ENTCerrona 2: Homenaje a los últimos ganadores
Os presentamos la segunda ENTCerrona del mes de enero. Tenemos una lista de espera de una docena de propuestas. Gracias por vuestra participación.
Esta propuesta nos la ha enviado PALOMA CASADO.
Como homenaje al año pasado y como invitación al evento que está por llegar en pocas fechas, nos propone escribir uno o dos relatos que tengan 100 palabras aproximadamente y que contengan cualquiera de las dos frases iniciales de nuestros últimos relatos ganadores.
«La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos»
«Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto»
Pues a ver qué se os ocurre…
APOCALIPSIS
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos embarrados. Se acerca al cuerpo semienterrado entre la hojarasca y muerde la pierna que sobresale. Tira y un quejido débil sale del niño, recibe un golpe en el morro y suelta la presa, la mujer protege el cuerpo desmadejado entre sus brazos, están cubiertos de pústulas sangrantes y patalea contra el cancerbero del inframundo como poseída. Se acercan otros perros y la atacan desde todos los lados, suelta un momento a su hijo y se lo arrebata el más grande, que lo arrastra por el barro. Ni llora, baja los brazos.
Atrapados
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos. Que te atrapa y se te enreda en las piernas y te hace caer al barro. Que hace que nieve justo a mitad de la jornada, en mitad de ninguna parte, donde no hay refugio posible.
Mientras tus hijos lloran de frío y hambre, la muerte te espera detrás de una frontera enrejada de espinas.
LA FIESTA
Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto. Sabía que él iría y eso me excitaba. Mi principal duda, horas antes, consistía en si ponerme la camiseta negra, con escote en pico y muy sexy, o llevar la blanca básica, que todo el mundo se pondría. Bueno, acabaríamos todos en ropa interior, «no problem».
La fiesta ha comenzado. Richy está conmigo, furioso por no sé qué. La espuma se está tiñendo de rojo y el filo de un cuchillo se aleja, con rapidez.
Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto.
Entramos.
Decenas de perros rabiosos nos esperaban.
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos. Ansía fortalecer su existencia con energía vital. Seres que transitan sin rumbo intentando asirse a las débiles ramas de la vida, seres que exhalan bocanadas de auxilio, que lloran su soledad y que ella, paciente, espera su caída.
La vida misma
Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto y todos parecíamos nubes cochambrosas, pero nos daba igual. Nadie nos avisó de que, para que la espuma fuera más consistente, le habían añadido un aditivo especial, tóxico por contacto, que desintegraba la carne en pocas horas. El reguero de cadáveres de gente que volvía a sus casas se extendió por las calles aledañas y a la prensa del día siguiente no se le ocurrió otra cosa que insinuar que la culpa era del polémico galgo de Paco, que siempre andaba suelto, titulando el artículo “La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos”
Los isleños
Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto. El viento acercaba a la isla ráfagas de música y encaramados en sus rocas podíamos distinguir las luces de colores. Cada año celebrábamos aplaudiendo con nuestras manos palmípedas esa costumbre de los humanos. Luego nos deslizábamos y nadábamos hacia allí. Siempre había alguien que se lanzaba al mar para ganar una apuesta o caía enredado por los vapores del alcohol. Nunca aparecían los cuerpos, pero las profundidades se iban llenando de huesos pelados de una carne exquisita
Copas Rotas
Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto y toda la juventud de la comarca acudió a ella, como abejas a un panal de miel.
Tacones, brillos, alcohol, carmín, ganas de pasarlo bien, muchas ganas. Y mucha gente, demasiada, abarrotando un espacio que se queda pequeño.
La música suena, estruendosa, el alcohol corre de copa en copa, los oídos ensordecen ante el tumulto.
Y entonces… Silencio. Un pitido y las luces de emergencia encendidas. El local vomita lo que le sobra, en forma de zombies desfigurados por el alcohol. Y cuerpos lánguidos, que ya nunca más bailarán a ritmo sincopado.
Quizás la muerte se hartó de deambular sola por los caminos y entró a divertirse.
Una historia de monjitas
«La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos» nos decía el viejo capellán para asustarnos y nosotras le creíamos a pies juntillas hasta que falleció. Porque a ver, ¿cuándo salió él del convento para encontrarse con el perro? Nunca.
Entonces le preguntamos al nuevo padre. «Eso está en manos de Dios», nos respondió y también: «¿conocéis vosotras lo que los franceses llaman la “petite mort”?» Y como nos vio poco ilustradas en la materia, se encargó de aleccionarnos.
Más que una muerte, aquello nos pareció la resurrección de la carne. Un glorioso milagro.
Apocalipsis
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos. Atrancad las puertas. Cerrad los postigos. Pues si el cierzo la azuza buscará refugio dentro de las murallas. Dicen que el caballo bayo que va delante está hambriento, y es friolero, aunque no tanto como ella.
IMPOTENCIA
Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto. Desde mi silla de ruedas, a través de la ventana, reconocí a una vieja conocida deambulando por los caminos; en esta ocasión, iba disfrazada de perro flaco. Hice aspavientos y hasta le silbé, pero no se fijó en mí, igual que la otra vez. Con el hocico pegado al suelo, se dirigió al muelle. Lo siento, no pude hacer más.
Disculpa, Epifisis, pero no me do cuenta de que repetía el título de tu micro.
Mis disculpas.
No me importa nada, los buenos relatos pueden compartir título, ja ja ja.
Un abrazo.
Fiesta, fiesta,…
Dicen que la muerte es un perro flaco que deambula por los caminos y que a él todo son pulgas. Mi cuerpo ya es un saco de ellas pero yo, esta noche, me largo a la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto a ver si me sacudo unas pocas.
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos.
Nadie sabe que lleva miles de años buscando una cuneta lo suficientemente cómoda para, por fin, descansar en paz.
Boca do Inferno
Había escuchado muchas veces a su padre que la muerte es un perro flaco que deambula por los caminos. Jenny, al decirle aquellos chicos que se subiera de una puta vez al coche y así vería lo divertida que era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto, lo echó de menos una vez más. No debería haberse escapado con la pasta del encargo de Omar ni fundírsela en tres días. Entre lágrimas, veía alegre lo poco faltaba para que esos fuertes lobos alcanzaran su destino en Cascais y la dejaran reencontrarse, por fin, con él.
ESPUMAS Y ESPUMAS
Anunciada y esperada desde hacía semanas. Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto. Empezó con la que regaban media docena de camareros con los extintores del local. Siguió, cómo no, con la de las cervezas que circularon como vehículos en operación salida. Y terminó con la de la primera ola de aquel enorme tsunami.
PUNTUALIDAD
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos mordiendo aquí y allá e inoculando su veneno sin antídoto. Aunque lo esperes con ansia o trates de retrasar el encuentro, el perro siempre te halla a tiempo. Justo en tu hora. En punto.
FISURA
Hace una semana, tomándome una copa en la barra, una gogó se me insinuó, estaba buenísima y me metió mano. Me invitó a la juerga de esta noche y me ilusioné.
Más, cuando al llegar, vi que era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto, estaba en pelota picada, me desnudó y se sonrió al ver mi erección. Me colgué mis pertenencias en un saquito al cuello y nos metimos en la piscina, bailando y sobándonos como locos.
Se me cayeron las llaves del coche y al agacharme, me sujetaron entre dos gorilas del club y otro me dio por detrás.
Doctor, me dijeron, es la chica del dueño.
—Vamos sube, no seas amargado— ellos estaban felices, habían bebido más de la cuenta. La noche era propicia para una bacanal; Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto.
Nunca llegaron, los restos informes del auto incendiado en el fondo del barranco era mudo testigo de la tragedia.
Pregunté: ¿Porqué?
Él me miró y dijo:
—La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos.
Un testigo afirma que ellos esquivaron al perro que se cruzó en el camino…
FIES
Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto y todo iba de maravilla, de buen rollo, risas, copichuelas y diversión. Pero como en las buenas pelis americanas de terror, esas donde el charco de la espuma avanza y avanza y coincide con un enchufe y cae queroseno porque estaban de obras en el piso superior y alguien que fumaba afuera en la terraza, donde ponen lámparas lanza su colilla y…
Fue la fiesta de la espuma.
GLORIA A DIOS
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos, compartiendo nuestra hambre, nuestras moscas y nuestro miedo. Cuando alguien del grupo se derrumba, el perro se acerca y lo olfatea con delicadeza. Si lo lame, arrastramos al pobre desgraciado hacia ese horizonte que nunca llega, hasta que consigue volver a ponerse en pie sobre sus llagas. Si lo muerde, elevamos una oración por su alma y bendecimos a Dios por permitir que ese día al menos uno de nosotros pueda comer.
PRESENTE/FUTURO
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos de mi cuerpo. Día a día arranca mi carne con pequeños bocados, cada vez más profundos y dolorosos, hasta convertirme en un despojo con su mordisco final.
INFALIBLE. . . . . . . . . . . . La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos buscando tal vez unas cuantas almas para llevarse a los infiernos. Luego allí, mientras las clasifica, puede que incluso le acometan algunos remordimientos al haberse llevado con ella a seres verdaderamente inocentes, a personas a las que todavía no les había llegado su hora. Pero no os preocupéis, la de la guadaña jamás admitirá haber cometido un error y las almas erróneas acabarán pérdidas en el limbo.
EN PRÁCTICAS
La muerte es un perro flaco con las costillas clavadas en el pellejo y la mirada fija en el contenedor del callejón. No parece muy ansiosa: se limita a esperar las sobras de cualquier restaurante, el que sea, y si es de noche cerrada mejor, para evitar trifulcas. La muerte últimamente anda de capa caída, parece que ha visto demasiada televisión.
Esta madrugada oye un ronroneo dentro de un cubo de basura y sin pensarlo salta dentro. Al salir sujeta entre sus fauces un bebé sanguinolento y con el cordón umbilical sin cortar. Sin dudarlo corre a toda prisa hasta la comisaría más cercana.
Antes de atravesar la puerta, un hombre uniformado le descerraja tres tiros certeros en la cabeza y la mata.
A la muerte le sanciona su superior y, de castigo, la manda a la costa de Siria, a hacer horas extras.
Grandísimo lío tengo con el leísmo. Si alguien lo ve, agradezco corrección.
Jaja, acabo de ver que mi relato ocupaba mucho espacio y es porque… son 100 palabras máximo. Este 146. Pues nada, ahí queda mi desacato, jaja.
Eso no importa, está tan bueno que merece ser la excepción.
Ahí va, yo no he contado las palabras tampoco, seguramente me he pasado. Su, creo que sería «la sanciona». Beso.
FRATERNIDAD
Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto. Mis amigos, todos, estaban invitados. Yo me tuve que quedar, una vez más, en casa. Era el problema de que la gente de mi cuadrilla ya hubiese cumplido los dieciocho y yo tuviese la mala suerte de haber nacido a final de año. Pero esa vez no me dio la gana de quedarme sin diversión. A mis hermanas les encantó poder vaciar, por fin sin censura, todos los botes de gel en la bañera. A mis padres, cuando volvieron a casa, no les hizo tanta gracia.
SEXTO SENTIDO
Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto. Han acudido, de golpe y porrazo, todas las novias de los marineros. Ahora, el puerto mismo es una marabunta de pasos de baile regados con champán.
PICADURAS
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos: las garrapatas lo están matando.
LA ÚLTIMA FIESTA
A través de la ventana abierta llega un rumor sordo. Tumbada en la cama, Clara pregunta a la enfermera:
—¿De dónde viene ese ruido?
—Es la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto.
—Ah, claro, como cada año por estas fechas.
Luego su mirada se dirige a la vía que la une al frasco de veneno que gota a gota va invadiendo su torrente sanguíneo.
ESTADO POLICIAL
La muerte es un perro flaco que deambula por los caminos, procedente de Eritrea. Tanto deambula, que ayer la arrestaron por vaga y maleante. Hoy duerme hacinada en el CIE de Aluche, apurando sus últimos días en la tierra en que comenzó a creerse viva.
DEMASIADO TARDE
Era la fiesta de la espuma en la discoteca del puerto, o al menos eso parecía cuando caminaba por el embarcadero. Pero al reparar en los bomberos me temí lo peor.
Se confirmaron mis malos presentimientos al acercarme y vislumbrar bajo la espuma varios cuerpos calcinados. Alguien había avisado de la catástrofe, pero no pudieron llegar a tiempo.
Distinguí a Lucas, el gracioso del pueblo, tendido en el suelo, casi irreconocible, con una bengala en la mano.