21. Entre tinieblas (María Elena Sánchez Álvarez)
Sabía que podría pasar. Eran dos almas dependientes, con rescoldos del pasado y un fuego sin sofocar. Ella, esclava de su soledad, él, del abandono. Tía Gela, supo, cuando se hizo cargo de él, que no debía contradecirle, sabía que tenía que ser comprensiva, al tiempo que, estrictamente intolerante con sus quimeras. Pero desde que se postró en cama, dejó de conducir los designios del futuro de su sobrino Iván.
Él, dormía en la habitación contigua donde se sumergía en un sueño tan profundo que conseguía morirse cada noche. Sin embargo, aquella madrugada, los gritos aterradores de la anciana le resucitaron.
Comenzó a balancearse con movimientos repetitivos. Sus palabras nacían confusas y crecían sin sentido. Nuevamente, sintió la amenaza y la persecución de la octogenaria. Sus pensamientos desorganizados, inmersos en un laberinto en busca de una salida, fueron suficientes para avivar la hoguera.
Tras el silencio, la encrucijada. Tuvieron que sortear varias puertas y pasillos hasta encontrarlos. Tía Gela, yacía en el suelo, mientras él, desfallecía meciéndose en su propia orina.
Han pasado los meses, e Iván sigue huérfano de empatía y abismado por las alucinaciones. Cuando abre los ojos, se los vuelven a cerrar.
.
María Elena, qué situacion tan caotica y original has creado; con final abierto y extraño, incluido; suerte y saludos
Calamanda, si que es cierto, la situación es desesperada. Aunque la anciana convivía con ese temor.
Gracias por tu comentario, siempre tan puntual. Eres muy amable.
Un saludo también para ti y a la espera de tu relato.
Qué difícil le va a resultar a la protagonista salir de ese laberinto en el que está encerrada, donde la realidad no hace sino constatar el cumplimiento de un mal sueño. Muy lograda la sensación de agobio.
Un saludo y suerte.
Ángel, no siempre es fácil convivir con un enfermo psicótico y más cuando no controla su medicaión. La anciana acogió a su sobrino con todas las consecuencias. No quería vivir sola y tampoco quiso abandonarlo.
Muchas gracias por pasarte.
Un abrazo
Inquieta desde el título hasta el final. Me parece muy bien narrado y creo que el desorden es un caos intencionadamente organizado. Mucha suerte 🙂
Juan Antonio, efectivamente es un caos. Los desórdenes mentales a veces son peligrosos para quien los sufre y para quien los comparte.
Me alegro que te haya gustado.
Muchas gracias por comentar.
Un abrazo
María Elena, escalofriante y agobiante historia, donde se atisba una inquietante historia pasada real o imaginaria de los protagonistas. Muy bueno. Abrazos.
Salvador, los gritos de la anciana están sólo en la mente del sobrino que padece alucinaciones. Ella, ya no controla cómo ni cuándo toma él la medicación , por lo que los desórdenes de pensamientos acuden de nuevo a su mente produciendo tales consecuencias.
Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo
Puf menuda situación, quién cuida a quién?? dos lamas perdidas del todo. En la realidad ya existen muchas compañías así, es duro este final.
Abrazos y suerte
Manuel, es cierto, una realidad muy dura,, sobretodo cuando no se siguen las pautas adecuadas se desatan situaciones muy graves. Convivir con un enfermo mental no es fácil.
Muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Duro relato en el que se retrata a dos víctimas del olvido: La anciana que necesitaba tantos cuidados como Iván, con sus alucinaciones. Era cuestión de tiempo para que sucediera la tragedia. Muy buena esa historia que tiene mucho de real, Suerte.
Saludos.
Beto, efectivaamente esto era previsible. Tía y sobrino se necesitaban. En otro tiempo, él más a ella. Sólo la tía se hizo cargo de él, acogiéndolo en su casa y controlando su medicación. Pero con el tiempo y dado el estado de la anciana postrada, ya no sigue los movimientos de su sobrino, por lo que sucede lo acontecido.
Me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo
Cuando abre los ojos, se los vuelven a cerrar. Qué tremenda escena.
Felicidades por la historia.
María, realmente es un episodio tremendo. Las enfermedades mentales hay que tratarlas bien, de lo contrario pueden suceder hechos muy graves.
Muchas gracias por tu felicitación, me alegro que te haya gustado.
Un abrazo
Hola, vecina.
Esta es la crónica de una tragedia anunciada.
Relato inquietante , repleto de escenas sobrecogedoras, narrado con maestría, y preñado de frases magistrales (se sumergia en un sueño tan profundo que se moría…).
Dantesca historia de terror protagonizada por dos almas pérdidas.
Un beso y enhorabuena.
Hola Modes, muchas gracias por tus impresiones. Me alegra que te haya gustado. Eres muy amable.
Un abrazo
Parece que es la historia del encuentro de pasados llenos de sufrimiento. Inquietante. Suerte.
Hola Lorenzo, el sobrino es un enfermo mental con antecedentes psicóticos que lo acoge la tía. Con la edad y sus limitaciones la anciana ya no controla la medicación que él ha de tomar. Él sufre un nuevo cuadro psicótico con alucinaciones en las que se siente perseguido por su tía, de ahí el tremendo desenlace.
Muchas gracias Lorenzo por pasarte y comentar.
Un abrazo
Hola, María Elena.
Un laberinto del que veo difícil salir. Muy bien creada la trama y el conflicto y un final que, a mí, no me ofrece visos de mejora.
Un besazo, guapa y suerte.
Towanda, tienes toda la razón, un final muy triste. Las enfermedades mentales son terribles, para quien las padece y para los cuidadores.
Muchas gracias por tu comentario, siempre tan cariñosa.
Un beso también para ti.
Uff, un relato duro que nos habla de seres especiales, desatendidos por la sociedad. Una tía Gela que lo acoge y el con algún trastorno psíquico. Sospecho que está basado en hechos reales. Laberinto para médicos y observadores. Suerte.
Te he respondido a tu comentario en mi laberinto