42. EVANESCENTE (Pilar Alejos)
Los zapatos de tacón de aguja duermen en su caja el sueño del olvido. Dentro del armario, el tiempo se ha detenido en un vestido de fiesta que aguarda en la percha mientras amarillea la etiqueta que se balancea mostrando su precio. Hace tanto que anhelo poder lucirlo contigo en algún lugar maravilloso. Pero los días pasan y, cada vez, me mimetizo mejor con las paredes del salón o me hundo más en el abismo del sofá hasta volverme evanescente. Por eso no me ves cuando regresas tarde a casa, ni tampoco sabes lo mucho que deseo acurrucarme a tu lado y cobijarme en tu ternura. No te imaginas cómo me duele que la abraces y la beses a ella con tanto amor.
Aun así, tan solo espero que un día descubras mi mirada desde tu ventana y comprendas que la luz de mi balcón permanece siempre encendida por ti.
Una historia de celos desesperanzada, una vecina que contempla cada noche al hombre que ama, una historia bien narrada.
Besos, Pilar.
Ver cada día a la persona que ama con otra le provoca sentimientos de envidia y celos a la vez. Y lo peor de todo es que para él es invisible. Ni siquiera sabe que existe.
Muchísimas gracias, Carmen, por tu comentario.
Besos apretados.
Pilar, un relato genial desde el título que me encanta. Esa evanescencia de tu protagonista nos guía por tus letras hasta llegar a ese final inesperado y descubrir esa «ventana indiscreta» por la cual ve a su amor platónico. Me ha parecido un relato excelente. Te deseo mucha suerte, la mereces de corazón.
Muchos besos.
Muchísimas gracias, Javier, por tus hermosas palabras.
Besos muy apretados.