102. Estampa navideña
Cuando terminan de sonar las campanadas, todos en mi familia aplaudimos y nos besamos deseándonos lo mejor para el año que comienza. Ya no es lo mismo desde que falta mamá, pero algunas cosas siguen siendo igual y me temo, que ya no cambiarán nunca. Mis cuñados fingen algo de cariño y se dan la mano sin apenas mirarse. Luis, mi hijo, me promete que el próximo trimestre estudiará y que no me preocupe, que recuperará las cinco que le han quedado. Mi hermana aprovecha la ocasión para escabullirse de la habitación con mi marido. Hace tiempo que lo sé, pero ya no me importa. El abuelo me besa emocionado y me dice que a ver si me caso, que ya va siendo hora. Luego se gira y se tropieza con mis sobrinos, que andan gritando enloquecidos por el salón.
Cuando todos se marchan, me gusta servirme un whisky y quedarme dormida en el sofá, para soñar con aquella nochevieja en que mi padre rompió el cristal de la ventana al abrir la botella de cava, en aquel tiempo en que nevaba siempre en Navidad y se dejaban escapar los corchos de las manos.
Aplausos y besos falsos, pobre mujer. Ese «se dejaban escapar los corchos de las manos», así dejara tuerto al vecino, es un final de la Navidad que nunca volverá.
Un fuerte y sincero abrazo.
Le estaba encontrando un cierto parecido razonable con el relato que escribí, y no subí, hasta que leí lo de que ‘falta mamá’. Los protas del mío estaban todos pero cada cual a su aire, casi como los tuyos.
Las Navidades de antes eran otra cosa. O tal vez la nostalgia y el paso del tiempo nos hace verlas mejor.
Besos. Suerte.
Y Felices Fiestas.
En mis fiestas también faltan mis padres…
Triste y hermoso relato el tuyo.
Ella ocupa el puesto de su madre en la familia y su puesto su hermana.
Y no le queda más remedio para soportar esa vida sin ella misma que escapar.
Imposible encontrar el espíritu Navideño.
Besos
Paz, parece complicada la noche para ella. Suerte y felices fiestas
Has reflejado muy bien ese sentimiento de añoranza que da mirar atrás y que se sufre especialmente en fechas señaladas. Has descrito un gran teatro que al fin y al cabo es lo hacia muchas veces apunta la vida. Mucha suerte 🙂
Lo peor es que consienta como lo está haciendo pero… parece ya abnegada , normal que recuerde otras navidades donde aún era una persona. Es fuerte y duro.Abrazos y suerte.