25. ERA TAN FÁCIL… (Ana Tomás García)
Era tan fácil como sólo esperar la salida del humo de la chimenea para saber que ella había vuelto. Sólo esperar la salida del humo de la chimenea… Se me pasaron los días, los meses, los años, vigilando aquel chorro imaginario de humo sentado en el porche del bungalow de enfrente; vigilando por si aparecía el eco de su voz, el destello de su sonrisa…
No he sido capaz de preguntar por ella, acaso nunca estuvo y sólo es un ser imaginario que camufla mi soledad enferma. Lo asombroso es que una noche bailamos juntos bajo la luna llena, sobre la húmeda hierba, puedo jurarlo, aquello sucedió una noche de verano, después de la cena, hicimos un brindis y nos besamos bajo el guiño fugaz de alguna estrella. Se marchó en otoño diciéndome que volvería pronto, que estuviera atento al humo de su chimenea.
Debo de estar loco, pero le dije que la esperaría hasta que volviera, y aquí estoy, enredando de esperanza mi espera, aunque ella quizás no vuelva.
Bien dice el dicho que la esperanza es lo último que se pierde… Me gustó la metáfora «enredando de esperanza» y el planteo de ese amor que demora en concretarse,provocando que hasta el propio protagonista llegue a dudar de su existencia.
Algunas veces los textos tocan una cuerda de semejanza de situación o sentimiento con nuestra vida personal y los haces tuyos. Me ha pasado con este.
No esperé el humo, pero, sí esperé el regreso.
Mucha suerte!!!
Saludos.
Gracias Macarena, es lo que tienen los sentimientos, que son muy sensibles. Saludos también para ti.
Ana, me gusta como has narrado la espera. Todos nos podemos sentir identificadas en esa espera. Alguna vez hemos esperado por ese humo de chimenea. Es bonita la espera porque está llena de esperanza y eso es lo que nos mantiene vivos. Bonito relato
Gracias Lourdes, me alegra que te guste. Un saludo.
Hola, Ana.
Me produce mucha ternura esa persona esperando y confiando en un regreso que no se va a producir, me temo.
Has hecho prosa poética y me ha gustado mucho la historia que cuentas. Yo, que soy impaciente por naturaleza, hubiera buscado otro humo blanco en otro sitio.
Un beso muy grande y muchísima suerte.
Tal vez es un poco cursi, pero es una espera sosegada, madura, de una persona que ya lo tiene todo hecho… Y tú eres un alma inquieta dispuesta a comerse el mundo jajajaja, por supuesto que no te veo yo a ti esperando de esa manera jajaja. Un besazo para la encantadora de abejas.
Me encanta! los amores tristes son los que mas quedan 🙂
Son los que dejan más profunda su mella. Gracias Corazón de Nácar. Saludos.
La ausencia y la distancia idealizan unos momentos que fueron gratos hasta volverlos mágicos, no sólo eso, también han condicionado la existencia de la protagonista para siempre, creando un hueco que no puede llenarse sino con el ser querido. En tu relato hay esperanza, pero también flota el fantasma de la pérdida, aparte de otro elemento más: que todo haya sido producto de su imaginación, que habría creado un humo etéreo, no muy distinto del que sale por la chimenea.
Suerte y un saludo
Gracias Ángel, es fantástica tu exposición. Saludos.
Vaya al final no salió el humo negro que era su esperanza, pero con este relato es posible que haya fumata blanca en ENTC.
Lo dudo mucho, Lorenzo, pero me guardo tus palabras como premio. Gracias. Un saludo.
Un relato muy bonito, narrado con un toque poético en el que la nostalgia y la esperanza son protagonistas. Me ha gustado mucho. Suerte.
Saludos.
Muchas gracias Beto, saludos también para ti.
Ana, bonita forma de contarnos esa espera. Suerte y saludos
Me alegra mucho que te guste, Calamanda, gracias. Un saludo.
Mucha melancolía en este relato. Me ha recordado a la canción de Serrat «Penélope», un amor fugaz pero tan intenso que se va sin irse jamás, porque entiendo que en eso consiste la espera, en no dejarlo marchar del corazón y la mente. Pero a veces hay que ser un poco realista y recordar que si no hay humo, no hay fuego. Besos y suerte.
Es que es tan complejo el amor… Gracias Ana, un saludo.
Tienes mucha razón, Ana, no se puede vivir a la espera de fantasmas. Gracias y un saludo.
Hola Ana,
He tomado la osadía de coger tu micro y ponerle música. En Melotemía lo encontrarás. Espero que te guste.
Un saludo.
Gracias Amélie, me encanta!:)
Me ha gustado mucho Ana. Seguro que a más de un@ le traes al recuerdo vivo esa historia enquistada de la que nunca quiso desprenderse. Lo peor de los amores idealizados es que cada día que no se tienen crecen un poco más. Me parece un lujo como lo has desarrollado. Me lo vuelvo a leer. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias Juan Antonio, pero un lujo es leer micros como el tuyo. Un abrazo.
Ana, me imagino mirando con melancolía pero con esperanza esa chimenea, ese amor que no llega. Deseo que esa esperanza no se convierta en humo y se haga realidad. Muy bueno. Abrazos y mucha suerte.
Muchas gracias, Salvador, todo es posible. Un abrazo.
La esperanza en que regrese al fin le hace atarse a la vida. Por ello, aunque quizás nunca vuelva, vale la pena mantenarla. Preciosa historia, que sin duda será una de las finalistas de esta primera etapa.
Sin duda alguna, la esperanza es la que nos mantiene en estado de alerta, sin ella se renuncia a todo. Muchas gracias Gloria, me alegra que te haya gustado. Un saludo.
Una prosa poética que me encanta. Esa espera eterna de tu protagonista, cuya misión, en su cada día maduro, es la espera de ese deseado humo que no llega. La puerta abierta que nos dejas de saber si fue un sueño o una realidad, te deja dudando..
Un beso Ana
Muchas gracias, M. Belén, me alegra mucho que disfrutes con mi texto. Un beso para ti también.
Bien Ana, una dura historia y un personaje lleno de fuerza, ya ha y misticismo en esa espera sin señales.
abrazos y suerte
Un relato triste de la eterna espera. Da pena. En ocasiones ocurre que nos quedamos esperando que se repita un pasado, real o imaginado. Me gusta que se concentre la atención el humo de la chimenea, calor del hogar.
Qué relato más triste y a la vez maravilloso. Si al final aparece valdría la pena de tan larga espera y si no le queda el recuerdo de aquella noche te verano. Muy bonito, mi amiga enmascarada. Un fuerte abrazo y un tímido besito, Sotirios.