F08. EL HOMBRE DEL SACO MOJADO, de Leño
Llovía hasta debajo del agua. Había dejado el cenicero en la balaustrada de madera y la humedad se había zampado la ceniza. Salí al bosque a por leña con una bolsa de basura por la cabeza. Parecía el hombre del saco mojado. Los conejos se escondían entre la leña. Me miraban asustados mientras seleccionaba los mejores troncos del montón. Imaginé invitarlos a tomar café y a calentarse junto a la chimenea. El pensamiento se desvaneció al caerme uno de los troncos sobre el pie. Trate de cubrir la leña con el mismo plástico que cubría mi cabeza. Fue imposible. Tuve que escurrir la leña antes de meterla en la chimenea.
Me puse ropa seca y pasé la tarde agarrado a una taza de chocolate caliente. En la radio, Frank Sinatra cantaba White Christmas. Yo silbaba la melodía mientras esperaba a los huéspedes para ese fin de semana. Todo preparado.
Llegaron en torno a las cinco de la tarde, cargados como burras. Les expliqué todo muy rápido y me marché.
De camino al coche eché una mirada por la ventana de la casa y de sus sonrisas pude intuir que deseaban que llegara este fin de semana desde hacía mucho tiempo.
Muy buen ritmo y claridad en el texto, y el mensaje de generosidad y satisfacción por el trabajo bien hecho.
Felicidades.
Muchas gracias. Me hace muy feliz que haya gustado mi relato. Mil gracias