98. Extraño amanecer
Juan el herrero, desbordado de trabajo, aseguró a su hijo y ayudante que me faltaban algunos martillazos para la entrega. A este le parecí rematado de más. “Envuelto entre paja, aseguró, se disimularan las abolladuras”. El primer oficial del taller, hombre perfeccionista donde los haya, ofreció ocuparse de mí. “Estando en mi sano juicio, apostilló, nunca ahorraría horas en este encargo”.
En esas se presentó la mujer del segundo oficial. Tras muchas explicaciones, gritando con voz de contestador, aseguró que su marido no vendría a trabajar, «le sentaron mal las gachas del almuerzo. Mira que le gusta sacar brillo a este cañón, me señalo, pero con el cuerpo así no puede. Sé que el mismísimo Napoleón lo necesita hoy para Waterloo, decid que de momento se arregle con el que tiene».
Prisas tenía yo por unirme a mi general en el campo de batalla. Pero después de escucharlos, deprimido, aboyado, y lanzado contra el suelo por la misma ráfaga de viento que azota las ascuas de la fragua hacia los ojos de estos trabajadores, cavilo cómo terminar felizmente esta jornada.
Ya lo veo. Fingiré estar destrozado, y a vivir. Bombardeara sin mí. En ocasiones, mejor no salir de casa.
Un relato en el que quizás le sobren personajes. Creo que lo has escrito al final del plazo un poco precipitado y merece un pulido, como el cañón.
Ximens, todo puede mejorar efectivamente. Gracias y saludos
Un protagonista, el cañón, a cuyo alrededor giran los personajes responsables de repararle. Y él que se debate entre la fidelidad a su general y la visión de su futura tarea.
Yo, como él, para estas ocasiones mejor no salir de casa.
Me gusta tu cañón Calamanda.
Besos
Ana, que tal. Gracias y abrazos
Isabel, si, cuando las cosas se tuercen es bueno observar los indicios. En este caso salio ganando. Gracias y besos
Mira que son malos los cañones y al final le coges cariño a este…
Un micro original, aunque no termino de entender ese «bombardeara», va sin acento?
Un abrazo
Rosy, gracias, si se ha volado el acento en “bombardeara”, desde aqui voy a pedirle a Juan que por favor intente rectificarlo. Gracias adelantadas. Saludos para los dos
Hola, Cala.
Te salió un cañón un tanto cobardica. Lo digo por eso de «fingiré estar destrozado». Me resulta un personaje tierno y se ve que es un poco pacifista. Bueno, yo lo veo así.
Un abrazo grande y suerte.
Towanda, podría ser perfectamente así. Lo imaginé intuitivo por eso de poder evitarse la gran derrota que supuso Waterloo. Gracias y abrazos