43. Entre las páginas… (Blanca Oteiza)
Como en un libro de páginas usadas por la lectura el olor me embriaga y me seduce como el príncipe de los cuentos infantiles a la princesa.
Es en esas tardes de sol rojizo en el horizonte, cuando sentada en el viejo sillón de cuero desgastado que reposa rodeado de modernos muebles como si fuera una pequeña isla de nostalgia entre tanto minimalismo de diseño, me gusta perderme entre letras que bailan ante mis ojos formando palabras que me hacen viajar a los rincones más escondidos de mi imaginación.
Mis hijos me preguntan siempre cuándo voy a deshacerme de él, pero yo quiero seguir conociendo mundo mientras descanso en mi querido butacón.
Blanca, hay lugares perfectos , y si se encuentran se nos hacen imprescindibles. Has trasmitido esas sensaciones muy bien. Suerte y saludos
Gracias Calamanda por tus palabras.
Me alegro que te guste.
Un abrazo
No sé cómo será la droga, pero te aseguro que tras leerte dan ganas de ir a buscar ese viejo butacón y dejarse las pestañas entre buenas páginas, como las de tu relato.
Un saludo y suerte.
Muchas gracias Ángel,
Me alegro que te haya gustado mi relato.
Me apunto a buscar el sillón contigo, porque la verdad tiene que ser muy relajante tener un sillón así donde poder «escapar» tan placidamente de la rutina.
Un abrazo
Hay cosas que con el tiempo de tanto usarlos cogen nuestra esencia. Lo mismo que tu protagonista con el butacón, a decir verdad, a mí me pasó lo mismo . En la universidad como atleta me regalaron una chaqueta roja con las iniciales WSU ,aunque pasaron más de 35 años sigo llevándola y con mucho orgullo. La pobre chaqueta está andrajosa de tantos años y tanto usarla, pero yo la sigo llevando con orgullo. Me gusta este tema y como lo has descrito. Un fuerte abrazo, amiga, Sotirios.(sotiriosmoutsanas.blogspot.com)
Gracias Soti, siempre es un placer leer tus comentarios.
Sí, a veces cogemos cariño a las cosas y nos da pena deshacernos de ellas.
Un abrazo.
Nos has llevado a ese momento plácido de lectura, el de viajar, en el caso de tu protagonista, desde un viejo sillón compañero de mil singladuras. Mucha suerte 🙂
Gracias Juan Antonio por tus palabras.
Siempre es un placer poder «viajar» sumergiéndote en una buena lectura.
Un abrazo
Muchas gracias Ana,
Me alegro que hayas disfrutado con mi relato.
Sí, creo que además en una casa no tiene porque ser todo moderno o todo antiguo, puede haber pequeñas islas donde ambas se den la mano.
Y del atardecer rojizo, es que me encantan!!!
Un beso
Blanca, no hay nada como estar a gusto y sentirse protegido para usar la imaginación, y con ella el mundo a tus pies. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Gracias Salvador,
Me alegro que te haya gustado mi relato.
Un abrazo
Que sí lo tiras alguna vez, avísame que siempre he querido tener uno para leer hecha un ovillo.
Muy bonito!
Gracias Patricia,
Lo tendré en cuenta para cuando me deshaga de él.
Un abrazo
Blanca, bonita semblanza de lo antiguo, de los olores de los libros viejos, de esos muebles cómodos que difícilmente los volverás a encontrar.
Un beso
Gracias Epi,
Siempre es un placer leer tus comentarios.
Un beso
Pues coincido con los comentarios anteriores. Mientras te leía, he visto a tu protagonista ahí sentada en el sillón, que tiene un pequeño desgarro encima del asiento y que está camuflado por un cojín granate.
Mucha suerte y muchos besos.
Gracias Virtudes por tus palabras, siempre es un placer.
Un beso
Hola, Blanca.
Me ha pasado como a los demás y es que he viajado y me he sentado en ese butacón. Es el placer que produce cuando un texto está perfecto.
Te deseo mucha suerte y te mando unos besos.
Muchas gracias Towanda,
me alegro que hayas disfrutado de mi butacón.
Un beso
Entrañable escena, la que nos has presentado creando una bonita metáfora de los nuevas tecnologías, que facilitan mucho las cosas pero que van dejando perder el encanto de toda la vida, reflejado en ese butacón.
Gracias Lorenzo por tus palabras. Sí, a veces es bueno mantener esos ”sillones” en nuestras vidas.
Es cierto lo que cuentas, hay lugares que piden ser de lectura, y el sillón con olor a historias, con la tapicería adaptada al cuerpo, las posturas, todo, es uno de ellos. Suerte a fin de mes.
Gracias Javier por tus palabras y por pasarte por aquí.
Un abrazo
Has «pintado» una escena y un objeto que me ha hecho sentime allí. Ese butacón es el mejor lugar para echar a volar la imaginación.
Suerte
Besitos
Gracias Elysa por tus palabras.
Un beso
Yo hasta me olvidaba de los guijarros clavados en las nalgas, a la orilla del río, cuando aquel verano me iba con LOS CINCO o LOS SIETE SECRETOS a vivir aventuras.
Bendito Bibliobus (aún existen?).
Quiero decirte que esa sensación de leer en tu sillón fsvorito, por muy viejo que esté, no tiene precio.
Precioso homenaje al libro, y a esos objetos y rincones especiales de la casa de cada uno.
Beso enorme para ti.
Gracias Modes.
Yo creo que sí siguen existiendo los bibliobus, o por lo menos me suena, aunque nunca los he utilizado. Soy de comprar los libros o en su defecto la biblioteca.
Me alegro que te haya gustado mi relato. Creo que todos debiesemos tener un rincón favorito en nuestro hogar donde nos encontremos tan agusto que podamos abandonarnos a la lectura o a la imaginación.
Un beso