ENE82. ¡EL LOBO SE HA IDO!, de Ricardo Ramón González Ramos
Por las rendijas de la persiana veía al tendero dubitativo.
En la ventana de Emilia se movieron los visillos.
Todos expectantes.
“Pero yo podré” se decía.
Le contaron que el pastor también pensó en que podría, hasta el último momento, aunque el lobo había llegado.
Decían que no lloró nunca más, ni por sus ovejas ni por su perro, el único valiente pero impotente. ¿Por qué no les hizo caso?
Los gestores del Banco Miendo, que le agasajaron años atrás, giraban sus sillas, no miraban de frente. Hacía tres meses que el tal Genaro no le invitaba a café como tenía por costumbre.
Cuando despertó… habían derribado su puerta.
Solo pudo gritar:
Qué puedo hacer si el ayuntamiento no me paga los trabajos que les hice!!!
Y al final el desahucio.
En la calle, Genaro seguía gritando: ¡¡El lobo se ha ido!! ¡¡Volved!!
…y ya nadie le creyó. Ese verbo, desahuciar, siempre coge dormido. La crisis es el despertador que hace abrir los ojos a una realidad: Los bancos hambrientos.
Abrazo.
Lines
Muy real por desgraci, este tu relato.
Besicos muchos.
Un mal sueño, una pesadilla, una realidad para algunos.
Saludos
Anna J R
un señor me había comprado, con una ilusión tremenda, unos cuantos muebles para una casa que estaba en construcción… (a menudo guardo los muebles dos o tres años antes de que acaben la obra…)
unos dos años después llego este hombre y, muy compungido, al borde de las lagrimas, me dijo que tenia de desistir: ¡el ayuntamiento no le pagaba la obra del centro cultural, en efecto era él cristalero…!!
le hice escoger entre estos muebles los que quería guardar por la suma que había ya entregado como señal, los otros les volví a poner a la venta…
es decir que es una verdadera bola de nieve: ¡tantos ayuntamientos hacen obras faraonicas sin pagar a los proveedores y obreros…!!
Pues menuda putada, porque yo también tengo la pasta en el BANCOMIENDO. Y me parece que somos mogollón, es cierto que van comiendo, la pasta, las ilusiones, la dignidad… Tu micro me ha llegado directo al alma, chico, porque, encima, tengo un amigo que está en esa misma situación. Hay un ayuntamiento en concreto, de cuyo nombre no quiero acordarme que le debe un montón de pasta y lo tiene amargadito.
Perfecto, contundente. Un abrazo.
Entre visillos, rendijas, silencios y soledades me imagino la escena. Me has permitido introducir el paisaje, el sonido, el ambiente y los decorados en el montaje de tu historia.
En cambio, no he sido capaz de asimilar tranquilamente el final. Me ha «dolido». Y eso es un mérito tuyo. Enhorabuena.
No lo consideres un mérito, no lo es.
Gracias Miguel.
Ingenioso lo de Baco Miendo. Supongo qe es un banco filial de la Banca Gando.
Hay que cobrar por adelantado.
Esperemos que los tiempos mejores lleguen pronto.
Un abrazo, Ricardo.
No quiero imaginar el tipo de interes que nos pagaran estos bancos, pero me huele mal.
Los tiempos mejores llegarán aunque habra que conformarse con poco.
Gracias Jesus, un abrazo.