89. ¡FAREWELL, VIEJA ESFERA!
«Lo compartiremos todo, compañera. El amor, nuestras pieles y nuestros corazones, el viento solar que nos propulse, las adiabáticas e ingrávidas relaciones sexuales y personales que nos proponga tanto Houston como nuestra libido rampante, las liberadas pequeñas esferas de nuestra saliva cuando al salir, tú de la bodega, yo de control, nuestras lenguas recuerden que los besos se comen, como a dulces cucharadas, los trajes, nuestros miasmas, nuestro afán suicida y aventurero que nos ha hecho embarcar en esta misión, los recuerdos terrestres de un pasado que poco a poco acelerará nuestro futuro hecho de sucesivos, relativos e inmaculados presentes, nuestra mutua resolución de viajar hacia lo incierto sin posibilidad de retorno, nuestra evolución en un entorno desconocido donde tendremos que ir descubriendo nuevas y fascinantes condiciones físicas y químicas, incluso compartiremos la muerte en el preciso mismo segundo en el que ya esté completa nuestra iniciática y extensa misión, todo, lo compartiremos todo. ¡Farewell, vieja esfera!»
Anda que redondito te ha quedado. Muy bonito y muy poético y…mucho amor.
Felicidades y suerte.
Gracias, Mercedes. Mucho amor, siempre poco, nunca el necesario.
Hola, Marcos.
Ñam, ñam, están los dos para comérselos. Creo que eso les pasa porque son novios, luego cuando se harten de estar casados les ocurrirá como a los matrimonios de los que hablaba el gran Gila.
Te ha quedado una historia sensualísima.
Un abrazo.
Muchas gracias, Towanda.. Es de suponer que esa nave tendría muchas posibilidades para sorprenderse mutuamente, la clave de toda buena relación. Un abrazo.
Marcos, has hilvanado muy bien el texto dandole fuerza y fluidez. Suerte y saludos
Muchas gracias, Calamanda, sprendí a hilvanar con una madre modista, pero el cosidito no lo tengo aún bien pillado.
Tu cuento, deja un dulce sabor de boca, como el amor bien entendido.
Te deseo mucha suerte, Marcos
Gracias, María Jesús, y si no hay suerte, seguiremos frecuentándonos.
Ese adiós para siempre, con el que rematas, a la vieja esfera en la que vivimos, resalta, todavía más, toda esa nómina de proyectos fantásticos que sueña tu protagonista.
Estupendo relato Marcos. Te deseo suerte.
Ton.
Gracias, Ton. Gracias por tus palabras.
Pues no sé, es una declaración de matrimonio un poco rara. No sé si es microrrelato. Suerte, Marcos.
Como todas las declaraciones de matrimonio, me temo, Javier. Gracias.
Una anticipación muy interesante de lo que está por suceder y una una premonición no menos clara de como acabará el viaje a golpe de solemne despedida. Muy bonito. Mucha suerte 🙂
Gracias, Juan Antonio.
Muy romántico y premonitorio.
Me encantó esta utopía.
Un abrazo y suerte.
Gracias por asomarte. Un abrazo.