86. Entre sábanas
A mamá no le gusta que los vecinos la miren; por eso, cuando me tiene que reñir, me lleva detrás de las sábanas que hay colgadas en el jardín. Yo creo que es una tontería porque, aunque no la vean, sí escuchan sus gritos. Lo sé porque los días que me toca regañina, María, la lechera, me da un dulce cuando nos trae la leche.
Si las sábanas están secas, me las hace colgar igualmente antes de reñirme; si llueve, no las descuelga, por si se enfada más tarde. Una vez las escondí debajo de mi colchón y, cuando madre me arrastró al jardín, allí estaban preparadas.
Pero hace una semana pasó algo extraño. Aquel día no fui yo, sino papá, al que madre reñía. Gritaba muchísimo. Padre desapareció aquella noche, y no ha vuelto a casa. Cuando mamá me lleva al pueblo, los vecinos cuchichean. Hablan de papá y de “líos de sábanas”. Eso haré yo. La próxima vez que me riña, me haré un lío con la sábana y desapareceré, como hizo él. Ya no quiero más broncas. Estoy cansado. Además, María, que se habrá asustado por los gritos, hace una semana que no viene a traerme dulces.
Raúl, qué historia tan buena has conseguido. Suerte y saludos
Me ha gustado mucho.
Suerte!
Qué bien trazado el suspense hasta la María del final desde la amigable María de los dulces.