33. ESTOY DESTROZADA
-Estoy destrozada, todo el día trabajando en casa como una negra, sin una santa alegría, sin unas palabras de agradecimiento ¡Si llego a saber que esto era el matrimonio…….no me caso!
-No lo mires así. Asómate al dormitorio y mira las caritas de paz de tus hijos mientras duermen. Escucha el ronquido agradecido de tu marido. Tú eres el sostén de los tuyos. Sin ti fracasarían en su lucha diaria. Querida amiga, lo que haces no tiene precio.
-Sí, todo está muy bien, pero ¿quién me cuida a mí? ¡Soy una mártir!
-Te equivocas amiga, tú no eres una mártir, eres la heroína silenciosa. Tú cubres sus necesidades, eres la almohada de tu esposo. Otras, como tú, lo hicieron antes. Es para lo que estamos hechas las mujeres. Esto es una cadena que también sufrieron nuestras madres.
-No sé, si usted lo dice……….Visto así habrá que resignarse.
-Espero te haya servido de algo, descansa en espíritu y no desesperes. Queridas madres de España seguid al pie del cañón en vuestras casas, la felicidad del clan depende de vosotras. Un saludo de vuestra fiel locutora.
Tras esta conversación sonaba una musiquilla adormecedora en la radio de mi madre.
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Sí Antonio, un discurso repetitivo y alienante ese con el que las mujeres se convertían en madres y esposas en serie, dejando aparcados para siempre ilusiones y proyectos.
¡Qué pena!
Me alegra mucho verte por aquí.
Un abrazo en la distancia.
ANTONIO, reflejas estupendamente los programas de entonces y la realidad de la época. Suerte y saludos
Estupenda y tranquila radiografía de otra realidad que por suerte quedó atrás. Estoy seguro que la radio verá cambiar muchas veces al mundo y seguirá ahí. Lo has explicado muy bien. Mucha suerte 🙂
Luego venía aquella voz melosa y cantarina que repetía como un mantra aquello de: «Francil, Francil, Francil…»
Me has hecho viajar en el tiempo, amigo tocayo.
No imagino como habrá sido aquella radio pero si su mensaje. La mujer relegada a a servir mientras sus ilusiones quedan varadas para siempre.
Hoy el cambio ha sido total y viven sus sueños y derrotas.
Excelente imagen, muy visual.
Un abrazo y suerte.
Gracias por vuestros comentarios. La radio inequívocamente me une a la niñez. Mi madre jugó un papel abnegado -como la protagonista- en esa parte de mi vida. He querido dedicárselo a ella y a todas las heroínas que hicieron posible nuestra educación con su sacrificio. Un saludo.
Cuanta mella dejaron Elena Francis y seguidores.
Muchos relatos recuerdan su influencia, en esta página, contados desde el recuerdo y experiencia personal.
Gracias por exponerlo, Antonio
No conocí el programa de la Francis, pero es una referencia para muchos de mis allegados. Un buen relato que retrata una época dura de abnegación total. Mucha suerte, Antonio.