75 Enfermos
Podría haber sido un gran cardiólogo. Tiró por la borda el sacrificio de sus padres para costearle los estudios. Las dichosas cartulinas rojas y negras le hechizaron, dejó todo por esas timbas donde ganar dinero fácil. Las gafas de sol y la mascarilla ocultaban cualquier mueca de su rostro.
Muchas noches por la puerta de urgencias del hospital deambula un joven que lleva siempre una baraja con aspecto de indigente, tiene un parecido a uno de los conductores de ambulancia. Ciertos pacientes llegan con una carta, siempre de corazones, donde hay escrita una palabra clave para su diagnóstico.
Tu protagonista se ha dejado manejar por el engaño de los juegos de cartas llevados al extremo, no es capaz de resistirse a su llamada engañosa, tanto, que el resto de su vida ha quedado anulada, incluido el porvenir que podría haber tenido. Realmente es un enfermo marcado por una obsesión, él lo sabe mejor que nadie, por eso frecuenta los hospitales, donde hay otro tipo de pacientes que, probablemente, tengan mejores posibilidades de sanación que él; la medicina ha avanzado mucho y, por suerte, el corazón y otros órganos pueden repararse y mantenerse con determinados cuidados.
Un abrazo grande y suerte, Pablo.
Algunas enfermedades que afectan a la mente a veces son difíciles de curar. Gracias por tus comentarios siempre precisos. Un abrazo, Ángel.