45. ESTACIONES PREMATURAS ( BELÉN MATEOS)
Ella se vestía de rosa, se revestía de un tono sonrosado para no desentonar con su piel abierta a la herida.
Ella era todo, ella era nada, ella era esa ofrenda al pecado, una alfombra salpicada de tropiezo, caída, axioma en la hondura de su vientre.
El último invierno recogió la cosecha descosida de sexo. En la primavera despertó el agua del manantial habitado en su pecho. En el verano arrastró su deseo húmedo de arena. Al llegar el otoño se adentró en los asustadizos pájaros que se escapaban en la arista de su abdomen.
Así era ella, excitación en sus andares, rocío prematuro, labios excéntricos, pálpito en su espasmo.Una estación para cada uno de nuestros sentidos. Una espera a la vida.
Ayer hizo tres años de su gestación vomitada en llanto, de un parto de nueve minutos, de una oscuridad teñida de sangre.
Hoy el color rosa lo ponen nuestras flores. Ellas habitan en un jarrón al lado de su nombre.
Precioso, prosa poética y triste relato. Un beso.
Tu protagonista vivió su sensualidad de la forma más vehemente, puede que como un refugio. Tal vez, de forma acorde con el refrán: «Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe», sufrió una consecuencia indeseada, el tropiezo de un embarazo no buscado que, a la postre, acabaría terminando con su vida en cuestión de minutos. Este desenlace concuerda con las estaciones de un año vivido con desmesurada rapidez, gobernado por los sentidos y sin lugar a recapacitar. Todo en ella llegó de forma prematura, antes de lo que debiera. Es de imaginar a alguien muy joven, actuando sin una madurez que habría necesitado, viviendo cada minuto de la forma exaltada que había elegido. (Espero haberme aproximado con mi pequeña interpretación).
Un relato lleno de fuerza, en el que muestras una vez más un dominio del lenguaje que nunca deja indiferente, una energía vital traducida a palabras.
Un abrazo, Belén. Suerte
Un relato sobre estaciones tomadas prematuramente en la vida – y las consecuencias de ello – que tiene tu sello lírico inconfundible. El jarrón con flores rosas al lado de la tumba, sumamente elocuente.
Dolorosamente bello de leer, pero me ha gustado.
Un beso, MARÍA BELÉN,
Mariángeles
Tocayita, un precioso relato poético que guarda un pellizquito en el corazón. Besos y muchas gracias por compartirlo.
Un relato muy lírico, como nos tienes acostumbrados, y un tema duro. Esa juventud vivida con ansia y sin freno que lleva a tu protagonista a apurar todas las estaciones de la vida en un breve lapso de tiempo. Esa premura en todo, incluso en el parto de solo nueve minutos (en lugar de nueve meses) y también en la muerte.
Una buena apuesta.
Suerte y abrazo.