57. Espiral (Toti Vollmer)
Cuando nos ven en la fila de la sopa cambian de acera y nos miran con asco, pero sepan que cualquiera puede quedarse así, en la calle. Un día tienes trabajo y el otro lo pierdes porque te acusan de hablar solo, la familia te da la espalda porque ¡hasta cuándo!, los acreedores reclaman la nevera y el televisor, no hay dinero para las medicinas, se te acumula la deuda del alquiler, te botan a patadas aunque hayan menores, y eso que se supone que la ley los ampara, pero aquí no hay ley ni amparo. Amparo es la morena que ocupa el otro banco de la plaza, la que no sabe cómo quedó sin techo, solo que un día tenía trabajo y al otro lo perdió por estar hablando sola, la familia le dio la espalda porque ¡hasta cuándo!, los acreedores le reclamaron la nevera y el televisor, no había dinero para las medicinas, se le acumuló la deuda del alquiler, la sacaron a patadas, le quitaron a sus hijas, y así… Pobre Amparo. Odia la sopa.
Un relato circular, en el que, en un bucle regresivo, todo va rodando hasta ponerse en lo peor. El protagonista, como Amparo y seguro que otros muchos, dan sus propias vueltas, pero unas personas y otras terminan tomando esa sopa de supervivencia a la que nadie quisiera tener que recurrir, el último clavo al que aferrarse, en una espiral que, de asombro en asombro, por una concatenación de desgraciadas circunstancias, termina en la indigencia.
Un saludo y suerte.
Gracias Ángel, por tu lectura atenta de cada uno de los micros, míos y de los demás. Un gran abrazo.
Qué bucle más infernal y qué manera más clara de explicar una realidad que desgraciadamente se está extendiendo. Un abrazo muy fuerte, Toti, y mucha suerte.
Aurorita, siempre me encanta tropezarme contigo y con tus escritos. Mil gracias por leer y comentar, abrazote y suerte también para ti.
Me ha gustado mucho Toti, aplausos!
Un fuerte abrazo