15. Escalas de medida (Luisa Hurtado)
Nunca me he alegrado del mal ajeno, esa es la verdad; simplemente y como hace todo el mundo, las cosas buenas o malas que les pasan a los demás me han ayudado a tomar el pulso a la escala de medida correcta por la que tendría que valorar mi propia vida. Por poner un ejemplo, nunca me alegraré de que Pili haya perdido a su marido en un accidente de coche, nunca, no creo que haya nada peor si además le quieres como me consta que ella le quería; pero mis circunstancias me impiden que le ofrezca mi ayuda, no hoy, no ahora, no cuando acabo de enterarme de que mi pareja se ve con un abogado experto en divorcios y con otra; es decir y por dejarlo claro, en mi situación actual necesito que alguien esté peor que yo para seguir con mi vida y esa es, lamentándolo mucho, Pili. Otra cosa es que mi pareja y su querida tuvieran un accidente, uno con desastrosas consecuencias y su historia de amor no trascendiera, en esas circunstancias sí, iría al lado de mi muy querida amiga.
Todos quisiéramos presumir de empatía, comprensión y compasión hacia los demás, pero en la práctica priorizamos las decisiones a través del propio prisma, por no decir nuestra propia conveniencia, o lo que es lo mismo, cada uno va a lo suyo.
Un relato que muestra una realidad del todo posible y que, de alguna manera hace ruborizar sobre nuestra manera egoísta de proceder, en la que la alegría por el mal ajeno tiene un papel importante.
Un abrazo y suerte, Luisa
Me encanta ese humor negro que trata con naturalidad esa condición humana de mirarnos en el espejo de los demás para sentirnos mejor. Aunque tu protagonista no se alegre por la desgracia de Pili, sí que le sirve para sentirse ella menos desgraciada. Otro micro de SCHADENFREUDE pero sin malicia.
Un abrazo y suerte.