ENE69. FOTOGRAMAS, de David Moreno
Cuando despertó se vio entre los barrotes de una cuna. En las manos, pequeñas y sonrosadas, sostenía un sonajero; lo agitaba dibujando líneas invisibles en el aire. Así estuvo un tiempo indeterminado hasta que se durmió con una sonrisa en la boca y la baba discurriendo por las comisuras labiales.
Cuando despertó se vio ahora los dedos de la mano entrelazados a los de una mujer. Lucían anillo de prometidos. La sensación era tan agradable que no quiso casi ni abrir los ojos y se volvió a dormir hipnotizado por el baile de mariposas enamoradas.
Cuando despertó esta vez se vio agarrando la mano de un niño. Iban camino a la escuela. En un primer momento la angustia le impedía respirar con normalidad; se relajó al despedirse éste con un tierno adiós papa. Un escalofrío después volvió a dormirse.
Cuando despertó se vio apoyado en los barrotes de una cama. En la piel de las manos, acartonadas, las venas trazaban líneas sinuosas. Sobre el suelo un bastón aún temblaba recién caído. Sintió angustia y quiso dormir rápido para olvidar esto último mientras un hilillo de baba asomaba sin control por las comisuras labiales.
Cuando despertó el bastón seguía allí.
Cuando despertamos vemos volar, velozmente, al tiempo sobre nuestras cabezas. Suerte y un saludo.
Gracias por tu comentario Calamanda. El tiempo es veloz me da a todas horas por mucho de que digan que es todo es relativo, la cuestión es saber y poder aprovecharlo.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Cierto, así nos marca la vida David. En la vida nos ocurren determinadas cosas, unas más gratas que otras, que algo puntual hace el momento especial e inolvidable. Tu micro es la sintetización extrema, tal vez el resto es insignificante en una vida. Suerte con él.
Saludos
Gracias Enmascarado por tu comentario.
En la vida de una persona hay unos cuantos momentos que le marcan, serían los verdaderamente trascendentes; el resto, es relleno, aunque muy necesario ¿no?
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
La vida resumida en esos despertares que desembocan en la vejez. Imagino que el protagonista no quiere asumir finalmente esta última condición. Me gustó. Saludos
Gracias Juan por tu comentario.
El protagonista sueña y despierta, duerme y sueña, y vuelve a despertar. En uno de los despertares descubre que el tiempo pasa deprisa y quiere volver a dormir para comprobar otra realidad al despertar. Pero ese bastón sigue ahí…
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Muy bueno; el tiempo nos pasa factura cada mañana y es agradable pagarla y haber disfrutado de cada una de ellas.
Lines
Gracias Ángeles por tu comentario.
Espero que cuando llegue al final del camino pueda volver la vista atrás y sentir que he aprovechado mis momentos.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Un texto muy sugerente al que se puede dar diversas interpretaciones. Yo me quedo con la que quizá sea más triste, ese bastón que continúa en el mismo sitio después del sueño del protagonista me lleva a pensar que se encuentra bastante solo. En cualquier caso una delicia leerlo. Enhorabuena y mucha suerte. Un saludo.
Gracias Juancho.
Es cierto que el texto da pie a diversas interpretaciones, la tuya yo de ellas claro.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Me encanta. Es difícil sintetizar tanto una vida y entre barrotes y dedos y babas, desde luego que lo has conseguido. Lo único que me sobra son las mariposas enamoradas. Enhorabuena.
Un abrazo.
Gracias Susana por tu comentario.
A mí lo que no me sobra es tu comentario, jeje
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Buen relato, David, transmites muy bien la sensación de que la vida pasa en un abrir y cerrar de ojos. Me gusta mucho cómo describes las manos del anciano, has escogido muy bien las palabras y lo de volver a utilizar los mismos elementos (barrotes, baba)al principio y al final expresa bien la indefensión del bebé y del anciano. No podías haber finalizado mejor tu relato con ese bastón impertinente que recuerda que ya no hay vuelta atrás. Enhorabuena y suerte.
Gracias Mercedes por tu comentario.
Reconozco que has hecho un resumen fantástico de lo que quería expresar en mi microrrelato. Has dado en el clavo.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Soberbio homenaje al maestro Monterroso, David.
Un micro brillante, apuntalado en cinco despertares que nos llevan a transitar por toda una vida.
Mis aplausos. Apuesto por esta pieza entre las seleccionadas a final de mes.
Un abrazo,
Gracias Pedro por tu comentario.
Siempre tan benévolo hacia mis microrrelatos, sigue así, jeje
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Pues en el fin se vuelve a empezar sin futuro. Muy bueno. Me gusta
Saludos
Anna J R
Gracias Anna J R por tu comentario.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
David, un recorrido placentero, gracias a tus letras, por la vida de un personaje al que sospecho el bastón se le tornará una extensión más de su cuerpo. Es muy original y tiene una prosa muy cuidada.
¡Enhorabuena y suerte para el concurso!
Abrazos.
Gracias Nicolás por tu comentario.
El bastón es un objeto que me provoca muchas sensaciones, refleja el estado al que se llega al final del camino en el que se necesita un apoyo para continuar, me conmueve, me llena de melancolía…
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Una estructura muy interesante, apropiada al contenido de tu relato. La vida es un perpétuo despertar. Felicidades, David.
Gracias Nicoleta por tu comentario.
Cada día al despertar debemos afrontar una realidad, cada uno la suya y en cada momento una.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
David, me ha encantado el desarrollo de una trama de «vida» resuelta con soltura en cinco despertares.
Es muy original lo que has construido y ese bastón que se queda apoyado, me ha producido cierta tristeza. Pero todo es así: nacemos y morimos, y no quedan más que cuatro cosas sueltas o un grupillo de seres humanos que nos recordarán durante un tiempo. Por eso a veces, pienso si vivir de la forma que lo hacemos vale realmente la pena, si no cambiaríamos nuestros «modus vivendi» si fuéramos conscientes de que la vida….se resume en apenas cuatro o cinco despertares, y eso con mucha suerte….
Un abrazo desde mis palabras.
Gracias Laura por tu comentario.
Seguramente si nos diéramos cuenta de lo importante habría cosas que las valoraríamos más. Y hablo en general. Pero a veces hay problemas que no lo son tanto.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
He disfrutado un montón leyendo tu «vida es sueño» particular, y como la terminas en la recta final. ¡Suerte!
Belén
Gracias Belén por tu comentario.
Si has disfrutado con el texto me doy por satisfecho.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Me gusta mucho cómo has resuelto la propuesta, de una forma distinta, cíclica, con sentido vital. Me parece un estupendo micro, de los que queda en la memoria.
Fuerte abrazo
Gracias Susana por tu comentario.
Cíclico es sí, como la vida ¿no?
Está bien si queda en la memoria…
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Muy buen micro. El círculo de la vida se cierra y volvemos al principio, pero esta vez con toda la carga de experiencias acumuladas.
Gracias Paloma por tu comentario.
Alce Negro, un Hombre Sagrado de los Siux de Oglala dijo:
«El Cielo es redondo y he oído que la Tierra es redonda, como una pelota al igual que todas las estrellas. El viento, en su mayor magnitud da vueltas. Las aves hacen sus nidos en forma de círculos, para ellas es la misma religión que la nuestra.
El Sol aparece y desaparece también en círculo, la Luna hace lo mismo y ambos son redondos. Incluso las estaciones forman un gran círculo conforme cambian y siempre regresan nuevamente al sitio en el que estaban. La vida del hombre es un círculo desde su infancia y así es, en todas partes donde se mueve la energía. Nuestros tipis eran redondos y éstos, siempre se colocaban en círculo, el aro de la nación, un nido de muchos nidos, donde el Gran Espíritu se propusiera formar a nuestros niños».
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Buen relato de toda una vida de sueños y despertares.
María Rojas
Gracias María por tu comentario.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Impactantes fotogramas, muy visuales y originales, la vida en un suspiro. Me ha gustado mucho, David. Mucha suerte
Gracias Eva por tu comentario.
Encantado de que lo veas así, impactante, visual y original.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Ciertamente la vida sólo pasa deprisa cuando en realidad desearíamos que no pasara nunca, y se detiene, o enlentece, cuando lo que desearíamos es que se acabe de una vez….
Un micro que a mi particularmente,me da escalofrío. ¡Éxitos en esta nueva edición, David!
Gracias Frank por tu comentario.
Todo es relativo. Lento, rápido. La vida en sí.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
a mi me da escalofrío tu relato porque tengo fobia al «dormir»… y supiste demasiado bien retratar alguien que esta «dormido en vida»…
siempre digo que la muerte no me tendrá viva…
mi empeño ha sido siempre el «vivir» y me cuesta creer que pueda haber gente que no se da cuenta de ello: ¡no hay mas que una sola vida!!… la muerte es ley de vida…
me gusto mucho lo que cuentas de Alce negro: es cierto que el circulo domina la creación pero, a menos que exista la reincarnacion, nuestra vida humana es una linea recta… después de la muerte el hoyo… la hoja que nacerá en la primavera no sera la misma que se cayo en otoño…
Gracias kistila por tu comentario.
¿Fobia a dormir o más bien a sentir que se te va media vida en ello? jeje Puede ser, todo es relativo… lo importante es aprovechar cada momento.
Quizá sea línea recta o quizá no, no lo sabemos. Quizá la hoja que nace en primavera tiene mucho de la que cayó en otoño, quizá sin la que cae no nacería otra. Para reflexionar.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Cerrar un círculo con barrotes es muy difícil, sin embargo tú lo has conseguido. Felicidades.
He empezado a leer un libro de leyendas de tribus de indios norteamericanos y no he podido evitar acordarme de tu saludo, y por extensión de ti.
Un abrazo
Gracias Paloma por tu comentario.
Si los barrotes son de hierro me temo que muchas espinacas he de tomar, jeje.
Buena elección la del libro…
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Tu texto, David, tiene una grandísima virtud, como es la prosa tan sugerente y los momentos tan bien escogidos. A mí, sin embargo, el desarrollo temporal se me hace un poco rápido, los saltos tienen cierta precipitación previsible… Aunque la interpretación que ha hecho un lector más arriba, la de que en realidad se trata de un viejo solitario soñando su propia vida, me ha parecido muy muy buena, y quiero creer que se trata de eso 🙂
Un abrazo y suerte
NACHO RUBIO
Gracias Nacho por tu comentario y gracias sobre todo por la crítica, cuando es constructiva me encanta.
El lector creo debe dar su interpretación, a veces será afín al escritor y otras quizá no, incluso a veces habrá varias posibilidades.
Una lectura posible es que una persona mayor sueña con todas las fases importantes de su vida (cuando era bebé, cuando conoce a una mujer, la mujer de su vida, cuando tiene un hijo…) momentos que marcan de verdad una vida, los recuerda, los sueña y al despertar de ese sueño, de ese recuerdo, se da cuenta de que la vida ha pasado, de que el bastón (simbólico) sigue allí. ¿No?
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
EL CIRCULO DE LA VIDA!!! Me sobra el bastón final, pero me encanta todo lo demás!! Un beso.
Gracias Aurora por tu comentario.
En este caso doy al bastón un peso simbólico de lo que quería tratar, no sé si acertado o no.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
David: acabo de volver a leer tu relato con la óptica que diste a Nacho…
…y me entran escalofríos porque esta actualmente mi madre, de 94 años, en este trance en el cual se queda cada dos por tres dormidita…
¡que haría ella si se la cae al suelo su cachaba querida!…
esta perdiendo la memoria cercana pero al contrario recuerda detalles lejanos que nos dejan asombrados… por esto miro con ella viejos álbumes de fotos: la serena mucho…
Toda una vida retratada en sueños, pero allí está el bastón para recordarle en qué etapa está en la realidad.
Me gusta como has planteado la propuesta de este mes.
Suerte
Besitos