo queda un banco o la barra de un bar para encontrarte contigo mismo y con aquellos que sufren igual que tú, es mucho peor.
He leído el pequeño debate de la mujer como sustento familiar, y creo que es importante, mucho, pero en igual medida que la importancia que podría tener el papel del hombre.
Un abrazo desde mis palabras y mucha suerte para el mes de Enero.
Laura muchas gracias por tu punto de vista en cuanto al papel del hombre y la mujer en la familia.
En cuanto a lo que dices de la soledad creo que por desgracia todo lo que cuentas es cierto, y que en la mayoría de los casos la soledad de forma abrumadora cuando nos hacemos mayores y vamos quedando relegados a un segundo o tercer plano por los que nos rodean.
Un abrazo para ti y gracias.
¡Cuanta verdad bien contada!
María Rojas
Gracias María Rojas. Me alegra que pienses así.
Saludos
Ya lo he dicho en tu blog, es un relato estupendo y una pieza más de una obra que refleja la realidad del mundo de hoy con crudeza, ternura, sentido crítico y un punto de humor. Merece la pena pasar por el blog de Miguel.
Elisa muchas gracias por lo que dices sobre el microrrelato y también por la recomendación. Así da gusto.
Besos para ti.
Quien dijo que el realismo puro no tiene magia? Es una bomba Miguel. Cómo se transforma la historia con una sola frase (magistral, por cierto)
«Realismo puro»… Me gusta.
Gracias 1989 por todo lo que dices.
Es un micro tristemente realista. Cuanto mas tiempo pasa mayor es la brecha que los separa.
Enhorabuena Miguel Angel y que tengas suerte.
José Ángel y lo peor de todo es que, teniendo en cuenta el tipo de sociedad que estamos creando, esto va a ir a más.
Saludos.
Buen relato, Miguel. Desde la ironía del título hasta la realidad que refleja ese final. Una imagen que se ve demasiadas veces hoy en día.
Suerte
Besitos
Elysa muchas más veces de las que deberían.
A ver si nos vemos en mayo. Besos para ti.