71. ÉXODO
Un recuerdo se le coló en el alma y cuatro niños abrieron el gran portón. Salieron de la casa a la carrera, atropellándose, gritando «el último que cierre». Y se reconoció. Cuando desaparecieron por la calle Grande quedó Joaquín con sus fanegas de años a las espaldas y la llave de su casa en la mano sin saber muy bien qué hacer.
Se alejó de allí.
El paso tardo le acompañó por el camino que serpentea junto al cementerio. Allí abandonó un suspiro, escribió un adiós en papel oficial y dejó la llave sobre la tierra que abraza a su Genara. Confundido flanqueó la tapia casi comida por zarzas y enredaderas.
Las nubes como pulmones lanzaban su voz profunda contra la carcasa mineral del pueblo. «Mal día para marchar» pensó, pero continuó camino hasta llegar a la vega.
Entonces estalló la tormenta. Un rayo esquivo la anunció desenredando furioso la gran cruz de forja que coronaba el lejano campanario.
Navegaba desarbolado. Al encallar en el chozo descansó apoyado sobre su maleta. Ya emigrante, una lágrima selló el pasaporte y sintió el intenso frío de un invierno adelantado.
Y quedó la anochecida sin hacer porque la pena le paró la vida.
Emotiva historia. Cuando ya nadie nos ata a lo que, por necesidad, nos vemos obligados a dejar, ¿merece la pena seguir solo? Unos pensaran que comienzan una otra vida, con nuevas oportunidades y otros, preferiran abandonarse a la amargura de su sino. Suerte, Manuel. Un saludo.
Muchas gracias Jesús por tu acertado comentario.
Un saludo.
Hola, Manuel.
Texto simbólico y al parecer un recorrido, una migración de la niñez hasta la muerte. La emigración de cualquiera. Un relato cargado de expresiones muy afortunadas y variopintas. Tintes de nostalgia. Y esa pena final, que quizá también a todos nos asola. Me gusta tu narración. En lo formal: escribiría «Allí abandonó un suspiro, escribió un adiós en papel oficial, dejó la llave sobre la tierra que abrazaba a su Genara y cruzó la tapia…». Un abrazote.
Martín, agradezco muchísimo tu comentario. Sin duda tu propuesta es la fórmula correcta, así andaba escrita en el borrador, pero me parecía demasiado fluido para lo que pretendía que era jugar con el ritmo. No se si lo he conseguido.
Un abrazo.
Manuel, preciosa historia con preciosa prosa. Emotiva historia donde la pena se lleva la vida del protagonista. Muchos prefieren dejarse consumir por la pena y el recuerdo que comenzar de nuevo.
Un abrazo
Muchas gracias Blanca por tu tiempo. La verdad es que comenzar de nuevo no siempre es posible, cuando las raíces son profundas es difícil el desarraigo.
Un abrazo.