15. Esta vez lo vimos todos (Ricardo González)
Nos anunciaron la cena. Podríamos ir todos. Sería en aquel hotel de carretera.
La anterior fue a puerta cerrada.
Llegamos temprano. Leímos el menú y nos sorprendió por su calidad.
Ellos se retrasaron casi una hora. Se les veía alegres. Habrían bebido.
Al comienzo se respiraba paz pero ¡ah! Que poco duró.
Concluidos los entrantes, surgieron las primeras discrepancias.
Y subieron mucho más las voces tras los mariscos.
La carne, en su punto, les irritó y comenzaron las peleas dialécticas.
Lo realmente triste llegó a los postres. Reían como hienas… sin ganas.
Para ellos solo fue otra cena. La verdadera diferencia era que tuvieron audiencia extraña.
Nosotros pagamos como siempre.
Nos fuimos contentos. Habían decidido, por esta vez y no sentando precedente, intentar bajarnos los impuestos.
!Qué original relato de una cena que a mí me suena a gran metáfora de una realidad que nos tiene estupefactos! Eres un maestro en situarte frente a distintas situaciones. Y rezumas mucho humor. Felicidad.
Si no fuese por el humor dificilmente serían soportables algunas de las situaciones que sobrellevamos. Es mi particular modo de crítica. Me alegro que cale.
Un abrazo Marcos.
Me ha recordado a Sazatornil en su papel de cazador de prebendas, pero paganini, en la escopeta nacional. Seguro que la situación es muy común aún entre la gente que se dedica a la res pública. Y esta situación la has expuesto magistralmente.
Un abrazo.
Al igual que con la gran «escopeta nacional» siempre hemos sido meros espectadores. Peor aún es que tales prebendas siguen existiendo y continuamos aquí como público pagano.
Un saludo y disfruta de tus vacaciones.
Pues diles que si me invitan, no voy.
Mientras no te obliguen a asistir tendrás suerte. Puede que un día necesiten testigos para sus chanchullos.
Pues yo, contigo y los otros tres comensales que veo más arriba,he sido muy feliz, y aunque hubiera tenido que pagar un impuesto por ello no me lo pensaría. Besitos!!
Bien, Nieves. Seguiremos disfrutando de nuestros escritos y reuniones que estos no lo podrán evitar.
Un beso y cuidaos.
Me parece un relato valiente porque la denuncia es evidente pero te las ingenias para darle toque personal y originalidad. Me gusta el título y las comparaciones que utilizas. Mucha suerte 🙂
Agradezco tu comentario. Como antes he dicho, es necesario un poco de humor para soportar lo que nos están presentado como futuro.
Es un placer conseguir expresarlo gustando a alguien.
Anda has creado la cena de los egoístas. Me gustan estos relatos que dan caña.
Hasta el final no he sabido quienes eran los comensales. Por eso me he sonreído, pero luego creo que es mas bien triste, por lo real. Siempre pagamos los mismos.
Muy irónico, y muy bueno.
Saludos
Creo que lo realmente triste no son los postres, sino el título elegido, que lo veamos todos y no seamos capaces de «parar estas cenas». Las denuncias con humor llegan mucho mejor. Quizá algún día demos la vuelta a esta situación.
Suerte y saludos.