59. ENTROPÍA
Soñaba con coleccionar instantes. Depositarlos en cajitas pequeñas, sentir el olor a madera al cerrar la tapa y no abrirlas jamás. Le reconfortaba la idea de saber que pasara lo que pasara, tendría un ancla en este mar frenético. Cuando ya nada es para siempre, ni siquiera sus pasos en el asfalto podían seguir el ritmo desenfrenado del cambio.
Ya se lo había preguntado antes la oruga a Alicia, ¿Puede saberse quién eres tú? No, no lo sabía. Como en aquella película de los 70, solo sabía quién era esa mañana, era una falda en tono pastel que había metamorfoseado en una cazadora de cuero negro. Cómo iba a tener la respuesta, si lo único que parecía permanecer en el tiempo era el olor a chicle de fresa que se iba apagando cada vez que masticaba.
Encendió una cerilla y el olor a madera ardiendo se difuminó con el de la fresa. Ahora tenía más clara que nunca la respuesta. ¿Puede saberse quién eres tú? Era la que ya no quería un ancla, era la que prefería abandonarse al vaivén de las olas.
Precioso relato Adriana. Me ha gustado mucho. Enhorabuena y suerte
Muchas gracias Jerónimo, es mi primer relato en el blog y creo que me voy a aficionar 🙂
Me gusta mucho el último párrafo, que libera al personaje de su obsesión por coleccionar instantes pasados que le hacen sentirse más segura y la lanza al presente, desarrollando la idea que ya apuntas en el segundo párrafo («sólo sabía quién era esa mañana»). Le deseo buen viaje sobre las olas del día a día, y a ti besos y suerte.
Bonito relato de un cambio que a mi me parece el de niña a mujer.
Si es tu primer relato aquí te doy la bienvenida, seguro que te sentirás como en casa, eso al menos me ocurrió a mí.
Un abrazo.
Adriana, coincido con el comentario de Ana. Suerte y saludos
Aquí tampoco reconozco la peli, pero el relato es bueno.
¡Qué bonita entropía! El caos, el desorden que mide esa entropía para mi es importantísimo, es la única manera de poner verdadero orden en un sistema (material o humano).
Y tu protagonista está empezando a dirigirlo.
¡Bienvenida!
Precioso relato, Adriana. Liberarse del ancla y empezar de nuevo cada día. Un abrazo y suerte
Muy bueno tu relato para estrenarte. Espero seguir leyéndote muchas veces.
Suerte.
Buen relato, Adriana. si no voy errado, la protagonista es una suerte de reflejo de la Sandy de Grease.
Me ha gustado mucho eso de utilizar el sabor del chicle como unidad para medir el tiempo.
Saludos.
Con los olores has reflejado muy bien la transición de esa mujer.
Bienvenida.
Bienvenida Adriana a este espacio. Lo has inaugurado con un relato precioso.
un beso.
Te deseo un feliz estreno y que te quedes mucho por aquí y nos regales relatos como este. Un abrazo y suerte 🙂