ENE60. TIC-TAC, de Juan José Benítez Goya
Escalofrío. Pánico. Un disparo, después otro. El latir de su reloj de pared, de época victoriana, le daba cobijo. Se levantó de la cama como un resorte buscando respuestas. Le detuvo aquel reloj que le hablaba con su tic-tac melancólico, deseoso de pasar otra hora, otro minuto e incluso, otro segundo. Salió de la habitación y cruzó el pasillo. Intentó abrir todas y cada una de las puertas que rodeaban aquel largo y doloroso corredor. Ninguna se abría. Lloró desconsolado, se arrodilló pidiendo misericordia, pero no hallaba ningún amparo. Únicamente el silencio, interrumpido de vez en cuando por su reloj victoriano, su único compañero de habitación y de vida. Estaba solo. Pasado un tiempo, en su mente empezó a atisbarse un halo de esperanza. Sonrió. Una puerta se entreabrió, dejando ver un minúsculo reflejo de luz. Fue hacia él. Abrió aquella puerta y se volvió a detener. Aquel habitáculo estaba vacío, arropado por cuatro paredes vetustas. Deambuló un buen rato, dando vueltas sin parar. ¿Qué ocurre? Se repetía una y otra vez. .. Era un sueño.
Cuando despertó, encontró las respuestas. Un disparo, después, otro. Su reloj victoriano seguía latiendo de manera melancólica. Pero él ya no lo oiría jamás.
Genial thriller sicológico Juan José, engancha, envuelve este ambiente onírico que además dejas perfectamente cerrado. Suerte.
Saludos de tu vecino de abajo.
Muchas gracias Enmascarado!!
¡Madre, qué sensación!, latidos mecánicos que llevan los sueños a realidades de pesadilla.
Me llevaste a vivirlo.
Lines
Me alegra que te guste Ángeles, esa es la esencia de mi relato.Saludos!
Muy buen relato de sueños negros.
María Rojas
Muchas gracias María!
Wow, qué agitado todo… muy musical lo del reloj. Me ha encantado leerte¡¡¡
Enhorabuena¡¡
Saludos
Gracias!