10. ENTRE MUCHAS (Ángel Saiz Mora)
Es posible sobrevivir en el infierno durante un tiempo, siempre que haya un motivo; yo lo tuve, puedo decirlo con mi último aliento.
Salir a la calle o abrir la puerta se convirtió en un riesgo. Sin embargo, aquella presencia, pese a lo insólito de su anuncio, transmitía confianza. Lo dejé entrar. Fue respetuoso, aséptico.
A unos tiempos convulsos se añadió un embarazo inesperado para mis conocidos. Nada dije acerca del padre, no existía en el sentido habitual del término, tampoco mencioné la inseminación artificial.
Mi hijo era una garantía de futuro. Busqué comida por calles cubiertas de cadáveres, tuve que huir de personas desesperadas. Temperaturas demasiado altas, enfrentamientos y falta de recursos esquilmaban un planeta tocado de muerte.
Pasado un año enfermé de gravedad, antes o después iba a suceder. Tuve la misma visita. Se marcharon juntos, con mis genes y los inoculados en su momento por aquel ingenio mecánico de aspecto angelical, enviado por observadores desde otro lugar de la galaxia.
Mi hijo tiene una oportunidad en un nuevo mundo, para cuya atmósfera está adaptado. Lo mismo sucede con los de otras mujeres seleccionadas, inteligentes y sensibles, las últimas de nuestra especie. Todas nos llamamos María.
Qué mundo tan tremendo y seguramente posible, dibujas en tu relato, Ángel. Un futuro terrible aunque, a la vez, con una chispa de esperanza en esa nueva vida. Cuando algo muere, otro algo nace. Un abrazo y suerte, amigo.
Sí, un mundo parecido al vivido por María en la Biblia y con un Jesús engendrado quizás por un extraterrestre angelical. Mucha suerte, querido Ángel
Un hálito de esperanza en un mundo en descomposición.
¡Mucha suerte Ángel!
El aura de lo sagrado, que se respira en tu relato desde las primeras palabras, convierte tu relato en algo sobrenatural, con un fondo de misterio que se va desvelando a cada frase. El final hace que la historia sea susceptible de ser construida de muchas formas, todas ellas interesantes. La esperanza para este mundo futuro que se vislumbra cada vez peor, puede hallarse en un sinfín de planteamientos. Este que tú propones participa a un tiempo del ámbito celestial y el de la ciencia ficción, dando además un papel crucial a la mujer. Muy buena propuesta para este certamen en el que te deseo mucha suerte. Un abrazo, Ángel.
Creencias aparte, Puri, que algo de cierto tenga eso de «Dios aprieta pero no ahoga», o «cuando se cierra una puerta se abre una ventana». Queremos creer que aún en medio del apocalipsis, puede quedar un resquicio a la esperanza.
Muchas gracias y un abrazo, Puri
Quién sabe, Gloria, si lo que se cuenta en la Biblia sucederá de otro modo o ha ocurrido ya y de otra manera. Las letras conceden licencias para dar forma a la imaginación. Algunas cosas que han llegado a concretarse se imaginaron antes, Julio Verne es el mejor ejemplo.
Muchas gracias y un abrazo, Gloria
Que no falte nunca, Raúl, una esperanza a la que aferrarse, en cualquier ámbito, incluso en forma de ayuda externa, tan generosa como inesperada.
Gracias y un abrazo, Raúl.
La historia, como bien sabes, Enrique, ha relegado de forma injusta a las mujeres, también en las historias sagradas, quizá hasta llegar a María, en el caso del cristianismo, a quien se otorga un papel preponderante. Si hay un futuro ha de ser con ellas como personajes imprescindibles. Quienes pueden dar la vida tienen mucho que decir para que ésta continúe. En esta pequeña historia, como bien dices, trata de mezclarse esa tradición cultural que hemos heredado, con técnicas avanzadas, un futuro degradado y una intervención externa providencial, como empujoncito para comenzar de nuevo.
Muchas gracias y un abrazo, Enrique
Pues me sumo a todo lo dicho, y añado que me recuerda a la Xenogénesis de Octavia E. Butler, que leí no hace mucho. Aunque el entorno es diferente, el fondo es el mismo: los oankali combinando sus genes con los humanos para dar lugar a una nueva estirpe. En este caso María se llama Lilith, y no creo que el nombre sea casual.
Un abrazo y mucha suerte!
Impactante relato apocalíptico en el que queda claro. y coincido con ello, que más que la perpetuación de la especie, lo que buscamos, y en especial las mujeres, es perpetuar nuestros genes, más allá de la especie humana.
Enhorabuena y suerte, Ángel.
Un abrazo
Hola, Rosalía. No conozco esa novela que mencionas, ni siquiera, he de reconocerlo, a su autora. De lo que si creo estar seguro es de que a los dos nos gusta la ciencia ficción. Acabo de leer (para eso está internet) que Lilith es una reina de los demonios, lo contrario que María o todas las Marías a las que alude esta pequeña historia, como un guiño a la madre de quien habría venido a salvar al mundo, de la esperanza en medio del caos.
Muchas gracias por leer, Rosalía.
Un abrazo
El ser humano tiene vocación de eternidad, quizá sea porque, según dicen, somos la única especie conocida que es consciente de que algún día desaparecerá. Perpetuar nuestros genes viene a ser como dejar algo de nosotros mismos para lo sucesivo. De paso, también, aunque no sea lo que se pretenda en sentido estricto, también se contribuye a una continuidad colectiva, somos seres sociales, nos necesitamos.
Gracias por tu lectura y tus palabras, Jorge
Un abrazo
Estimado Ángel,
Tu relato me parece muy original. Me parece una versión moderna del evangelio, con una María engendrando al nuevo “salvador” de un mundo en crisis. Se ve como has elegido cada palabra con detalle, “respetuoso y aséptico”. He tenido que leerlo varias veces y cada vez he encontrado un detalle nuevo. Me ha gustado bastante. Enhorabuena. Saludos afectuosos.
Me parece un relato con muchas lecturas y la principal es el papel indispensable de la mujer incluso en ese cada vez más «cercano» mundo de ficción. Que difícil explicar un embarazo inesperado para cualquier María de antes o del futuro. También me recuerda un poco, salvando las distancias, al Cuento de la Criada, la mujer como simple vehículo de procreación para hombres, robots o seres de otra galaxia en aras de un fin «superior».
Un abrazo.
Según la tradición, la madre de quien ha de venir a salvar al mundo es elegida por sus virtudes «entre muchas». El anuncio que recibe no procede de un origen humano, sino de algún tipo de ente, o entes superiores, que quieren ayudar a una especie desorientada y en franco camino hacia su destrucción.
Que una historia se entienda a la primera podría considerarse un objetivo cumplido. Si también, tras relecturas, se descubre algo nuevo, puede que también sea un pequeño valor añadido, por lo que agradezco mucho tu lectura y tus palabras, Fernando.
Saludos afectuosos también para ti
Que las mujeres han sido fundamentales en la historia de la humanidad es algo incuestionable, no solo por motivos fisiológicos, al ser portadoras de la vida, también por su papel como garantes de la posibilidad de progreso de tantos millones de niños y niñas una vez que llegan al mundo; una madre es insustituible en una infinidad de sentidos y matices, que van más allá de lo puramente físico.
Como bien dices, un embarazo sin paternidad clara ha sido, es, y nos tememos que seguirá siendo, un estigma.
Confieso que no he leído «El cuento de la criada», ni siquiera he visto la serie, pero quiero creer que la María de esta pequeña historia es elegida no solo por su capacidad para procrear, sino también por otros muchos valores, sin duda hereditarios, pero importantes y propios, más allá de la pura genética, como la sensibilidad y la inteligencia.
Que una historia corta tenga varias lecturas habla del poder de la literatura para transmitir mucho con escasos medios. Si me he acercado un poco a ello me doy por satisfecho.
Gracias por tu tiempo y tus palabras, Ana.
Un abrazo
Respetuoso, aséptico y providencial, entre muchas otras cosas, fue el anuncio del ángel a María, y bien puede serlo el de esta entidad extraterrestre que selecciona a tan pura, docil, sensible e inteligente mujer para inseminarla a fin de salvarla, de salvarlos, de salvarnos… Ya se sabe que quien dice «ángel» bien puede decir «alienígena» que llega a un mundo en las últimas como última esperanza…
Me maravilla, Ángel querido, tu sobrada habilidad para haber fusionado en un mismo relato, y tan bien, a ciencia y religión… ¡Qué gran motivo de vida, sobrevida y trascendencia es un hijo en el vientre!
Siempre es una alegría leerte, pero hoy, me siento privilegiada…
Besotes, amigo…😘😘😇😇
Hay personas más espirituales y otras con un talento más próximo a lo científico, pero en general pienso que todos tenemos un poco de todo, en el fondo somos el resultado de la fusión de muchas cosas. En esta pequeña historia, además, como bien dices late la vida por encima de toda amenaza.
Privilegio el mío, por poder leer tus letras y por la suerte de que te detengas en las mías.
Mil gracias y un abrazo, Mariángeles.
Me ha parecido muy original el paralelismo entre el Salvador (de las almas) de la religión cristiana y ese salvador futurista de la especie humana. En ambos casos, la fecundación procede de un ser de otra especie que elige a una madre, entre muchas, por sus valores y su valentía. En una sociedad distópica y moribunda queda un resquicio para la esperanza. Muy bueno, Ángel.
Esperemos no llegar a esa sociedad infernal y sin futuro, pero si se diera el caso, que viniese alguien externo a echar una mano, a aprovechar el potencial que tenemos como especie, aunque sea eligiendo a una «entre muchas».
Me alegra que te haya gustado, Paloma. Muchas gracias y un abrazo.
Hola Angel. Estableces, quizá sin pretenderlo, un paralelismo por todos conocidos. La Historia Sagrada nos lo muestra envuelto en la aureola de la fe. Tu cuento es, además de original, respetuoso y fácil de leer por su fluidez. Nos llevas por él con sutileza e interés, hasta el final.
Suerte. UN abrazo
Algo hay de la tradición que conocemos, como también de un posible futuro lleno de brumas, aunque con ayuda tecnológica y externa.
Me alegra que te guste, Calamanda.
Gracias por tu lectura y un abrazo
Un relato con un toque futurista que, quién sabe? Tampoco imaginamos los patinetes eléctricos ni las cámaras de fotos integradas en un teléfono… Lo bueno es que también conserva lo tradicional y está lleno de esperanza.
Mucha suerte con él.
Fuerte abrazo, amigo.
El futuro nadie lo conoce, aunque sí que ha habido casos de personas que se han acercado mucho a él con su imaginación antes de que llegase, como Julio Verne. Segurísimo que no es mi caso (ya me gustaría a mí, que estoy a años-luz de predecir el futuro y de Verde) y espero que no lo sea, que, a pesar de todo, no lleguemos a ese apocalipsis. En todo caso, que haya siempre una esperanza, eso sí, suceda lo que suceda y en cualquier circunstancia. Como bien dices también, el corte futurista de esta pequeña historia no está reñido con un homenaje claro a la tradición, todo se escribe y se reescribe desde el principio de los tiempos.
Muchas gracias, Yolanda.
Otro abrazo grande para ti
En tu relato dibujas un futuro sobrecogedor, aunque bastante plausible a la vista de los acontecimientos. Esperemos que lo que planteas con tu habitual maestría se resuelva para bien de toda la humanidad. Un abrazo y suerte, Ángel.
Después de lo que hemos pasado últimamente y todavía arrastramos: pandemia, Filomena, volcán en erupción y una guerra absurda y preocupante, además del cambio climático, pensar en un futuro apocalíptico no es, por desgracia, descabellado. Aun así, como bien dices, esperemos que nunca lleguemos a algo tan extremo, que no falte una esperanza a la que aferrarse.
Agradezco mucho tu lectura y tus palabras, Francisco Javier.
Un abrazo
Hola, Ángel.
Un relato de ciencia ficción que podría no serlo tanto, porque uno ya no sabe, en los tiempos que vivimos, qué es lo que puede pasar.
Como siempre, un auténtico placer leerte y, no menos, poder saludarte y desearte que todo marche sobre ruedas.
Un cálido abrazo, estimado tocayo.
Como bien dices, llevamos una temporada en la que un suceso preocupante sucede a otro, cuando no se interponen varios. Esperemos, no obstante, que la ciencia ficción, a veces apocalíptica, deje algún resquicio a la esperanza.
Mil gracias por tu lectura y tus palabras y deseando leer el tuyo.
Un abrazo grande, tocayo.
Es posible que nuestra especie y nuestro planeta ya no tengan solución y nos encaminemos hacia la extinción. Si al acercarse el final se ofreciera una solución como la que le plantean a tu protagonista, seguro que en muchos casos sería aceptada. Los observadores galácticos de tu relato debían conocer bien nuestra historia autodestructiva y quisieron asegurar el éxito de ese rescate “in extremis” seleccionando a las candidatas. El nombre bíblico que has elegido para finalizar el texto me ha llevado a pensar que esos seres ya llevaban mucho tiempo observándonos y que algún intento previo había fracasado.
Un sugerente relato que transmite al lector significados que perduran, Ángel.
Un abrazo y suerte.
Cuando todo parece perdido, en una sociedad tan autodestructiva, como bien dices, una mano externa sería lo único que podría ayudar a salvar, al menos y como se suele decir, los muebles. Si llega a producirse el cataclismo, está claro que el intento previo no habría servido de mucho.
Mil gracias por leer y comentar, Josep María.
Un abrazo
Un texto que mezcla ciencia ficción e imaginería de las religiones: esas Marías que conciben por obra y gracia del Espíritu Galáctico. Historia postapocalíptica con esperanza de vida en el más allá, por encima incluso del cielo. Me ha encantado, Ángel. Maravilloso. Es para leerlo muchas veces y seguir sacándole el jugo. Suerte y un fuerte abrazo.
Tradición, apocalipsis futuro y esperanza por encima del cielo, hasta más allá del universo conocido.
Me alegra que te guste y agradezco mucho tu lectura y tus palabras. Un abrazo, Rafa
Tradición, apocalipsis, futuro y esperanza por encima del cielo, hasta más allá del universo conocido.
Me alegra que te guste y agradezco mucho tu lectura y tus palabras. Un abrazo, Rafa
Menuda distopía más alucinante, Ángel. Te felicito por el texto y por tu imaginación.
Felicidades. Un fuerte abrazo.
A la vista del presente, cuando algunos miramos al futuro lo vemos muy negro, decir otra cosa sería engañarse. Esperemos que mejore, por la cuenta que nos trae, si no para nosotros, sí con vistas a nuestra descendencia.
Gracias por leer y comentar, Francisco Javier.
Otro abrazo para ti
Hola, Ángel, este tiempo he estado más desconectada y, la verdad, no he hecho ni siquiera leer a los que habitualmente hago. Así que al leer tu relato me ha hecho gracia descubrir que en cierta manera hemos coincidido en el tema, al fusionar a un humano con otro ser de diferente esencia.
No sabemos qué futuro le espera a nuestra especie, pero no puede descartarse ningún tipo de fatalidad que acabe un día con ella. Así que esta «María» que nos traes, fecundada por un ser de un mundo diferente, me produce sentimientos encontrados. Aunque en cierta forma nos recuerda a la madre de Jesús, su hijo, y los hijos de otros como ella, están destinados a poblar otros mundos diferentes, ya que el nuestro no tiene ninguna posibilidad de salvación. Tremendo panorama. Muy imaginativo e inquietante tu relato. Suerte y un abrazo.
El gran cataclismo que extinguió a los dinosaurios no impidió que el planeta, tan rico en vida y biodiversidad, saliera adelante con otras especies adaptadas. Somos tan dañinos que, como bien dices, no puede descartarse ningún tipo de fatalidad, hasta hacer que el planeta quede del todo yerto por nuestra mala cabeza, con lo que no quedaría más remedio que salir de él. Los más inteligentes y bienintencionados podría tener alguna posibilidad, de ahí esa elección que comienza por sus madres, elegidas «entre muchas».
Mil gracias por leer, Juana.
Un abrazo
Ángel, poco más puedo añadir a los comentarios anteriores. A pesar del apocalipsis que rodea a María, la vida sabe encontrar la manera de perpetuarse y se respira un hilo de esperanza. Buen relato. Enhorabuena y suerte.
Ya sabes aquello de «Dios aprieta, pero no ahoga». Siempre hay algún resquicio al que agarrarse, aunque se necesite una ayudita divina, o extraterrestre.
Muchas gracias, Pilar.
Un abrazo
Querido Ángel, como los buenos magos, nos distraes con una mano mientras nos haces el truco con la otra. Y cuando acabas, a toda velocidad nos vamos al título, que también es relato, para comprender.Y viendo ya todo claro, lo relees ahora ya lentito y saboreando. Es decir, como mandan los cánones de un micro. Mezclada la Anunciación, la Concepción, el Apocalipsis, y la Salvación interestelar. Y todo lo anterior, en doscientas palabras. ¿Quién da más? Te felicito por tu texto, Ángel. Fuerte abrazo.
«Anunciación, Concepción, Apocalipsis y Salvación interestelar», no se me ocurre un resumen mejor. En este mundillo ya sabes que tratamos de decir mucho en poco espacio, si me he acercado un poco a ello ya me doy por satisfecho.
Agradezco mucho tu lectura y tus palabras, Domingo. Otro abrazo grande para ti.